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“Moscú no cree en lágrimas”… Buenos Aires tampoco

Lunes, 05 de julio de 2021 01:01

Los que peinan canas, recordarán la gloriosa película rusa dirigida por Vladimir Menshov, que relataba la vida de tres mujeres muy diferentes que emigran a Moscú en 1958 buscando trabajo y amor. A lo largo de la película se muestran sus sueños y deseos, sus amores, sus desilusiones. Las tres amigas llegaron a la gran ciudad en busca de estabilidad laboral y afectiva y, a pesar de las circunstancias a veces adversas, después de 20 años no han podido erradicar la ilusión de alcanzar la anhelada felicidad. Moscú comenzaba a ser una ciudad cosmopolita, indiferente y hasta cierto punto cruel, que dictaba sus reglas y sus normas de vida con rigurosidad y frialdad. Los proyectos ideales, se convertían en quimeras, en utopías irrealizables y ni siquiera las lágrimas, podían derretir el desafecto y el desamor por la sensibilidad. Relatando con crudeza esa realidad, ganó el Oscar de la Academia a la mejor producción extranjera en 1980. A veces, desde lugares alejados, periféricos como Jujuy, pensamos que Buenos Aires, se comporta de igual manera, cruel e indiferente, particularmente en la política que son los que hoy nos ocupa.

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Los que peinan canas, recordarán la gloriosa película rusa dirigida por Vladimir Menshov, que relataba la vida de tres mujeres muy diferentes que emigran a Moscú en 1958 buscando trabajo y amor. A lo largo de la película se muestran sus sueños y deseos, sus amores, sus desilusiones. Las tres amigas llegaron a la gran ciudad en busca de estabilidad laboral y afectiva y, a pesar de las circunstancias a veces adversas, después de 20 años no han podido erradicar la ilusión de alcanzar la anhelada felicidad. Moscú comenzaba a ser una ciudad cosmopolita, indiferente y hasta cierto punto cruel, que dictaba sus reglas y sus normas de vida con rigurosidad y frialdad. Los proyectos ideales, se convertían en quimeras, en utopías irrealizables y ni siquiera las lágrimas, podían derretir el desafecto y el desamor por la sensibilidad. Relatando con crudeza esa realidad, ganó el Oscar de la Academia a la mejor producción extranjera en 1980. A veces, desde lugares alejados, periféricos como Jujuy, pensamos que Buenos Aires, se comporta de igual manera, cruel e indiferente, particularmente en la política que son los que hoy nos ocupa.

 Después de las elecciones provinciales del 27-J, estamos a nueve días del fin del plazo (14 de Julio) para solicitar reconocimiento de alianzas transitorias y confederaciones para participar en comicios. Y el 19 de julio se deberá enviar la comunicación a los juzgados -por parte de las agrupaciones políticas de la integración, reglamento, domicilio, días y horarios de funcionamiento. El mismo 14 vence el plazo para solicitar la asignación de colores para las boletas para las P.A.S.O. y elecciones generales.

  Y el 24 de julio (¡dentro de 20 días!) se iniciarán las campañas para las PASO, simultáneamente con el fin del plazo para la presentación de listas de precandidatos ante las juntas electorales partidarias y la consiguiente comunicación a juzgados de listas de precandidatos oficializados (para su información a la Dirección Nacional Electoral para asignación de aportes y espacios de campaña) y también la presentación de los modelos de boletas por parte de las listas internas ante las juntas electorales partidarias. Es decir, desde hoy hasta el 24, todo debería ser un febril ajetreo de dirigentes, apoderados y militantes de frentes y partidos. Se supone que en Jujuy, el entrenamiento de las elecciones pasadas les da una gran ventaja. ¿Será así? Al menos de los dos frentes que se alzaron con todas las bancas en juego: El Frente Cambia Jujuy y el Frente de Todos.

Vamos por todo

 Es tal la euforia dentro de la UCR que quieren los tres diputados nacionales. El triunfo le dio al GM lo que esperaba: una alfombra roja para entrar de lleno en la campaña presidencial. Y hasta se dio un lujo: compartió ese momento con figuras resonantes como el presidente del Partido, diputado nacional y exgobernador mendocino Alfredo Cornejo (posible competidor en la carrera hacia el sillón de Rivadavia, pero que no podía faltar a la fiesta del jujeño); Facundo Manes, el neurólogo que pateó el tablero y entró a tallar entre los popes de radicales, nada menos que en el escabroso –y hasta tenebroso- territorio de la Provincia de Bs. As.; y Martín Lousteau, actual senador de la CABA y claro aspirante a gobernarla. La escenografía del triunfo del GM fue cuidadosa y hasta cruel: al palco de los ganadores aquella noche no subió nadie más a compartir la foto, aunque no olvidó los saludos de rigor al intendente estrella, Chuli Jorge, al vicegobernador Carlos Haquim, dolido por el revés electoral de su frente y a todos los que construyeron el 27 de Junio. Y ahora sueñan llevarse todos los diputados nacionales. Para ello ya mueven la estantería: rumores que se filtran desde el entorno del GM especulan –entre otros- con el traslado de tres ministros a las deseadas candidaturas. Sin confirmar, hablan en voz baja de Normando Álvarez García, Natalia Sarapura y Carlitos Sadir, todos de alta trayectoria radical y consustanciados con el “proyecto Morales” y de gran confiabilidad en las gestiones que les encomendaron. En Buenos Aires, entre la impiedad y la frialdad los correligionarios en lucha, las lealtades cotizan en oro. Cualquiera que diera el salto al Congreso, obligará al gobernador a un finísimo estudio de la sucesión para que se cumpla con la tantas veces amagada “oxigenación” que nunca terminó de llegar. Reuniones de hoy con el gabinete, mañana con entes descentralizados y el miércoles con la UCR, llenan la agenda del GM para resolverlo todo ya.

Vamos por más

También hay moderada euforia en las filas justicialistas que conduce Rubén Armando Rivarola. Ganaron la interna (una suerte de PASO peronista) dejando en claro que los contendientes explícitos o desde un segundo plano, José Luis Martiarena, José Balut, Carlos De Aparici, Carolina y Julio Moisés, Diego Martín, Alejandra Cejas, Guillermo Snopek, Milagro Sala entre muchos otros, no alcanzaron el nivel esperado en la voluntad popular. Y ganaron bancas en la elección general, porque de las cuatro que perdían, el voto de la gente les concedió seis y les aumentó el compromiso de cara al futuro. Ahora, el Frente de Todos, quiere ir por más. Pierden la banca nacional de José Luis Martiarena y tienen fundadas expectativas de tomar dos de las tres en juego. Para eso, las miradas se vuelven a Buenos Aires: altos dirigentes ya expresaron –además de los saludos de rigor- el deseo de que se repitan los logros de aquella elección que consagró en el 2019 a la fórmula Fernández y Fernández. Pero muchas voces de las ganadoras en Jujuy esperan que desde el centro del país, se ayude a poner orden (al menos se lo intente) en Jujuy. “Se enviaron ´efectividades conducentes´, se repartieron planes a través de agrupaciones sociales, hasta el mismísimo presidente de la Nación y del Partido, se sacó fotos y envió videos a ciertos sectores minoritarios y en algunos casos bastante tóxicos del PJ, quizás con mala información acerca de la realidad jujeña” dicen calificados analistas. “Ahora la conducción nacional debería poner los patitos en fila” agregan, “ya que siguen diciendo que hay que acompañar a Alberto sin condicionamientos y convencidos que en la unidad está la fuerza del gobierno”. Los muchos que están llorando y lamentándose en Jujuy, saben que a Bs. As. no lo conmueven las lágrimas. Se esperan decisiones importantes. Mientras varios nombres aparecen como candidatos, pero ninguno todavía con las bendiciones suficientes. “Habrá que esperar –dicen algunos- como si les sobrara el tiempo”.

Corren las horas. Se vive ardorosamente un tiempo para hallar equilibrios y contrapesos, en el marco de una realidad donde la humildad es un valor más escaso que el dólar. Así como aquella Moscú, la Buenos Aires de hoy, tampoco cree en lágrimas. Puros intereses –políticos y de los otros- se juegan con pasión y con impasible frialdad. En cuestión de horas, en Jujuy tendremos muestras de ello.

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