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29 de Marzo,  Jujuy, Argentina
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Pequeño santuario cumple años

Se llevan a cabo trabajos de refacción en la gruta y plazoleta Virgen de Urkupiña, ubicada en el barrio Güemes.
Viernes, 13 de agosto de 2021 01:01

Obras de refacción y de pintura se realizan en la plazoleta y gruta Virgen de Urkupiña, ubicada en el barrio Güemes de San Pedro de Jujuy, para vivir con gran alegría la festividad de la patrona de los comerciantes, cuya misa central se oficiará el domingo a las 19. El pequeño santuario cumple quince años, ya que fue en 2006 cuando un grupo de devotos decidió transformar ese predio abandonado en un pequeño vergel para la Virgen.

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Obras de refacción y de pintura se realizan en la plazoleta y gruta Virgen de Urkupiña, ubicada en el barrio Güemes de San Pedro de Jujuy, para vivir con gran alegría la festividad de la patrona de los comerciantes, cuya misa central se oficiará el domingo a las 19. El pequeño santuario cumple quince años, ya que fue en 2006 cuando un grupo de devotos decidió transformar ese predio abandonado en un pequeño vergel para la Virgen.

Otra buena nueva que compartieron hijos y familiares de los recordados pioneros devotos tiene que ver con la restauración de la imagen, obra que ya fue concluida en su totalidad y se aguarda que una vez terminados los trabajos sea entronizada en su pequeño santuario. La comunidad de la gruta, cuya jurisdicción corresponde a la parroquia San Andrés, lleva a cabo los preparativos con el rezo de la novena.

"Queremos que la gruta esté hermosa para el cumpleaños de nuestra madre, hacemos un llamado para que todos nos unamos y participemos para pedirle a la Virgen que pase toda esta situación de pandemia. Nos reconforta y agradecemos la presencia de mi hermano Rafael que fue afectado por esta enfermedad, pudo salvar su vida y ha llegado para sumarse a esta labor junto a Alejandro y su esposa Mariela, desde Mendoza nos ayuda nuestra hermana Gaby, estamos juntos, pienso que lo importante ahora, es trabajar en unidad. Ya hemos sufrido mucho y creo que es tiempo de agradecer a Dios y a la Virgen por la vida y rezar por el eterno descanso de todos los hermanos fallecidos", indicó Juana Benítez. Apuntó que la familia se hizo cargo de la compra de todos los materiales que se necesitan.

"Lamentablemente, la gruta fue afectada por la humedad y dañó la imagen de la Virgen, los cuadros que estaban en el interior, incluso un pequeño mueble, vamos a recuperar todo. Lo inmediato era pensar en la restauración de la imagen, gracias a Dios, ya está aquí, se hizo un buen trabajo y nos reconforta mucho", dijeron los jóvenes, mientras se abocaban a la pintura de las paredes, los canteros, además de mejorar la iluminación del predio.

Historia de eterna gratitud

Corría el mes de julio de 2006, cuando un grupo de vecinos cansados de ver un predio abandonado en la esquina de las avenidas Tarco y Martín Fierro del barrio Güemes que se había transformado en un basural y servía de guarida para personas de mal vivir, decidió unir manos y voluntades para recuperar ese espacio verde. El grupo integrado por Ignacia Wierna, Gualberto Pinaya, Darío Sánchez, Anita Zambrana, Juana Mercado de Nieto, Nelly Villoldo, Lucila Dávila, Guillermina Rivas, entre otros, trabajó sin descanso para reunir los fondos necesarios para tal fin.

Comenzaron entonces a construir los canteros a los que les colocaron rejas, bancos, pintaron las paredes y pintorescos murales, en el centro se levantó una singular gruta. Posteriormente, los devotos viajaron hasta el Santuario de la Virgen de Urkupiña, ubicado en el Valle de Quillacollo (Bolivia), para traer la sagrada imagen, que desde hace 15 años, bendice a sus hijos que residen en los barrios del acceso norte y quienes pasan por el lugar.

15 años de la partida del Cura gaucho

La comunidad sampedreña recordó la figura del padre Miguel Ángel Aquino, el “Cura gaucho”, al conmemorarse 15 años de su partida. Anoche se ofició una misa en el templo San Andrés Apóstol, ubicado en barrio Providencia, donde la feligresía compartió vivencias del querido sacerdote, cuyos restos descansan en el altar lateral del mismo templo. El oficio fue presidido por el actual párroco Marcelo Churquina.

El recuerdo se mantiene intacto en la memoria de la gente y lo significativo es que los sacerdotes que llegaron como párrocos, tras su fallecimiento, resaltaron en todo momento la obra espiritual y material en bien de los humildes realizada por el “Cura gaucho”, agradeciendo el ejemplo de humildad, de desprendimiento, del profundo amor por los más necesitados, camino trazado que dejó para sus hermanos sacerdotes.

MIGUEL ÁNGEL AQUINO

Fue el 12 de agosto de 2006, cuando tras una larga enfermedad, se apagaba la vida del querido sacerdote, quien pasó por esta vida pensando en los que menos tenían y a ellos llegaba no sólo con la palabra espiritual sino con ayuda solidaria, con ese pedazo de pan que faltaba en las mesas, con yerba y azúcar para el mate cocido y mercadería para que haya un plato de comida. Solía expresar que “había hermanos que no tenían ni lo mínimo para vivir”, y con su particular estilo pedía donaciones y “coropoti” para proseguir con las obras de construcción de capillas y grutas.

A tanto llegaba la gran dedicación para ayudar a los humildes, que no dudó en trabajar la tierra, sembrar verduras que él mismo cosechaba en cajones de madera y repartía a los comedores que atendía la parroquia, llegando incluso hasta el antiguo lote El Quemado. Grande fue la obra del “Cura gaucho” y también grande fue el amor de su pueblo, que le tributó grandes homenajes, imponiendo su nombre a calles, a un barrio, a plazoletas, a un centro de salud, entre otros reconocimientos. Hoy habiendo pasado 15 años ese pueblo al que tanto amó, trae al presente su recuerdo, su labor, su legado y todas sus obras de bien.