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La campaña electoral tomó un giro imprevisible

Domingo, 15 de agosto de 2021 01:02

El Gobierno llegará a las primarias con una inflación elevada pero en proceso de disminución, con un tipo de cambio alto pero parcialmente controlado y con el problema de las segundas dosis en vías de resolución por la combinación de vacunas. Más allá de eso, aparecen también nuevas preocupaciones en el seno del poder, basadas principalmente en el eventual impacto electoral que pueda tener el incumplimiento de la cuarentena que se produjo en la Quinta de Olivos. Este nuevo conflicto amenaza con poner en riesgo la principal estrategia electoral del oficialismo: dar sólo buenas noticias desde ahora hasta noviembre, aún a costa de un agravamiento de la economía en el mediano plazo y de aumentar los contagios por las nuevas aperturas, ante la inminente circulación de la variante Delta. 
Hasta antes de la difusión de la foto, la diferencia que le llevaba el Frente de Todos a Juntos por el Cambio era de alrededor de ocho puntos a nivel nacional según el promedio de doce encuestas. ¿Continuará de ese modo la evolución de las estadísticas o habrá un repentino cambio de tendencia? “Hay que esperar una semana más para medir si la reunión social del Presidente en medio de la pandemia se traducirá en un rechazo electoral o si sólo será fuego artificial de campaña que quedará en la nada”, sostuvo ayer a El Tribuno de Jujuy un importante consultor político que pidió reserva de su identidad. El especialista agregó que “no hay dudas de que la foto del cumpleaños de la primera dama va a acaparar la agenda mediática por algunas semanas más y que eso obviamente producirá un desgaste al todo el oficialismo”. 
Lo cierto es que en la Casa Rosada reina por estas horas bastante preocupación por este hecho, que vuelve a esmerilar el valor de la palabra presidencial justo en el tramo decisivo de la campaña electoral. Alberto Fernández reconoció que fue un error festejar el cumpleaños de su pareja en Olivos, pero nunca se disculpó claramente por lo ocurrido ni se autodenunció por incumplir el artículo 205, lo que generó aún más sorpresa entre los principales colaboradores del jefe de Estado, que esperaban un arrepentimiento más contundente. 
Las declaraciones del mandatario, que se demoraron casi dos días desde que se desató el escándalo, sonaron poco empáticas incluso para los candidatos del Frente de Todos, que ahora deberán cargar con esa mochila en cada una de las provincias a la hora de ir a buscar los votos que le den la mayoría a Cristina Kirchner en Diputados. 
Cerca de la vicepresidenta admiten públicamente que la noticia condiciona las chances electorales de seducir a los votantes indecisos, quienes muchos de ellos no pudieron despedir a sus seres queridos el año pasado por las restricciones de la pandemia impuestas por Alberto. 
De todos modos, la decisión del Frente de Todos es encapsular este tema y continuar anunciando medidas económicas que coloquen pesos en el bolsillo de los electores. “Estas cosas afectan, nadie lo puede negar, pero si logramos hacer sentir a la gente algún mínimo beneficio económico antes de noviembre va a pesar más que este contratiempo”, afirmó ayer a este diario un ladero del Presidente. En el Instituto Patria, por lo que dejaron trascender, no opinan exactamente lo mismo.
En los próximos días se anunciaría un nuevo bono para los jubilados y también para los beneficiarios de los planes sociales, cuyas organizaciones se volcaron masivamente a las calles durante las últimas semanas.
En ese contexto, los principales referentes de Juntos por el Cambio salieron a pedir un juicio político en contra del Presidente. Los opositores saben que no tienen los números para poder avanzar con una medida extrema de ese tipo, pero ven la oportunidad de golpear al Frente de Todos en donde más le duele. “Sabemos que el juicio político no va a avanzar, pero nuestro objetivo es demostrar que el Gobierno le pide cosas a la sociedad que ni ellos mismos las cumplen”, señaló un legislador nacional del radicalismo que competirá en estas elecciones. 
Curiosamente, hubo otro hecho esta semana que volvió a poner en debate uno de los asuntos más incómodos para el Gobierno, como es el vacunatorio VIP. Lo llamativo en este caso es que el tema no fue puesto en la agenda por los detractores del kirchnerismo ni por los medios de comunicación, sino por el propio jefe de Estado, quien nombró a Jorge Taiana como nuevo ministro de Defensa. El excanciller tiene pergaminos y formación diplomática de sobra para ocupar el cargo que le fue asignado, el problema es que fue uno de los primeros vacunados de privilegio que se conocieron en el país. El más resonante de esa lista fue, sin dudas, el periodista Horacio Verbitsky. El hecho fue de tal gravedad que terminó con la gestión de Ginés González García en el Ministerio de Salud. 
¿Era necesario premiar con un ministerio a una persona que “se adelantó en la fila” para inmunizarse? ¿No había ningún otro dirigente que responda a Cristina Kirchner que no esté involucrado en algún hecho de doble moral? El nombramiento es extraño, más si se tiene en cuenta que la discusión por el vacunatorio VIP parecía haber quedado atrás en la agenda pública. 

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El Gobierno llegará a las primarias con una inflación elevada pero en proceso de disminución, con un tipo de cambio alto pero parcialmente controlado y con el problema de las segundas dosis en vías de resolución por la combinación de vacunas. Más allá de eso, aparecen también nuevas preocupaciones en el seno del poder, basadas principalmente en el eventual impacto electoral que pueda tener el incumplimiento de la cuarentena que se produjo en la Quinta de Olivos. Este nuevo conflicto amenaza con poner en riesgo la principal estrategia electoral del oficialismo: dar sólo buenas noticias desde ahora hasta noviembre, aún a costa de un agravamiento de la economía en el mediano plazo y de aumentar los contagios por las nuevas aperturas, ante la inminente circulación de la variante Delta. 
Hasta antes de la difusión de la foto, la diferencia que le llevaba el Frente de Todos a Juntos por el Cambio era de alrededor de ocho puntos a nivel nacional según el promedio de doce encuestas. ¿Continuará de ese modo la evolución de las estadísticas o habrá un repentino cambio de tendencia? “Hay que esperar una semana más para medir si la reunión social del Presidente en medio de la pandemia se traducirá en un rechazo electoral o si sólo será fuego artificial de campaña que quedará en la nada”, sostuvo ayer a El Tribuno de Jujuy un importante consultor político que pidió reserva de su identidad. El especialista agregó que “no hay dudas de que la foto del cumpleaños de la primera dama va a acaparar la agenda mediática por algunas semanas más y que eso obviamente producirá un desgaste al todo el oficialismo”. 
Lo cierto es que en la Casa Rosada reina por estas horas bastante preocupación por este hecho, que vuelve a esmerilar el valor de la palabra presidencial justo en el tramo decisivo de la campaña electoral. Alberto Fernández reconoció que fue un error festejar el cumpleaños de su pareja en Olivos, pero nunca se disculpó claramente por lo ocurrido ni se autodenunció por incumplir el artículo 205, lo que generó aún más sorpresa entre los principales colaboradores del jefe de Estado, que esperaban un arrepentimiento más contundente. 
Las declaraciones del mandatario, que se demoraron casi dos días desde que se desató el escándalo, sonaron poco empáticas incluso para los candidatos del Frente de Todos, que ahora deberán cargar con esa mochila en cada una de las provincias a la hora de ir a buscar los votos que le den la mayoría a Cristina Kirchner en Diputados. 
Cerca de la vicepresidenta admiten públicamente que la noticia condiciona las chances electorales de seducir a los votantes indecisos, quienes muchos de ellos no pudieron despedir a sus seres queridos el año pasado por las restricciones de la pandemia impuestas por Alberto. 
De todos modos, la decisión del Frente de Todos es encapsular este tema y continuar anunciando medidas económicas que coloquen pesos en el bolsillo de los electores. “Estas cosas afectan, nadie lo puede negar, pero si logramos hacer sentir a la gente algún mínimo beneficio económico antes de noviembre va a pesar más que este contratiempo”, afirmó ayer a este diario un ladero del Presidente. En el Instituto Patria, por lo que dejaron trascender, no opinan exactamente lo mismo.
En los próximos días se anunciaría un nuevo bono para los jubilados y también para los beneficiarios de los planes sociales, cuyas organizaciones se volcaron masivamente a las calles durante las últimas semanas.
En ese contexto, los principales referentes de Juntos por el Cambio salieron a pedir un juicio político en contra del Presidente. Los opositores saben que no tienen los números para poder avanzar con una medida extrema de ese tipo, pero ven la oportunidad de golpear al Frente de Todos en donde más le duele. “Sabemos que el juicio político no va a avanzar, pero nuestro objetivo es demostrar que el Gobierno le pide cosas a la sociedad que ni ellos mismos las cumplen”, señaló un legislador nacional del radicalismo que competirá en estas elecciones. 
Curiosamente, hubo otro hecho esta semana que volvió a poner en debate uno de los asuntos más incómodos para el Gobierno, como es el vacunatorio VIP. Lo llamativo en este caso es que el tema no fue puesto en la agenda por los detractores del kirchnerismo ni por los medios de comunicación, sino por el propio jefe de Estado, quien nombró a Jorge Taiana como nuevo ministro de Defensa. El excanciller tiene pergaminos y formación diplomática de sobra para ocupar el cargo que le fue asignado, el problema es que fue uno de los primeros vacunados de privilegio que se conocieron en el país. El más resonante de esa lista fue, sin dudas, el periodista Horacio Verbitsky. El hecho fue de tal gravedad que terminó con la gestión de Ginés González García en el Ministerio de Salud. 
¿Era necesario premiar con un ministerio a una persona que “se adelantó en la fila” para inmunizarse? ¿No había ningún otro dirigente que responda a Cristina Kirchner que no esté involucrado en algún hecho de doble moral? El nombramiento es extraño, más si se tiene en cuenta que la discusión por el vacunatorio VIP parecía haber quedado atrás en la agenda pública.