¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

15°
18 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Patronales en honor a la Virgen de Urkupiña

Celebraron los 15 años de la llegada de la sagrada imagen e inauguración y bendición de la plazoleta y la gruta.
Miércoles, 18 de agosto de 2021 01:03

Cada 15 de agosto, la religiosidad popular se moviliza con el rostro maternal de María, en la jornada litúrgica de la Asunción de la Virgen, acontecimiento que se gesta días previos con los preparativos propios de la celebración. Movidos por el legado de fe de sus padres Ignacia Wierna y Gualberto Pinaya, que junto a un grupo de vecinos y devotos transformaron un antiguo basural en un vergel, y trajeron la imagen de la Virgen de Urkupiña desde el santuario de Quillocollo, para que bendiga a los hijos de este verde solar, Alejandro, Rafael, Juana, Mariela, familiares y amigos, sumaron esfuerzos, tiempo y recursos para devolverles el esplendor a la plazoleta, a la gruta, y a la sagrada imagen que fue restaurada y preparada para vivir la gran celebración. Cabe destacar que el rezo del quincenario estuvo a cargo de la comunidad de la gruta Virgen de Urkupiña de la parroquia San Andrés, que como todos los años, es la responsable de la fiesta religiosa.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Cada 15 de agosto, la religiosidad popular se moviliza con el rostro maternal de María, en la jornada litúrgica de la Asunción de la Virgen, acontecimiento que se gesta días previos con los preparativos propios de la celebración. Movidos por el legado de fe de sus padres Ignacia Wierna y Gualberto Pinaya, que junto a un grupo de vecinos y devotos transformaron un antiguo basural en un vergel, y trajeron la imagen de la Virgen de Urkupiña desde el santuario de Quillocollo, para que bendiga a los hijos de este verde solar, Alejandro, Rafael, Juana, Mariela, familiares y amigos, sumaron esfuerzos, tiempo y recursos para devolverles el esplendor a la plazoleta, a la gruta, y a la sagrada imagen que fue restaurada y preparada para vivir la gran celebración. Cabe destacar que el rezo del quincenario estuvo a cargo de la comunidad de la gruta Virgen de Urkupiña de la parroquia San Andrés, que como todos los años, es la responsable de la fiesta religiosa.

Todas las manos se unieron, y llegado el gran día, con la alegría de aquellos primeros años, se honró a la Virgen en el predio que fue cuidadosamente ornamentado, poniendo de manifiesto una gran generosidad como ofrenda a la madre y cada uno de los devotos que acompañaron la celebración.

BENDICIÓN / LA SAGRADA IMAGEN FUE SAHUMADA DURANTE LA CELEBRACIÓN

Fue el padre Marcelo Churquina quien presidió el oficio central, oportunidad en la que explicó el significado de la celebración al tiempo de pedir a la comunidad del lugar, la urgente necesidad de vivir la unidad. "Celebrar esta fiesta de la Asunción de María no es sólo quedarnos mirando a la Virgen sino reflejarnos en ella como modelo que nos invita a mirar nuestra propia vocación, a la que verdaderamente estamos llamados. Hoy nos preguntamos qué significa asunta al cielo, María fue acogida en cuerpo y alma en la gloria de Dios. Terminando el curso de su vida fue recibida por el padre eterno, por el hijo y el Espíritu Santo. Nosotros también estamos llamados a ser recibidos porque de Dios venimos y a él tenemos que volver", dijo el padre en la homilía.

En otro tramo, apuntó que "celebrar a la Virgen de Urkupiña es mirar la figura de la madre en esta advocación y mirarnos como hijos. Que María nos ayude a descubrir en el que tengo al lado el rostro de un hermano. Hoy, María asunta al cielo, nos llama a despojarnos de todo aquello que no es de Dios, del pecado y de la fragilidad y particularmente de aquellos pecados que van en contra de la fraternidad. Que María santísima sea signo de unidad y no de división, sea signo de fraternidad y no de toda expresión que divida", finalizó la prédica.

Finalizada la misa, sólo las imágenes portadas por los devotos participaron de la tradicional procesión, acompañadas por una banda y dos integrantes de la morenada. Al llegar al altar la Virgen fue recibida con luminarias artificiales, y se invitó a todos a compartir un chocolate caliente con masas dulces para atenuar el frío de la noche.