El Tribunal en lo Criminal Nº 3 condenó a un hombre a la pena de 7 años y 6 meses de prisión luego de hallarlo culpable de abusar sexualmente de su expareja.
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El Tribunal en lo Criminal Nº 3 condenó a un hombre a la pena de 7 años y 6 meses de prisión luego de hallarlo culpable de abusar sexualmente de su expareja.
Además, el Tribunal lo absolvió del delito de "privación ilegítima de la libertad", por el cual el hombre también había enjuiciado.
Asimismo, se ordenó que una vez firme la sentencia, se obtenga el perfil genético del condenado a los efectos de su incorporación al Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a Delitos contra la Integridad Sexual.
De acuerdo con la requisitoria fiscal de elevación a juicio de la causa, en los primeros días del mes de febrero del 2020, el acusado habría obligado a su expareja a subir a un auto, trasladándola a un descampado ubicado al costado del río Perico, para sacar un arma blanca con el fin de amenazar a la mujer.
El hombre golpeó a la víctima y abusó sexualmente de ella, mientras la filmaba con su celular.
Posteriormente subió a la mujer al vehículo y la llevó contra su voluntad al domicilio de su expareja para obligarla a bailar semidesnuda en la vía pública.
Finalmente, el condenado condujo a la mujer hasta la vivienda familiar y le prohibió que saliera de ahí, tratando de evitar que la víctima pidiera ayuda y que sus vecinos observaran sus lesiones.
El Tribunal estuvo integrado por los jueces María Margarita Nallar (presidenta de trámite), Mario Ramón Puig, haciendo uso de las facultades previstas en Acordada Nº 71/08. Como secretario se desempeñó Rodrigo Burgos.
El fiscal del Ministerio Público de la Acusación fue Alejandro Maldonado, quien solicitó para el acusado la pena de 17 años de prisión. Como querellante se desempeñó Cristian Molina, del Consejo Provincial de la Mujer e Igualdad de Género, quien pidió para el condenado la pena de 20 años de prisión o en subsidio 15 años. La defensa técnica del acusado fue ejercida por el defensor público penal Pablo Lozano, quien solicitó para su defendido la absolución lisa y llana o el beneficio de la duda.
"Estamos muy conformes con el fallo porque se aplicó perspectiva de género, porque no existían pruebas independientes más allá del relato de la víctima. Pero con la declaración del imputado, quien se ubicó solo en las circunstancias de modo tiempo y lugar, justificándose que el acto sexual había sido consentido y que había atacado a su víctima por celos", dijo Cristian Molina.