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"En nuestro país los Ingenieros Agrónomos, han sido considerados como una de las seis profesiones prioritarias para el desarrollo de un país dada la responsabilidad en la producción de agroalimentos en consonancia con la sustentabilidad ambiental y la sostenibilidad social", Aseguró Verónica Sato, presidenta del Colegio de Ingenieros Agrónomos, Profesionales Afines y Auxiliares de La Agronomía de Jujuy.
"Esto implica que todo profesional de la ingeniería al recibirse adquiere el derecho irrenunciable de ejercer su profesión, pero en un marco de justicia debe asumir también las obligaciones que su título le confiere.
Ese grado de interés sobre el diseño y la construcción misma de la sociedad implica cumplir normativas legales establecidas para su profesión siendo una de ellas, y la primera, la obligación de matricularse y permanecer habilitado para poder ejercer.
Habiendo incorporado el concepto de praxis al ejercicio profesional es necesario dotar a la sociedad de entidades que regulen que dicho ejercicio profesional sea realizado en beneficio o acorde a las necesidades de una sociedad; sociedad que a su vez mediante la existencia de un universidad pública y gratuita han contribuido a dicha formación.
En este sentido, el Estado Provincial actúa como contralor del desempeño de las profesiones, pero delega su potestad en organizaciones paraestatales sin fines de lucro cuyo rol es el de ejercer el gobierno de la matricula, debiendo en la actualidad acompañar al profesional en mejorar las condiciones para su desempeño profesional y garantizando que la misma sea ejercida en un marco de ética, y compromiso profesional.
La Ingeniería Agronómica es una de las disciplinas cuyo desenvolvimiento compromete el interés público, por lo tanto no pueden ser desarrolladas por cualquier persona, sino sólo por aquellas que hayan adquirido y certificado un grado de formación técnica y científica adecuadas para llevarlas a cabo. El Estado el que determina cuáles son esas actividades calificadas, originando las denominadas ‘profesiones‘, asegurá la titular del colegio de agrónomos.
"Existen evidentes razones de interés y seguridad pública que justifican ese control permanente. A nadie podría ocurrírsele, por ejemplo, que la salud de las personas no estuviera a cargo de profesionales de la medicina, como tampoco que la defensa de los derechos ante los tribunales no le cupiera a un abogado", destacó Sato.-
En el caso de los profesionales de la ingeniería agronómica, esas razones también son plausibles. Así, desde una irracional explotación de la tierra, con sus perjuicios económicos comunitarios a mediano o largo plazo, hasta la utilización inapropiada de productos agroquímicos, con sus secuelas sanitarias, son indicativas de la necesidad del control estatal al que hacíamos referencia.
Así la preservación del medio ambiente interesa a la humanidad entera y la ingeniería agronómica - entre otras disciplinas, está signada a aportar soluciones a tan importante problemática. La coyuntura de encontrarnos frente a una plaga, por ejemplo que exige la instalación de estrategias desde el Gobierno de la provincia como fue el caso de la manga de langostas ha dado pie a la emisión del Decreto Provincial correspondiente ha exigido de la acción de profesionales con una responsabilidad civil frente al conflicto, que en caso de los Ingenieros Agrónomos, requieren de la matricula profesional como una manera de asumir el compromiso de actuar con responsabilidad civil, social y ambiental afectando de la menor manera posible a terceros intervinientes.
Verónica Sato sostuvo que los Ingenieros agrónomos hoy juegan un papel protagónico como responsables acciones sensibles a la alimentación como la producción de agroalimentos con la implementación de buenas prácticas agrícolas y otros estándares de calidad que aseguren un alimento inocuo, la sanidad animal y vegetal, la sustentabilidad de los agroecosistemas, la sostenibilidad social y económica de los sistemas productivos, el aprovechamientos de los servicios eco sistémicos, la conservación de los recursos genéticos, la preservación de los recursos suelo-agua, la mitigación de efectos climáticos y la generación de empleo, entre otros exigen el desempeño responsable de un profesional cuyo ejercicio sea regulado.
Nunca tanto como ahora se requiere de una Institución que responda a los intereses de los matriculados y colabore con las necesidades del Estado Provincial.
Una entidad acorde a las necesidades de los profesionales dedicados a la actividad agropecuaria que se adapte a nuevos esquemas productivos con una mirada conservacionista, agroecológica y sustentable, fortalece el compromiso de vincular el control del ejercicio profesional agropecuario, en beneficio de las generaciones presentes y venideras" finalizó.