El Teatro Mitre se merecía tamaño agasajo. Artistas de todos los tiempos y todas las disciplinas que supo contener durante 120 años, formaron parte del Gran Espectáculo producido para conmemorar este importante aniversario. "En el teatro puedo ser, y en el teatro todo puede ser", fue la idea fuerza de la velada, que siguió el guión realizado por Claudia Machado y Martín Calvó.
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El Teatro Mitre se merecía tamaño agasajo. Artistas de todos los tiempos y todas las disciplinas que supo contener durante 120 años, formaron parte del Gran Espectáculo producido para conmemorar este importante aniversario. "En el teatro puedo ser, y en el teatro todo puede ser", fue la idea fuerza de la velada, que siguió el guión realizado por Claudia Machado y Martín Calvó.
En la noche del domingo, y después de meses de preparación de una comunidad de artistas locales que unieron sus luces, se presentó un show de primer nivel en un escenario 360º que se montó en la calle, en la intersección de Alvear y Lamadrid para permitir que más público pudiera presenciarlo manteniendo los cuidados por la pandemia.
Sin dudas la postal más significativa es doble. Por un lado, grandes artistas de trayectorias enormes, en el escenario; y por otro, grandes artistas en la platea, presenciando este homenaje en calidad esta vez, de invitados especiales, después de haber entregado tanto en las tablas. Hablamos por ejemplo de Adán Cesarini, Rubén Iriarte, Maria del Carmen Echenique, Roberto Cruz, Noemí Salerno, en la actuación; o César Agostini, en el canto lírico; por mencionar sólo algunos de los que más trayectoria tienen en el arte, subidos a este escenario, aportando cuadros maravillosos; y de maestras como Fulvia Chagra (directora de danzas clásicas, la referente en nuestra provincia, de esta disciplina); y María del Carmen Calneggia (directora de la Escuela de Danzas "Cristina del Valle", pionera en folclore y flamenco y muchos estilos más), sentadas en el sector de las personalidades aplaudiendo sus propios legados.
El hilo del show lo llevó el actor Martín Calvó, como el bululú, que fue presentando cada segmento interpretando diferentes personajes y contando la historia de nuestro coliseo. Un acierto total su elección.
120 artistas entre los grandes consagrados con más de 40 años de trayectoria; la generación intermedia que ya tiene su prestigio y su lugar en la historia del arte jujeño; y los más jóvenes que se suman a elencos y ballets, se reunieron en este novedoso escenario para rendir tributo a nuestro templo del arte, y para celebrar.
Todas las disciplinas de las artes escénicas tuvieron su lugar. Lo primero que presentó el bululú, fue el ballet, puesto que con esta propuesta se inauguró el coliseo en 1901. Las bailarinas de Fulvia Chagra con trajes de luces se lucieron entre el clásico y una fusión con sones electrónicos.
El sainete criollo marcó una época fuerte en las tablas del Mitre, y entonces "La pensión de la Calandria" se revivió con grandes actores en este espacio. Elisa Stella fue la Calandria, rodeada de primerísimas figuras del teatro jujeño. Un lujo de elenco.
Mientras el bululú seguía contando, en las pantallas ubicadas arriba del escenario, se veían imágenes de los recortes de los diarios locales, que fueron registrando sus pasos.
Y ahora el presentador se vistió de torero, para recordar las grandes figuras que llegaron desde España. El flamenco era el protagonista en este momento, con el ballet dirigido por Cristina del Valle, como no podía ser de otra manera. También este estilo, se prestó a la fusión, refiriendo a la modernidad, sin dejar de lado la maestría de lo tradicional.
Siguieron las referencias a nuestro folclore. Y el gaucho Juan Moreira se hizo carne en el bululú, y salió para presentar el malambo del Ballet Huayra Muyoj, dirigido por Rodolfo Revollo, que ya tiene su marca en la historia de las danzas tradicionales en Jujuy, siendo representante en el mundo de esta disciplina. Presencia y precisión con los bombos y las boleadoras.
Y el anuncio del bululú, ahora vestido de coya, de que "volvería el carnaval el próximo año", mereció la ovación de los presentes. Jujuy está necesitando el carnaval, y recibió al Ballet "El Portal de mi País", dirigido por Julieta Gareca, con un soñado Carnaval de la Quebrada.
Alejandra Castillo, Cecilia Córdoba y Andrea Bonutto, manejaron tres marionetas gigantes, en una presentación sin desperdicios, donde tres mujeres revivían las tan mentadas discusiones sobre lo que es y no es teatro y de cómo esos muñecos y otros objetos cobran vida en escena y entonces la marioneta dialoga con quien la maneja. Excelente momento del show.
Un especial momento, fue dedicado a los técnicos y asistentes, trabajadores del "Detrás de escena" (tal como se tituló este cuadro), con la magia de la danza contemporánea a cargo de la Compañía "Cooltura", dirigida por Ana Laura Gómez.
Sublime
La calidad se mantuvo durante toda la presentación, pero sin lugar a dudas, uno de los momentos más sublimes de este recorrido por las experiencias del arte en el Mitre, fue al hablar de la ópera. Bajo la dirección de Edgar Vivas, se representó un fragmento de "La Traviata" de Giuseppe Verdi, con voces increíbles y jujeñas, como las de las sopranos Noelia Gareca y Marina García; y de los tenores, César Agostini y Sebastián Mealla. Acompañados de la música de Ensamble Classic & Jazz, con Rocío y Sebastián Ortega, en violines; Ana Caldera en violoncello; y Nazareno Corredoyra en piano. Y la ópera se completa con el Coro Kamay de gran prestigio en nuestra provincia, dirigido por Isolda Sánchez de Bidondo.
Emocionante, intenso, impecable. Era la demostración que faltaba, en este mensaje que daba esta celebración, de que Jujuy tiene alta calidad en todas las disciplinas del arte.
La ópera es la joya de las artes escénicas, como explicaba el presentador, combinando música en vivo, coro, director de orquesta, ballet y teatro, dramaturgia, etc., etc., etc.
Este fue el momento indicado para saludar al Mozarteum filial Jujuy por su 40º Aniversario y el aporte invaluable que hizo a la cultura jujeña en este tiempo.
Y el final
Ya llegando al cierre del telón de este homenaje al Mitre, se hizo un homenaje con imágenes en la pantalla de los innumerables artistas nacionales e internacionales que pasaron por sus tablas y otra vez la voz que se eleva, es la de "En el teatro yo puedo ser", como dice el bululú, que soñó con ser parte de una comedia musical, y lo logró en este último cuadro, donde también esta rama tuvo su lugar. Y su charla final con el mismísimo teatro (la voz del Mitre, es desde hace varios espectáculos, el locutor Gustavo Martínez) emocionaron y cerraron un show sin igual, junto al aplauso del público a ese edifico con tanta historia, que fue Legislatura, ring de boxeo, y otras cosas. Que es el más antiguo del país, y el más cálido de acuerdo a lo que manifiestan los propios artistas de aquí y del mundo que pudieron estar en él.