En Palma Sola un grupo de familias busca conquistar el mercado jujeño de la gastronomía con su nueva producción de semillas y hojas de mostaza morada. También viene incursionando desde hace dos años en sandía naranja de cáscara verde y zapallos plomo, además de las hortalizas que habitualmente cultiva. En pandemia algunas activaron la producción al volver al campo, ante la crisis laboral en sus actividades.
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En Palma Sola un grupo de familias busca conquistar el mercado jujeño de la gastronomía con su nueva producción de semillas y hojas de mostaza morada. También viene incursionando desde hace dos años en sandía naranja de cáscara verde y zapallos plomo, además de las hortalizas que habitualmente cultiva. En pandemia algunas activaron la producción al volver al campo, ante la crisis laboral en sus actividades.
"Estamos produciendo un cuarto de hectárea de mostaza morada. Es la primera vez que vamos a vender las hojas. Hace dos años que venimos produciendo en Villamonte, y la mostaza se adapta a las heladas", dijo Gladys Villagra, de Ñanderis.
Explicó que la mayoría de los productores de la familia son mujeres, quienes se dedicaban a otra actividad independiente en San Pedro, y durante el 2020, ante la crisis laboral y el aislamiento obligatorio que paralizó muchas actividades, decidieron volver al campo. Es que la familia era de productores con experiencia en Apolinario Saravia y otras zonas, y por entonces sólo producía pocas hectáreas de hortalizas, y decidió ampliarla volcándose enteramente a la producción.
Entonces sus integrantes decidieron incursionar en otros productos de los que ya venían haciendo. En total son nueve familias que suman 22 integrantes, entre hermanos, hijos y sobrinos, quienes se dedicaron a ampliar la superficie del cultivo, y decidieron diversificar debido a que las bajas temperaturas de Villamonte solo le permitían sembrar de septiembre a enero.
Con ese contexto exploraron varias posibilidades, y encontraron que por las condiciones climáticas la mostaza morada resulta una gran oportunidad porque creen que sería la única en la provincia, y porque el valor de la semilla se asemejaría al del trigo. Por ello prevén en principio vender las hojas y luego aumentar la cantidad de plantas, producir más semillas y llegar en 2022 a 8 hectáreas, con el objetivo a mediano plazo de lograr triturarla y producir la mostaza morada como aderezo.
Entre las ventajas del cultivo, mencionó que las hojas luego de 20 días se pueden consumir y hasta los 45 días se las puede comercializar. Las semillas se pueden obtener luego de 70 días, y destacó que de una planta sacan alrededor de mil unidades.
Planteó que tienen esperanzas de conquistar el mercado gastronómico de la provincia, estimado en 200 integrantes. Es que destacan que las hojas de mostaza morada que prevén lanzar en noviembre, se pueden usar para salsas, ensaladas, pescados, vinagretas, mayonesas y otras preparaciones, además de su uso medicinal. Mientras, las semillas encuentran mayor potencial porque con ellas se podría producir harinas, para aromatizar marinadas, guisos y aderezos.
"Se nos están abriendo las puertas porque la mostaza morada es algo nuevo para el lugar, tuvimos reuniones directamente con el gobernador y su gabinete para poder avanzar con este proyecto. Pedimos accesibilidad para obtener más tierras y poder producir, porque nosotros arrendamos las tierras a pulmón", destacó Gladis Villagra.
Recordó que se dedican a producir hortalizas de hojas y frutos inicialmente, y también comenzaron a incursionar el año pasado con la sandía extra roja y dulce, cuya denominación específica es "sandía roja del valle, sandía roja crimsom sweet y sandia roja jubilee", dijo y en total tienen cultivadas 3 has y media.
"Los primeros días de noviembre queremos sacar la sandía naranja cáscara verde", anticipó Villagra sobre otra de las novedades que buscan impulsar porque estiman que es una de las primeras en Jujuy, ya que en Palma Sola tienen la variedad naranja pero de cáscara negra.
También producen, entre otros, zapallo plomo que pueden cosechar en invierno y verano, y lo comercializan con éxito con dibujos, utilizando pintura vegetal, sumando la producción de mermeladas y dulces