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Los mercados, más atentos que los propios votantes

Domingo, 05 de septiembre de 2021 01:02

Las primarias del próximo domingo definirán en buena medida el rumbo político e institucional que afrontará el país en los próximos dos años, en donde la pandemia y la crisis económica ocupan lugares de preponderancia para una sociedad que confía cada vez menos en su clase dirigente. Los mercados, en paralelo, siguen con mucha más atención los avatares de estos comicios que los propios electores, al tanto de que cualquier resultado puede impactar directamente en el precio del dólar y en los índices de inflación. 
¿Podrá el Frente de Todos alcanzar el quórum propio en Diputados y mantenerlo en el Senado? Allí aparece el principal interrogante concreto para develar si estas elecciones fortalecerán o debilitarán aún más la gobernabilidad del presidente Alberto Fernández. La posibilidad de que el oficialismo pueda perder siete legisladores en la Cámara alta y quedar por debajo de la mayoría automática que ostentaba hasta ahora podría modificar inesperadamente el escenario legislativo, pero sólo de una forma parcial. De cumplirse lo que vaticinó una encuesta que se difundió horas atrás, el bloque del Frente de Todos quedará a sólo un voto de alcanzar el quórum necesario para sancionar cuanta ley quiera. Cualquier negociación de las que ocurren cotidianamente con algún gobernador de la oposición modificaría rápidamente el panorama. Sin embargo, un escenario de esas características tendría una enorme carga simbólica, ya que se trata ni más ni menos que del Senado, el lugar en donde Cristina hace y deshace a su merced.
En la Cámara baja, teniendo en cuenta la paridad que muestra la mayoría de las encuestas, al Gobierno le será difícil alcanzar los 127 diputados que le den un cheque en blanco, pero nadie descarta que pueda alcanzar ese objetivo con la ayuda de algunos aliados. La oposición basó buena parte de su campaña en advertir sobre los supuestos riesgos de que la Casa Rosada controle las dos cámaras. La campaña del miedo tampoco parece haber penetrado demasiado en el debate cotidiano de los votantes. 
¿Quiénes serán los líderes políticos que más se juegan en esta contienda? Algunos de ellos serán candidatos y otros no, pero los que más arriesgan son Horacio Rodríguez Larreta y Alberto Fernández, ya que el primero mudó de distrito a dos candidatos para fortalecer su proyecto personal y el otro será plebiscitado por toda la sociedad. Cristina Kirchner, como siempre, estaría cubierta de una eventual derrota con su tercio de votos que se mantiene inalterable hace una década.
¿Cuál será el impacto financiero de las urnas en relación al dólar y la emisión monetaria? ¿Habrá terceras fuerzas lo suficientemente potentes como para instalarse definitivamente y romper la grieta en dos años? ¿Se producirán cambios en el Gabinete de Alberto Fernández aún antes de los comicios generales de noviembre? ¿Para dónde irá la gran cantidad de indecisos que hasta el momento no expresaron sus preferencias electorales? ¿Qué repercusión tendrán las diecisiete internas que se disputarán en Juntos por el Cambio en la unidad final de esa coalición? ¿Cuál será el porcentaje de votantes de esta elección en medio de la pandemia? ¿La gobernabilidad quedará fortalecida o debilitada?
Todas esas dudas serán despejadas sólo parcialmente cuando se conozcan los resultados de las Paso, pero la verdadera competencia se dará en los comicios generales, en donde el famoso “voto útil” podría terminar definiendo el futuro de la Argentina. 
Según los últimos sondeos, el oficialismo nacional llega a las elecciones con una ventaja de alrededor de entre cinco y ocho puntos en todo el país, favorecido por la enorme dispersión electoral que presenta Juntos por el Cambio en la mayoría de las provincias. En el Gobierno hay un clima de expectativa importante, teniendo en cuenta que esta campaña tuvo grandes dificultades como el festejo en la Quinta de Olivos, el crecimiento de la pobreza, la destrucción del empleo y algunos problemas logísticos en el plan de vacunación. “Llegar primeros en un contexto de pandemia y de debacle económica es para nosotros como un balón de oro. Si en esta situación no nos ganan las elecciones, ¿en qué circunstancias lo conseguirán?”, afirmó ayer a El Tribuno de Jujuy un operador político del kirchnerismo que pidió reserva de su identidad. 
La lectura puede ser correcta en un plano estrictamente matemático, pero el resultado de las urnas dará muchos más mensajes que los porcentajes de cada candidato. En el Gobierno, por las dudas, abren el paraguas asegurando que ganar por un solo voto es un triunfo, pese a que eso implicaría una fuerte reducción del apoyo popular obtenido sólo dos años antes en las presidenciales. Una victoria oficialista por un margen muy estrecho podría amenazar ese resultado en las elecciones generales, en donde los votantes suelen volcarse mucho más hacia los sectores que tienen alguna posibilidad de ganar, en detrimento de espacios políticos más testimoniales como el liberalismo de Javier Milei y José Luis Espert o la izquierda de Nicolás del Caño y Myriam Bregman. 
Los mercados, que miran atentamente todo lo que va sucediendo en el terreno electoral, empiezan a preguntarse qué es lo que pasará a partir del 13 de septiembre. Un empresario que forma parte de la UIA lo explicaba de esta manera: “Si el Gobierno llega a ganar por muy poco, podría aumentar fuertemente el gasto público de cara a las elecciones de noviembre para mejorar sus chances en las generales. De ocurrir, eso podría frenar la baja que se viene dando en la inflación e impulsar el tipo de cambio antes de lo previsto”. 
Alberto Fernández se juega una gran parte de su fortaleza para encaminar la gestión económica pero también para fortalecer su imagen política, que fue bastante vapuleada durante la campaña electoral. En su entorno están convencidos de que una parte de la eventual victoria en los comicios tiene que ver con su gestión, más allá de los votos que Cristina aporta sobre todo en el principal distrito del país. ¿Quién será el principal paladín de la victoria y quién el principal responsable de una eventual derrota? La foto del domingo a la noche luego de la votación aportará información muy valiosa para el análisis.

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Las primarias del próximo domingo definirán en buena medida el rumbo político e institucional que afrontará el país en los próximos dos años, en donde la pandemia y la crisis económica ocupan lugares de preponderancia para una sociedad que confía cada vez menos en su clase dirigente. Los mercados, en paralelo, siguen con mucha más atención los avatares de estos comicios que los propios electores, al tanto de que cualquier resultado puede impactar directamente en el precio del dólar y en los índices de inflación. 
¿Podrá el Frente de Todos alcanzar el quórum propio en Diputados y mantenerlo en el Senado? Allí aparece el principal interrogante concreto para develar si estas elecciones fortalecerán o debilitarán aún más la gobernabilidad del presidente Alberto Fernández. La posibilidad de que el oficialismo pueda perder siete legisladores en la Cámara alta y quedar por debajo de la mayoría automática que ostentaba hasta ahora podría modificar inesperadamente el escenario legislativo, pero sólo de una forma parcial. De cumplirse lo que vaticinó una encuesta que se difundió horas atrás, el bloque del Frente de Todos quedará a sólo un voto de alcanzar el quórum necesario para sancionar cuanta ley quiera. Cualquier negociación de las que ocurren cotidianamente con algún gobernador de la oposición modificaría rápidamente el panorama. Sin embargo, un escenario de esas características tendría una enorme carga simbólica, ya que se trata ni más ni menos que del Senado, el lugar en donde Cristina hace y deshace a su merced.
En la Cámara baja, teniendo en cuenta la paridad que muestra la mayoría de las encuestas, al Gobierno le será difícil alcanzar los 127 diputados que le den un cheque en blanco, pero nadie descarta que pueda alcanzar ese objetivo con la ayuda de algunos aliados. La oposición basó buena parte de su campaña en advertir sobre los supuestos riesgos de que la Casa Rosada controle las dos cámaras. La campaña del miedo tampoco parece haber penetrado demasiado en el debate cotidiano de los votantes. 
¿Quiénes serán los líderes políticos que más se juegan en esta contienda? Algunos de ellos serán candidatos y otros no, pero los que más arriesgan son Horacio Rodríguez Larreta y Alberto Fernández, ya que el primero mudó de distrito a dos candidatos para fortalecer su proyecto personal y el otro será plebiscitado por toda la sociedad. Cristina Kirchner, como siempre, estaría cubierta de una eventual derrota con su tercio de votos que se mantiene inalterable hace una década.
¿Cuál será el impacto financiero de las urnas en relación al dólar y la emisión monetaria? ¿Habrá terceras fuerzas lo suficientemente potentes como para instalarse definitivamente y romper la grieta en dos años? ¿Se producirán cambios en el Gabinete de Alberto Fernández aún antes de los comicios generales de noviembre? ¿Para dónde irá la gran cantidad de indecisos que hasta el momento no expresaron sus preferencias electorales? ¿Qué repercusión tendrán las diecisiete internas que se disputarán en Juntos por el Cambio en la unidad final de esa coalición? ¿Cuál será el porcentaje de votantes de esta elección en medio de la pandemia? ¿La gobernabilidad quedará fortalecida o debilitada?
Todas esas dudas serán despejadas sólo parcialmente cuando se conozcan los resultados de las Paso, pero la verdadera competencia se dará en los comicios generales, en donde el famoso “voto útil” podría terminar definiendo el futuro de la Argentina. 
Según los últimos sondeos, el oficialismo nacional llega a las elecciones con una ventaja de alrededor de entre cinco y ocho puntos en todo el país, favorecido por la enorme dispersión electoral que presenta Juntos por el Cambio en la mayoría de las provincias. En el Gobierno hay un clima de expectativa importante, teniendo en cuenta que esta campaña tuvo grandes dificultades como el festejo en la Quinta de Olivos, el crecimiento de la pobreza, la destrucción del empleo y algunos problemas logísticos en el plan de vacunación. “Llegar primeros en un contexto de pandemia y de debacle económica es para nosotros como un balón de oro. Si en esta situación no nos ganan las elecciones, ¿en qué circunstancias lo conseguirán?”, afirmó ayer a El Tribuno de Jujuy un operador político del kirchnerismo que pidió reserva de su identidad. 
La lectura puede ser correcta en un plano estrictamente matemático, pero el resultado de las urnas dará muchos más mensajes que los porcentajes de cada candidato. En el Gobierno, por las dudas, abren el paraguas asegurando que ganar por un solo voto es un triunfo, pese a que eso implicaría una fuerte reducción del apoyo popular obtenido sólo dos años antes en las presidenciales. Una victoria oficialista por un margen muy estrecho podría amenazar ese resultado en las elecciones generales, en donde los votantes suelen volcarse mucho más hacia los sectores que tienen alguna posibilidad de ganar, en detrimento de espacios políticos más testimoniales como el liberalismo de Javier Milei y José Luis Espert o la izquierda de Nicolás del Caño y Myriam Bregman. 
Los mercados, que miran atentamente todo lo que va sucediendo en el terreno electoral, empiezan a preguntarse qué es lo que pasará a partir del 13 de septiembre. Un empresario que forma parte de la UIA lo explicaba de esta manera: “Si el Gobierno llega a ganar por muy poco, podría aumentar fuertemente el gasto público de cara a las elecciones de noviembre para mejorar sus chances en las generales. De ocurrir, eso podría frenar la baja que se viene dando en la inflación e impulsar el tipo de cambio antes de lo previsto”. 
Alberto Fernández se juega una gran parte de su fortaleza para encaminar la gestión económica pero también para fortalecer su imagen política, que fue bastante vapuleada durante la campaña electoral. En su entorno están convencidos de que una parte de la eventual victoria en los comicios tiene que ver con su gestión, más allá de los votos que Cristina aporta sobre todo en el principal distrito del país. ¿Quién será el principal paladín de la victoria y quién el principal responsable de una eventual derrota? La foto del domingo a la noche luego de la votación aportará información muy valiosa para el análisis.