¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

26°
23 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Todo lo que digan podrá ser usado en su contra

Lunes, 10 de enero de 2022 01:01

Hasta aquí, la crisis que atraviesa el país, se va llevando puestos algunos "esfuerzos" de la clase dirigente para soldar la grieta y enfocarse en los temas que destruyen a la sociedad. Y todo lo que hacen y dicen los referentes de la vida pública, como un boomerang, gira, acelera y vuelve para romperles la cabeza. El oficialismo encabezado por Alberto Fernández lo vive en carne propia vertiginosamente, bajo el signo de la deuda y del impostergable acuerdo con el FMI. AAF no logró que la reunión concertada para su ministro de Economía rindiera frutos.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Hasta aquí, la crisis que atraviesa el país, se va llevando puestos algunos "esfuerzos" de la clase dirigente para soldar la grieta y enfocarse en los temas que destruyen a la sociedad. Y todo lo que hacen y dicen los referentes de la vida pública, como un boomerang, gira, acelera y vuelve para romperles la cabeza. El oficialismo encabezado por Alberto Fernández lo vive en carne propia vertiginosamente, bajo el signo de la deuda y del impostergable acuerdo con el FMI. AAF no logró que la reunión concertada para su ministro de Economía rindiera frutos.

Ni siquiera asistieron todos "sus" gobernadores y la oposición envió segundas líneas "para cumplir". La foto anhelada fue un borrón en la agenda. Martín Guzmán volvió a "sarasear", sin entender que más allá de la devaluada audiencia que tenía enfrente, lo escuchaban los técnicos y funcionarios del FMI y el staff más importante del mundo empresario y financiero. La definición tribunera que lanzaron se les volvió en contra: "la palabra ´ajuste´ está desterrada, lo importante es crecer".

El riesgo país voló a 1.800 puntos, los bonos argentinos cayeron, se estremeció el mercado, aumentó el desconcierto y el pánico de los inversores. Horas después el Presidente protagonizó otro acto que quedó bajo la lupa de los acreedores: asumió la presidencia de Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, (CELAC), organismo francamente antinorteamericano creado en el 2010, que tuvo entre sus principales inspiradores a Hugo Chávez, Evo Morales, Raúl Castro, Lula da Silva, Rafael Correa y Cristina Elisabet Fernández de Kirchner.

Con esta suerte de premio consuelo tras fracasos diplomáticos de los intentos por presidir el Banco Interamericano de Desarrollo y la CAF (Corporación Andina de Fomento), AAF sobriamente satisfecho dijo sentirse "fortalecido sabiendo que sus hermanos latinoamericanos y caribeños lo acompañan". La movida argentina cayó mal en la cocina del FMI, ya se volvió en contra y el Departamento de Estado de EE.UU. lo hizo saber: el Presidente Joe Biden no avalará ningún acuerdo o perdón (waiver) para la deuda argentina, si no asoma un plan creíble detrás de los parches cortoplacistas.

Y menos ahora con el posicionamiento geoestratégico adoptado. Desde el Frente de Todos, dicen cada vez en voz más alta, que no aceptarán ajustes de ninguna naturaleza y que no pagarán la deuda con el hambre de la gente. Dichos, principios, bravuconadas estériles, que ya están volviéndose en contra: el BCRA sube las tasas, el dólar blue sube, los precios controlados hacen agua antes de entrar en vigencia, los alquileres y las prepagas se disparan la nafta espera. El gobierno necesita otra carta: que la oposición salga a apoyarlo con fuerza.

En la oposición es tal la variopinta oferta de caciques que, desde Jujuy más vale concentrarnos en el protagonismo de Gerardo Morales, gobernador de la Provincia, presidente de la UCR, principalísimo miembro de la mesa opositora de Juntos por el Cambio y aspirante a Presidente de la Nación. Tal vez para fortalecer ese liderazgo, el GM intentó un fallido mea culpa cuando recibió la invitación para concurrir al show de Guzmán. "Debemos ir, al fin y al cabo la deuda la contrajimos nosotros" dijo hablándole al país. "Jugar a las escondidas con el tema de la deuda es una pendejada" dijo hablándole a Juntos por el Cambio.

Estallaron las respuestas de los que se sintieron tratados como pendejos o incapaces: lo mandaron a estudiar, le dijeron "dialogar no es ser funcional al relato", lo llamaron ignorante. Lo llenaron de cifras y datos y aunque sus defensores lo nieguen, erosionaron su figura y el arranque de sus aspiraciones presidenciales. Si adentro los dichos del GM se le volvieron en contra, afuera el oficialismo los mostró como una "confesión de parte". Y todavía peor, le dio letra a Axel Kicillof: "lo mínimo que se puede esperar es que contribuyan a solucionar el problema que provocaron" dijo el bonaerense, mientras evadía sus responsabilidades, ensanchaba la grieta en JxC y revolvía heridas que ya no cerrarán con fotos, ni disimularán sonrisas de ocasión.

Nadie discutirá que al GM lo asiste parte de razón, pero sus dichos no fueron ni oportunos ni lo suficientemente precisos, para justificar ni acercarse a Fernández, ni alejarse del default. Cuando sus palabras se le volvían en contra, recurrió al clásico y débil argumento de que "me sacaron de contexto". Rarísimo en él, político de tanta experiencia y aguda intuición para olfatear los rebotes. "Se podría haber ahorrado todo este quilombo" dijo un cambiemita no muy cercano al GM que sigue esperando que vuelva a tropezar.

El gobernador zafó logrando que Alberto le habilite una reunión especial con Martín Guzmán. Le prometió que no será para una foto política y que quizás hasta puedan hablar de obra pública, coparticipación especial, reparto de ATN, etc. Se hará en el Congreso escenariológico dentro de un mes. Iba a ser hoy, pero un cordial arreglo entre Sergio Massa y el jujeño (lo que es bueno y malo para el GM) acordó la postergación para permitir que baje la efervescencia de los últimos tironeos. Irían con el GM, Horacio Rodríguez Larreta, Gustavo Valdez y Rodolfo Suárez, uno de los más enojados con este jaleo.

También los presidentes de los bloques de JxC, Luis Naidenoff, Alfredo Cornejo (UCR) y Humberto Schiavoni (PRO); Mario Negri (UCR), Cristian Ritondo (PRO) y Juan Manuel López (CC). Si el encuentro sale bien, punto para los que arreglaron; si sale mal se lo facturarán al GM, tanto adentro como afuera. Porque sinceridad y desaciertos en política cuestan tanto que a veces nunca se terminan de pagar. Ojalá que informen todo lo que ocurra entonces, aunque es probable que no sea así, porque todo lo que digan puede volverse en su contra.

Desde Jujuy, otra voz (la única) que se sumó haciendo votos por el apoyo al Presidente Alberto Fernández y por el arreglo con el FMI, fue la del presidente del Partido Justicialista. Rubén Rivarola, tuvo también una expresión de sinceridad irreprochable, aunque colisiona con las posiciones del gobierno nacional. Dijo RR que para que se asegure el éxito de las conversaciones por el acuerdo, "es imprescindible que aparezca un plan que implique la recuperación y el crecimiento". Un plan, justo lo que el gobierno del FdT no tiene, o al menos no muestra.

Y es precisamente lo que esperan el FMI, la oposición, los empresarios, los sindicatos, la gente. El jefe peronista con honesta claridad sumó a la condición de líder político, su expertise como empresario, que sabe que nada se puede alcanzar si no se identifica el objetivo y se traza el camino razonable para llegar a él. RR abogó además por encontrar a "todos alineados" para defender al país y apoyar al Presidente. Esto, es un poco más difícil de imaginar, tal como se presentan las cosas.

Mientras los notables de las coaliciones (oficial y opositora), siguen sin resolver sus crisis de identidad, cambian figuritas, juegan al gran bonete, buscan culparse de todo, y se esmeran por eternizarse en el poder; en la puerta de casa esperan la pandemia, la inflación, la pobreza. Y el FMI. Ojalá que entiendan que todo lo que digan y hagan, podrá usarse y se usará- en su contra.