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Después de los carpinchos de Nordelta, en Pilar preocupa la "invasión" de lagartos overos

Pese al temor de los vecinos, se trata de una especie que no es agresiva y cumplen una función importante en el ecosistema.

Viernes, 14 de enero de 2022 19:16

La presencia de lagartos overo en distintos barrios de Pilar, considerada por algunos como invasión, causó sorpresa e impacto en algunos vecinos de la zona. Muchos lo ven como un revival de la disputa territorial que se dio en Nordelta con los carpinchos. Sin embargo, especialistas consultados destacaron que se trata de una especie nativa, de baja peligrosidad, que en principio puede convivir con humanos, e incluso cumple una función importante en el ecosistema.

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La presencia de lagartos overo en distintos barrios de Pilar, considerada por algunos como invasión, causó sorpresa e impacto en algunos vecinos de la zona. Muchos lo ven como un revival de la disputa territorial que se dio en Nordelta con los carpinchos. Sin embargo, especialistas consultados destacaron que se trata de una especie nativa, de baja peligrosidad, que en principio puede convivir con humanos, e incluso cumple una función importante en el ecosistema.

Según Nicolas García Romero, biólogo y asesor en el área de manejo de cuerpos de agua en barrios, se trata de “gigantes amistosos”, una especie nativa del lugar que se adapta fácilmente a los entornos periurbanos. “No son agresivos, van a tratar de evitar el contacto con especies domésticas, por ejemplo, salvo que se sientan muy amenazados”, señaló el especialista..

“No son peligrosos para nada. El lagarto siempre va a optar por escapar y no por enfrentar. Cuando se sienten amenazados cortan su propia cola”, precisó García Romero. Asimismo, el biólogo aclaró que en el hipotético caso de sentirse muy acorralados o amenazados e incurrir en un eventual ataque, son animales que no tienen posibilidad de generar gran daño respecto de su mordida. “Tampoco son venenosos. Se arreglan por sí mismos, comen sapos, ratones y víboras”, agregó el especialista.

Hernán Ibañez, naturalista adscripto de la Fundación Azara y especialista en la lucha contra el tráfico ilegal de fauna silvestre, indicó que se trata de una especie que tiene distribución en la provincia de Buenos Aires. “No considero que haya una invasión, sino que con la ola de calor se activan y salen, sumado a que está todo seco”, explicó.

Ibañez también consideró que no existen serias amenazas a la hora de convivir con el ser humano. “Son peligrosos si uno los quiere capturar, como cualquier especie de fauna silvestre. Hay que dejarlos”, recomendó el biólogo, al destacar además que se trata de animales que cumplen una función importante en el ecosistema. “Están continuamente comiendo insectos o bichos que son perjudiciales para el ser humano”, remarcó.

Según Juan Trebino, exsubsecretario de fiscalización y control ambiental del ministerio de ambiente de la Nación, la presencia de los lagartos overo en los barrios de Pilar responde a una multicausalidad. “Desde cuestiones estacionales hasta de otras estrictamente reprochables por parte del hombre como el crecimiento demográfico, que se ha ido produciendo, como el hecho de ocupar zonas más deshabitadas”, precisó.

En este caso, el especialista se mostró cauteloso a la hora de analizar la peligrosidad del lagarto overo, aunque admitió que en principio no representan gran riesgo. De todas formas, alertó: “Son animales que desconfían y como toda especie cuando siente temor hay dos posibilidades: que escape huyendo, o en el caso de ver en peligro su vida, que ataque”.

Trebino advirtió que la convivencia y la baja peligrosidad dependerá en gran medida de la actitud que tome el ser humano. “Lo ideal es no agredirlos o tocarlos y ser respetuosos con ellos. Y como responsabilidad ciudadana avisar a las autoridades ambientales de fauna correspondientes”, concluyó al respecto.

Para García Romero no hay dudas que la mejor solución para los vecinos de Pilar es convivir con estos nativos. Ese fue el consejo que le dio a una amiga cuando ella lo llamó preocupada ante la visita de un lagarto que se paseaba por su jardín. “Dejale un huevo duro y hacete amiga, así no vas a tener lauchas”, le sugirió con humor. Su mensaje es claro, después de todo este animal “opta por escapar y no por enfrentar”.