Ocurrió durante una clase virtual del Centro de Estudios Superiores de San Ángel, de México, cuando una profesora se lanzó con un chiste antisemita que causó indignación entre los jóvenes y provocó que una de ellas, de origen judío, se retire de la clase.
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Ocurrió durante una clase virtual del Centro de Estudios Superiores de San Ángel, de México, cuando una profesora se lanzó con un chiste antisemita que causó indignación entre los jóvenes y provocó que una de ellas, de origen judío, se retire de la clase.
Irene García Méndez llevaba adelante una de sus habituales clases universitarias on line cuando, en medio de una especie de ‘ronda de chistes’ - de tono inofensivo - la docente se despachó con una humorada de pésimo gusto relacionada al Holocausto.
"¿Qué diferencia hay entre una pizza y un judío?" Cuando asomó el "tímido" el chiste de la mujer, los rostros de sus alumnos cambiaron intempestivamente. Sonrisas desdibujadas, risas nerviosas y apagones de cámara pusieron denso el ambiente.
“Que la pizza no grita cuando la meten al horno”, respondió, carcajada de por medio entre la desconcertante pregunta y el brutal remate.
Fue una alumna de nombre Nahomi quien recogió el guante y tomó una postura activa frente al agravio: “Está demasiado de mal gusto su chiste”. “Es fuerte”, respondió la profesora, quizás sin advertir el peso de lo que acababa de decir. A lo que la joven añadió: “Lo digo de verdad. Como judía se me hace demasiado de mal gusto su chiste (...) asumo mi falta y me voy a retirar de su clase, muchas gracias.”, desconectándose.
Tras el tenso intercambio, García Méndez intentó justificarse con herramientas insólitas, aludiendo a que quería ‘hacer su clase más divertida’: “Entiendo su disgusto perfectamente, pero podemos entender que hay diferentes características y diferentes formas de ayudar y lo estábamos tomando de una forma agradable, no es necesario llegar a estos grados”.