Luego de una jornada lluviosa en la capital jujeña, las cerros que rodean a nuestra querida Tacita de Plata se vistieron con un manto blanco en un atardecer inolvidable. La belleza de la ciudad en su plenitud con un nuevo regalo de la naturaleza, que los jujeños lograron disfrutar luego de soportar altas temperaturas y un fuerte temporal de lluvia y viento.
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Luego de una jornada lluviosa en la capital jujeña, las cerros que rodean a nuestra querida Tacita de Plata se vistieron con un manto blanco en un atardecer inolvidable. La belleza de la ciudad en su plenitud con un nuevo regalo de la naturaleza, que los jujeños lograron disfrutar luego de soportar altas temperaturas y un fuerte temporal de lluvia y viento.