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18 de Abril,  Jujuy, Argentina
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La noche más convocante desde que empezó la 62° edición de Cosquín

Abel Pintos y Nahuel Pennissi, sublimes en el escenario coscoíno. La cuarta noche recibió también a Victor Heredia, La Charo y Fabricio Rodríguez. Pintos invitó a la joven Milena Salamanca. 
Miércoles, 26 de enero de 2022 14:06
(Fotos Prensa oficial Magdalena Audap Soubie y Magui Pellicer)

Con la apertura del canto popular tan emblemático de la figura de Víctor Heredia, que logra que la plaza cante a coro con mucha emoción y esperanza, iniciaba la Cuarta Luna del 62° Festival Nacional del Folklore de Cosquín, que además tuvo dos momentos sublimes como fueron Nahuel Pennissi y Abel Pintos cantando juntos como sorpresa para el público, y el Himno Nacional Argentino interpretado por la armónica de Fabricio Rodriguez, un cordobés que desde hace años descolla en este escenario.

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Con la apertura del canto popular tan emblemático de la figura de Víctor Heredia, que logra que la plaza cante a coro con mucha emoción y esperanza, iniciaba la Cuarta Luna del 62° Festival Nacional del Folklore de Cosquín, que además tuvo dos momentos sublimes como fueron Nahuel Pennissi y Abel Pintos cantando juntos como sorpresa para el público, y el Himno Nacional Argentino interpretado por la armónica de Fabricio Rodriguez, un cordobés que desde hace años descolla en este escenario.

(Fotos Prensa oficial Magdalena Audap Soubie y Magui Pellicer)

Esta noche fue la más convocante hasta el momento, y sin embargo en la “Próspero Molina” (predio donde se desarrolla el espectáculo principal), mantuvo las distancias, y no se vio colmada al extremo, como en situaciones normales de este encuentro.
Importante espacio es el que se les da a los ganadores del Certamen de Nuevos Valores Pre Cosquín, cada noche. En esta velada fue el turno de la pareja de baile tradicional, Collante (Agustina)-Soraire (Maxi), ganadora de esta edición número 50 del certamen, que llegó desde Alderetes, Tucumán, y realizó dos intervenciones a lo largo de la noche de cuadros, tan trabajados, tan actuados, incluyendo música, danza e interpretaciones actorales, recitados, mucho contenido. Realmente presentaciones brillantes, representando una obra de Edgar Jorge.
Los conductores del festival, Nataly Allende y el maestro de ceremonias Claudio Juárez, mantienen al público al tanto de toda la información, a cada instante, y se encargan de presentar con la estridencia merecida a cada artista que llega a este escenario. Ellos explicaron que el Pre Cosquín está cumpliendo sus Bodas de Oro, que en su primera edición tuvo como ganadores a Los Hermanos Cuesta, y que uno de los fundadores fue el locutor Rony Vargas.  Este año fueron veinte noches de competencia y setenta sedes, que aportaron sus artistas desde San Salvador de Jujuy hasta Rio Grande en Tierra del Fuego.
La noche siguió con Lucía Ceresani, acompañada de su hermano, solos con guitarras, haciendo temas litoraleños y estrenando obras. Presentó una canción con letra de Luis Landriscina, cuyo recitado se vio en la pantalla gigante, “La Culpa”.
También recordó y homenajeó con sus interpretaciones al recordado Argentino Luna.
Esta vez, la sección de Postales de Provincia, recibió a la delegación de Santiago del Estero que puso en escena un tributo a los 50 años de la sachaguitarra, ese instrumento que los identifica. Gran presentación de música y danza, y un especial apartado de malambo, copó el escenario. Horacio Banegas, Enzo Banegas y Carolina Haick, fueron algunas de las voces santiagueñas de esta presentación.

(Fotos Prensa oficial Magdalena Audap Soubie y Magui Pellicer)

También se presentaron los ganadores del Pre Cosquín en el rubro conjunto instrumental, Yrembé, que deleitaron con gran calidad y varios temas, luciendo cada uno de sus instrumentos, con ritmos del litoral. Justamente, el vocablo Yrembé, signiufica “el litoral”. Muy emocionados sus integrante agradecieron la posibilidad de estar en ese espacio. Se despidieron con el tema “El tero” de Ernesto Montiel.

La voz impecable de Nahuel Pennissi

 Nahuel Pennissi subió ante el aplauso efusivo de la platea, y comenzó su presentación con una bella versión de “El Diablo de los Bombos”, y siguió con “Universo paralelo”, que levantaron al público de entrada.
La calidad de su voz y sus variaciones, y su personalidad, no dejan de sorprender. Siguió con “Luna Cautiva”, “Balderrama”, y de repente, ante el grito de la gente que se sorprendió, apareció en escena Abel Pintos, quien iba a cerrar esta noche espectacular. La sorpresa no fue sólo su presencia, sino que también las dos interpretaciones que hicieron tan conectados y admirándose mutuamente. Primero “Fuego de Animaná” y por primera vez en vivo juntos “Mundo”, el tinku de Nahuel que está en su más reciente trabajo grabado con Abel.
Ya solo Nahuel siguió deleitando hasta despedirse con “Ojalá” de Silvio Rodriguez.

(Fotos Prensa oficial Magdalena Audap Soubie y Magui Pellicer)

Lo pintoresco, colorido y profundo en el escenario, llegó con la presencia de La Charo, esta música creadora, original, que recita, canta, baila, y que tuvo como invitado al actor Juan Palomino para una obra sobre el abrazo latinoamericano, tan necesario, y tan urgente. El actor además recordó al periodista Jose Luis Cabezas, de quien se cumplió un nuevo aniversario de su asesinato.
Cabe mencionar que La Charo fue una de las integrantes del jurado de este año de Pre Cosquín.
Fabricio Rodríguez, el cordobés, de Villa María, que le puso mucha energía y alegría a la plaza, primero con su armónica, luego con su canto, y también con sus relatos. Entró con “El Cóndor Pasa”, incluyó “Lluvia” y el Himno Nacional y cerró sentado en el borde del escenario “como si estuviese en el living de mi casa”, dijo y así con un tono más íntimo hizo un vals, no sin antes expresar que “da gusto tocar con la gente tan cerca”. Y sí, tanto los artistas como la gente, tienen muy presente el acercamiento, como un deseo colectivo que se siente a gritos, pero sin dejar de lado los cuidados para poder terminar de salir de la pandemia.

(Fotos Prensa oficial Magdalena Audap Soubie y Magui Pellicer)

Y la plaza se llena más cuando se acerca el momento de Abel Pintos, que una vez en el escenario, se entregó por completo, como siempre, pero quizás más intenso que nunca. Es que él también esperaba ansiosamente el reencuentro presencial, sobre todo teniendo en cuenta que en su actuación en Jesús María a principios de este mes, se disculpó con el publico por supuestas fallas en su voz a causa de cuestiones de salud. Parecía que en esta noche de martes, la plenitud le había vuelto y la despuntaba sin desperdicioes en el “Atahualpa Yupanqui”.

Su repertorio recorrió las canciones de sus primeros tiempos, y sus estrenos, y fue yendo yh viniendo en el tiempo, y la gente sabe de cada canción su historia y su momento, y la historia y el momento de Abel que lo llevaron a escogerla. Es una simbiosis la que se produce con la gente que lo sigue, que se siente desde todos los perfiles. “Navegué y naufragué…. Quiero cantar…” y otras frases de su canto fueron muy estridentes en esta noche.
Como en 2019, cuando él comenzó a cantar, comenzó a lloviznar y a correr un hermoso y fuerte viento fresco.
Agradeció la invitación a Cosquin a pesar de no estar haciendo folclore hace bastante tiempo, y comentó que todos quizás lo siguen teniendo en cuenta recordando al niño que vino hace 24 años por primera vez.
“Cien años”, “Cactus”, una zamba, y llegó su sorpresa, la invitación a  Milena Salamanca, una de las voces jóvenes y femeninas más hermosas que surgieron en los últimos tiempos. Una bella interpretación juntos, y sin dudas, un momento inolvidable para ella.

(Fotos Prensa oficial Magdalena Audap Soubie y Magui Pellicer)

También se lucieron junto a él, sus coristas, Antonella Giunta y Mery Granados, lo mismo que cada uno de sus músicos, a quienes tiene la generosidad de mencionar y dejar lucir.
 Y aunque se puso el sombrero, como en aquel 2019 donde la lluvia fue muy intensa, y ni él ni el público se fueron, esta vez, el agua no se atrevió a interrumpir tanto y se diluyó.
Antes de terminar las más de dos horas que le entregó a Cosquín, Abel Pintos, interpretó “El Hechizo” y “Suave y elegante”, tuvo su momento solo con la guitarra, y bailó muchísimo recorriendo el escenario y mostrando un buen estado físico.
Entregó el alma en este regreso ansiado a los escenarios.