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“A los 16 sabía que en algún momento quería vivir acá”

Juan Manuel Aramayo conoció Zurich por su novia suiza siendo adolescente. Volvió y se radicó, y lleva 15 años allá.
Domingo, 09 de enero de 2022 01:03

Juan Manuel Aramayo vive en Zürich, Suiza, lugar que eligió desde la adolescencia a donde llegó por un amor de intercambio cultural. Luego de años de visitas probó suerte, trabajó en varios rubros y se formó como enfermero profesión de la que vive y también de la fotografía profesional. Sigue sumando conocimientos en programación, recorriendo países y prevé volver a Jujuy en febrero.

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Juan Manuel Aramayo vive en Zürich, Suiza, lugar que eligió desde la adolescencia a donde llegó por un amor de intercambio cultural. Luego de años de visitas probó suerte, trabajó en varios rubros y se formó como enfermero profesión de la que vive y también de la fotografía profesional. Sigue sumando conocimientos en programación, recorriendo países y prevé volver a Jujuy en febrero.

Una serie de eventos "afortunados" llevó al joven jujeño a mudarse a Suiza. En 1998 Aramayo tenía 16 años y tras la partida de su hermana a Estados Unidos para un intercambio cultural, llegó a su hogar una joven suiza con quien, poco después, se pusieron de novios y cuando ella se fue la relación continuó. Alternó con ella viajes a Suiza para visitarla. "Ya con 16 años yo sabía que en algún momento quería vivir acá, me había fascinado todo. Caí en plena nevada, ver tantísima nieve, ese primer impacto me volvió loco, y el estilo de vida que llevan, el idioma, todo me fascinaba", dijo.

EN UN LAGO DE SUIZA / ARAMAYO PREPARANDO FONDEU DE QUESO.

Esa etapa fue una transición que lo llevó finalmente a radicarse en Zurich en 2006, luego de terminar la Tecnicatura en promoción sociocultural en Tilcara pese a que no le validaron el título. "Creo que todavía no tenía las herramientas para lidiar con la sociedad suiza, empezando por el idioma", reconoció.

Recordó que allí comenzó a aventurarse en distintos trabajos, el primero en una clínica psiquiátrica que le consiguió su flamante suegro, ya que se casó con otra joven suiza de ascendencia española. Luego hizo cursos acelerados de gastronomía, trabajó como cocinero en un gran restaurante mexicano y luego como mozo.

EN UN LAGO DE SUIZA / ARAMAYO PREPARANDO FONDEU DE QUESO.

Decidió volver al primer objetivo, trabajar en lo social. Estudió Pedagogía social y se centró en la escuela de acompañamiento terapéutico que complementó con la carrera de enfermería y tras recibirse se insertó laboralmente y hasta la actualidad trabaja con adultos mayores.

Paralelamente aprendió fotografía por curiosidad con su mejor amigo chileno. "Èl me enseñó a sacar las primeras fotos y después no pude parar, comencé a sacar fotografías de marca, de paisajes, invirtiendo un montón de plata en equipos, metiéndome en grupos y concursos de fotografía", explicó satisfecho porque publicaron una foto suya en un diario suizo. Con el tiempo creó su primer emprendimiento de fotografía, ahora se enfocó en retratos de músicos, artistas y deportistas, bodas y eventos, de lo que también vive. Cuenta además con una tienda online que desarrolló aprendiendo marketing digital y en el último año comenzó a incursionar en inversiones con criptomonedas, y aprender desarrollo web y programación.

BUCEANDO | EN CENOTES DEL CARIBE MEXICANO.

"A veces se hace duro, se extraña como siempre. Cuando me sentía mal y quería volverme, prefería llamar a mi papá (Dante Aramayo) porque me daba fuerzas, me decía dale loco-. En cambio, cuando llamaba a mi mamá (Noemí) me decía hijito volvete, que haces ahí sufriendo", rememoró.

Explicó que algo que caracteriza a los europeos es su frialdad, ya que no dicen lo que sienten ni regalan un abrazo tan libremente pero como acompañante de ancianos aprendió que lo demuestran con otro lenguaje. Por su labor tuvo más trabajo en pandemia, con más restricciones, pero el "home office" quedó y se ven aún oficinas vacías.

En lo afectivo, se divorció hace años y ahora está en pareja con una joven rusa, Alena, con quien disfruta sus versiones de empanadas y guisos que le recuerdan al restaurante "Balderrama" de su abuela, y son fans de los fondue de queso. Con ella planea volver a Jujuy luego de tres años y despedirse simbólicamente de su madre, quien falleció el año pasado, y si se dan las condiciones, disfrutar del carnaval. Antes venía seguido y destinaba tiempo a recorrer Europa, Asia y su último viaje fue al Caribe mexicano donde le gusta bucear.