La increíble ofensiva del presidente de la Nación contra un integrante de "Gran Hermano" no sólo refleja la enorme disociación entre la agenda de la clase política y la de la sociedad, sino también la imperiosa necesidad de Alberto Fernández de continuar en los primeros planos de la agenda mediática nacional, sea al costo que sea.
inicia sesión o regístrate.
La increíble ofensiva del presidente de la Nación contra un integrante de "Gran Hermano" no sólo refleja la enorme disociación entre la agenda de la clase política y la de la sociedad, sino también la imperiosa necesidad de Alberto Fernández de continuar en los primeros planos de la agenda mediática nacional, sea al costo que sea.
Por primera vez desde la asunción de Sergio Massa en el ministerio de Economía, el jefe de Estado es protagonista de casi todos los debates durante dos semanas seguidas, primero por sus críticas a Cristina ante empresarios y luego por destacar su "honestidad" ante un comentario del inefable "Alfa", que lo acusó de haberlo "coimeado". Muchos expertos en comunicación política afirman que no importa qué se diga de uno ante la opinión pública, sino que lo importante es que se hable para que uno no pase desapercibido. Ese objetivo, sin lugar a dudas, fue cumplido con creces por el Gobierno, ya que más del 98 por ciento de los usuarios de Twitter ya está al tanto del hecho.
Alberto Fernández volvió a resaltar que no está acusado de ningún hecho de corrupción y que ninguno de sus funcionarios tampoco. El concepto sin lugar a dudas es real, pero el Presidente lo está explotando como nunca como un diferencial respecto a Cristina Kirchner, sobre quien pesa un pedido de doce años de prisión por la causa Vialidad. Es evidente que la aceleración del proceso electoral está condicionando de forma determinante cada una de las acciones de quienes tienen alguna expectativa de ser candidatos en 2023, y obviamente el jefe de Estado no es la excepción.
Todo este embrollo magnificado al extremo por el "albertismo" busca posicionar al mandatario de cara a las presidenciales del año próximo, en donde aún aspira luchar por la reelección pese a los desastrosos índices de inflación, pobreza e indigencia que tiene el país. Tanto es así, que hasta ya se mencionan eventuales nombres de acompañantes para una fórmula encabezada por el jefe de Estado, en donde el gobernador Alberto Rodríguez Saá estaría picando en punta. No hay que olvidar que la designación de la nueva ministra de las Mujeres, Ayelén Mazzina, fue acordada únicamente con el mandatario de San Luis, cuya relación con Alberto Fernández es cada vez más estrecha.
"Alberto lo dijo bien claro, no va a dejar que su honestidad sea puesta en duda por nadie. Él sabe que ese capital político lo diferencia de muchos de sus aliados y contrincantes, y lo va a explotar todo lo que se pueda", afirmó ayer a El Tribuno de Jujuy uno de los colaboradores más cercanos al Presidente.
Si bien Alberto consiguió su objetivo de mantener el protagonismo, hay otros hechos que quedaron marcados a fuego en medio de esta insólita polémica con "Alfa". En primer lugar, nadie del kirchnerismo ni del massismo salió a solidarizarse con el Presidente ni a criticar a "Gran Hermano" o Telefé como hizo la vocera Gabriela Cerrutti, cada vez más cuestionada por su destrato al periodismo. Esa falta de apoyo contrasta con la gran solidaridad que el albertismo había ejercido con Cristina tras su pedido de condena y luego del atentado en la puerta de su casa. Al igual que ocurre siempre, desde el entorno del Presidente buscan congraciarse con Cristina pero el gesto jamás tiene una retribución directa.
Una alta fuente del Instituto Patria, consultada anoche por El Tribuno de Jujuy, señaló que la vicepresidenta "no se va a meter en una nimiedad como "Gran Hermano" mientras la gente no puede llegar a fin de mes". "Nosotros tenemos muy claro que Alberto busca explotar esto para su posicionamiento personal, que agradezcan que aún no salió nadie del kirchnerismo a repudiar este absurdo debate", agregó el informante, que pidió expresa reserva de su identidad.
Hubo dos datos que pasaron bastante desapercibidos esta semana en medio de la pelea entre Alberto Fernández y "Gran Hermano" que podrían haberle servido al Presidente para mostrar algo de gestión en medio de tantas dificultades sociales. Uno de ellos fue el anuncio del Indec de que la economía alcanzó en agosto 18 meses seguidos de crecimiento, lo que no es un dato menor si se analiza que esa alza se dio en trece de los quince rubros relevados. El Gobierno probablemente eligió no difundir tanto el dato por temor a que sea contrastado con los niveles de inflación y de aumento de la informalidad laboral. No mostrar correctamente los resultados positivos de una gestión, por más pocos que sean, no hace otra cosa que agigantar la situación de incertidumbre y desesperanza en la sociedad, que llega a niveles pocas veces vistos en democracia.
El otro hecho que no tuvo la trascendencia pública que debió haber tenido es el lanzamiento del plan para comprar electrodomésticos en treinta cuotas, lo que ayudará a impulsar el consumo y darle un poco de calor a la economía, que atraviesa momentos de inflación y recesión. ¿El aparato de difusión del Gobierno no entendió la importancia de estos hechos o eligió no darles más trascendencia de la que tuvieron? Teniendo en cuenta que todos los logros económicos son facturados por Sergio Massa y no por Alberto, las especulaciones en torno al tema están a la orden del día.
La oposición
Juntos por el Cambio está tan necesitado de ir a unas Paso que podría no poner palos en la rueda para la aprobación del Presupuesto 2023, que incluye fondos para la realización de esas elecciones. En la oposición temen que si no se aprueba el oficialismo use ese argumento para cancelar las primarias por falta de recursos y le aseste un duro golpe a la coalición, que tiene al menos cinco candidatos.
Si bien desde el PRO y la UCR afirman que harán una interna pese a la eventual eliminación de las Paso, aún no se conoce qué características tendría y quienes podrían ser parte de ellas. En ese contexto, Patricia Bullrich, quien encabeza las encuestas de imagen positiva, salió a reclamar que no se usen fondos públicos para la interna. El mensaje tuvo un claro destinatario, que fue el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, a quien enfrentará indefectiblemente en algunos meses a excepción de que Mauricio Macri decida ir por la presidencia.
Consultado por este diario, un diputado que responde al expresidente aseguró por lo bajo que ve "difícil" que Macri dispute la jefatura de Estado pero que "obviamente va a ser determinante" en la elección del candidato.