El médico veterinario Martín D'Elía especializado en odontología en caballos se refirió a la importancia que reviste la buena salud bucal en los equinos y la falta de conocimientos y conciencia de los jinetes en las distintas disciplinas, ya sea en animales deportivos o de paseo.
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El médico veterinario Martín D'Elía especializado en odontología en caballos se refirió a la importancia que reviste la buena salud bucal en los equinos y la falta de conocimientos y conciencia de los jinetes en las distintas disciplinas, ya sea en animales deportivos o de paseo.
En Argentina solo hay dos veterinarios especializados en odontología. Chile, con un tercio de equinos, tiene 33.
Consultado por El Tribuno de Jujuy, el profesional expresó que "la salud bucal del caballo es la segunda entidad clínica en el equino, primero están las manos y las patas, pero sucede que nadie ve la boca, solamente se miran los incisivos -dientes delanteros- y los caballos tienen 44 piezas, pero solo se miran los seis de arriba y los seis de abajo", indicó.
Señaló que "los dientes de los caballos tienen algunas particularidades respecto de los humanos, son diferentes, los nuestros son braquidonte y los de los caballos hipsodontes y su crecimiento es hasta que mueren. El caballo nace con una dentadura de leche y va cambiando hasta los dos años y medios y a partir de ahí cambia las piezas hasta los cinco años y es en los dos primeros años y medios cuando mayor atención se debe prestar, porque en más de una oportunidad hay dientes de leche que se retienen y esto impide que salga el diente permanente; eso lleva a que salga hacia el lado de la lengua o para el carrillo (interior de la mejilla) y si en ese momento no se interviene como en el caso de los odontólogos con nosotros, comienzan a aparecer muchos problemas".
Consultado sobre qué tipo de tratamiento es necesario, Martín D'Elía indicó que "lo que recomendaría al propietario de un caballo es que presten atención a cierta sintomatología para de esa manera ver si hay algún problema en la boca, por ejemplo cuando uno le va a dar la ración y nota que el animal se pone nervioso, cambia de actitud a la hora de comer, pueden ser varios los motivos de esa actitud y entre ellos la boca, el caballo tiene hambre quiere comer pero sabe que le va a doler la boca".
Otra señal "cuando comienza a comer y la comida se le cae de la boca o mucho tiempo tratando de terminar la comida hay que abrir la boca del caballo o en el bosteo donde seguramente se podrá observar granos sin masticar porque la moledora, que es la boca, no está funcionando como debe".
Aseguró que un caballo que no esté masticando y triturando correctamente "se va a traducir en otros problemas, el tratamiento odontológico normal a un equino es una vez por año y de esa manera tendremos un animal sano, porque la salud dental es el bienestar de un caballo".
"Hay que empezar a abrir la boca de los caballos; cuando uno la abre se da con grandes novedades, por esa razón es que le pedimos a los propietarios o jinetes que tengan siempre presente que es fundamental la salud bucal, es netamente por el bienestar del animal", recalcó.
Finalmente aclaró que su participación en la atención de los caballos de la Fundación Jujeña de Equinoterapia se basa justamente en la atención bucal junto a su colega y pareja Gabriela Teresita Auad, dado que se trata de caballos gerontes, tan importante para la actividad que desarrolla Josefina Pardo de Figueroa y el equipo de Equinoterapia, "para que mantengan una calidad de vida diferente a un caballo que esté suelto en el campo y sin ningún tipo de atención".