Su interminable originalidad y una alta necesidad de experimentar fueron el caudal de estímulo permanente para que este joven al que todos llaman "Tony" busque su lugar en el arte y afronte nuevos desafíos para convertirse en un Guerrero determinante, con la mirada puesta en recorrer un camino distinto. Su manera de generar arte era personal y única desde su infancia. El histrionismo que emanaba en los actos escolares ya lo contemplaban sus padres y su entorno más inmediato. Y es que Antonio Guerrero no buscaba ser distinto, pero destacaba con cada una de sus interpretaciones que fueron parte de un laboratorio en el que sobresalía, casi sin querer. Como todo tiene un inicio, como si buscara un amanecer en la artística de su vida, terminó originando ese momento mágico en sí. La etapa del descubrimiento de la danza comenzó para él en un gimnasio del barrio San Pedrito, donde asistía a clases de salsa junto a su mamá, su prima y su hermana. El ritmo latino lo acompañó hasta que las puertas de la escuela de danzas "Cristina del Valle" se abrieron para transformar sus días. Es entonces que la esencia del jazz tomó una presencia relevante en su carrera como bailarín y las clases lo llevaron a proponerse metas convenientes que, con mucho esfuerzo, llegaría a cumplir. "En mi primer encuentro con la danza, sentí que fue como encontrar mi lugar en el mundo", contó el jujeño cuyo presente hoy lo encuentra en un proceso de crecimiento personal, donde dejarse fluir y sorprenderse lo hacen aprender de lo que acontece. Y es que se trata de una preparación que terminó guiando su destino; el de estudiar en la Universidad Nacional de las Artes (UNA) para perfeccionar sus conocimientos hasta llegar a ser técnico en interpretación de danza. "Mi estilo siempre fue el jazz y el teather dance", aseguró este bailarín, hoy integrante del team del Seans Organizasyon en Turquía. De encanto, versatilidad y dinamismo está hecho el jazz, estilo de danza que hipnotiza a "Tony" en cualquier escenario. Así, en su afán de comprenderlo mejor y de evolucionar desde toda perspectiva en la danza, fue aceptando los buenos momentos pero también aquellos que "no", multiplicados en infinidad de ocasiones. "Uno se va curtiendo en el proceso y cada vez te pesa menos no poder entrar a una audición", comentó este joven que participó en pruebas, donde las negativas no fueron suficientes para calmar sus ganas de crecer en aquello que tanto ama y amó desde siempre. Así, este Guerrero logra coronar su gloria en Turquía, gracias a una casualidad inolvidable convertida en un milagro. "El momento del llamado me lo acuerdo clarito. Estaba en el colectivo con un amigo y veo un número desconocido y era para avisarme que había quedado. Fue re lindo, pero después pasó lo de la pandemia y se quedó todo en el aire", dijo "Tony", sin rendirse ante la adversidad que movilizó al mundo pero, con el pasar del tiempo, respondió ese llamado que reactivaría su ilusión por segunda vez. "Fue en 2021 y una locura que me cambió la vida", rememoró y sin demorar en decir que sí, se aferró a esta posibilidad. "Para un bailarín es difícil mantenerse. En Buenos Aires, daba clases en cuatro estudios, tenía eventos y ensayos, vivía a full". Y aunque sin tenerlo muy definido, en la ciudad de Antalya, Turquía, estaba escrito su destino. "Llegar y estar aquí es positivo. Venís, ensayás, hacés tu trabajo y listo. Pero a todo esto tenés un lado 'B' y es que tenés que acostumbrarte a la manera de trabajar de otro país", contó el joven que fue sin expectativas, permitiéndose vivir una experiencia distinta. Con el inglés como idioma estandarte para comunicarse con todos, se prendió en esta revolución cosmopolita junto a profesionales de Rusia, Ucrania, Cuba, Colombia, Estados Unidos y Kazajistán que conforman esta élite de bailarines. "Estamos en una empresa que tiene más de seiscientos artistas, entre cantantes, acróbatas y músicos que ofrece entretenimiento a hoteles all inclusive", describió quien se impuso, por fin, disfrutar cada día de las presentaciones en hoteles como el Regnum Carya, donde tocó Jason Derulo, JLo y Dua Lipa, por ejemplo. Mientras en sus días libres, el aire del mar en Antalya lo refresca y se deja seducir por el misticismo en las ruinas y lugares antiguos. Todos únicos para "Tony". "Me hace acordar un poquitito a Jujuy porque veo montañas, pero cuando miro el mar, entonces me doy cuenta de que es Turquía", afirmó, conquistado por el té turco servido en vasos de vidrio, tal como se pueden ver en las series de televisión.
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Su interminable originalidad y una alta necesidad de experimentar fueron el caudal de estímulo permanente para que este joven al que todos llaman "Tony" busque su lugar en el arte y afronte nuevos desafíos para convertirse en un Guerrero determinante, con la mirada puesta en recorrer un camino distinto. Su manera de generar arte era personal y única desde su infancia. El histrionismo que emanaba en los actos escolares ya lo contemplaban sus padres y su entorno más inmediato. Y es que Antonio Guerrero no buscaba ser distinto, pero destacaba con cada una de sus interpretaciones que fueron parte de un laboratorio en el que sobresalía, casi sin querer. Como todo tiene un inicio, como si buscara un amanecer en la artística de su vida, terminó originando ese momento mágico en sí. La etapa del descubrimiento de la danza comenzó para él en un gimnasio del barrio San Pedrito, donde asistía a clases de salsa junto a su mamá, su prima y su hermana. El ritmo latino lo acompañó hasta que las puertas de la escuela de danzas "Cristina del Valle" se abrieron para transformar sus días. Es entonces que la esencia del jazz tomó una presencia relevante en su carrera como bailarín y las clases lo llevaron a proponerse metas convenientes que, con mucho esfuerzo, llegaría a cumplir. "En mi primer encuentro con la danza, sentí que fue como encontrar mi lugar en el mundo", contó el jujeño cuyo presente hoy lo encuentra en un proceso de crecimiento personal, donde dejarse fluir y sorprenderse lo hacen aprender de lo que acontece. Y es que se trata de una preparación que terminó guiando su destino; el de estudiar en la Universidad Nacional de las Artes (UNA) para perfeccionar sus conocimientos hasta llegar a ser técnico en interpretación de danza. "Mi estilo siempre fue el jazz y el teather dance", aseguró este bailarín, hoy integrante del team del Seans Organizasyon en Turquía. De encanto, versatilidad y dinamismo está hecho el jazz, estilo de danza que hipnotiza a "Tony" en cualquier escenario. Así, en su afán de comprenderlo mejor y de evolucionar desde toda perspectiva en la danza, fue aceptando los buenos momentos pero también aquellos que "no", multiplicados en infinidad de ocasiones. "Uno se va curtiendo en el proceso y cada vez te pesa menos no poder entrar a una audición", comentó este joven que participó en pruebas, donde las negativas no fueron suficientes para calmar sus ganas de crecer en aquello que tanto ama y amó desde siempre. Así, este Guerrero logra coronar su gloria en Turquía, gracias a una casualidad inolvidable convertida en un milagro. "El momento del llamado me lo acuerdo clarito. Estaba en el colectivo con un amigo y veo un número desconocido y era para avisarme que había quedado. Fue re lindo, pero después pasó lo de la pandemia y se quedó todo en el aire", dijo "Tony", sin rendirse ante la adversidad que movilizó al mundo pero, con el pasar del tiempo, respondió ese llamado que reactivaría su ilusión por segunda vez. "Fue en 2021 y una locura que me cambió la vida", rememoró y sin demorar en decir que sí, se aferró a esta posibilidad. "Para un bailarín es difícil mantenerse. En Buenos Aires, daba clases en cuatro estudios, tenía eventos y ensayos, vivía a full". Y aunque sin tenerlo muy definido, en la ciudad de Antalya, Turquía, estaba escrito su destino. "Llegar y estar aquí es positivo. Venís, ensayás, hacés tu trabajo y listo. Pero a todo esto tenés un lado 'B' y es que tenés que acostumbrarte a la manera de trabajar de otro país", contó el joven que fue sin expectativas, permitiéndose vivir una experiencia distinta. Con el inglés como idioma estandarte para comunicarse con todos, se prendió en esta revolución cosmopolita junto a profesionales de Rusia, Ucrania, Cuba, Colombia, Estados Unidos y Kazajistán que conforman esta élite de bailarines. "Estamos en una empresa que tiene más de seiscientos artistas, entre cantantes, acróbatas y músicos que ofrece entretenimiento a hoteles all inclusive", describió quien se impuso, por fin, disfrutar cada día de las presentaciones en hoteles como el Regnum Carya, donde tocó Jason Derulo, JLo y Dua Lipa, por ejemplo. Mientras en sus días libres, el aire del mar en Antalya lo refresca y se deja seducir por el misticismo en las ruinas y lugares antiguos. Todos únicos para "Tony". "Me hace acordar un poquitito a Jujuy porque veo montañas, pero cuando miro el mar, entonces me doy cuenta de que es Turquía", afirmó, conquistado por el té turco servido en vasos de vidrio, tal como se pueden ver en las series de televisión.
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