La historia de vida de David Fernando Bazán es la prueba irrefutable de que la respuesta al llamado de Dios no sabe de tiempo ni de lugares. Hoy, a las 18, en el complejo Nuestra Señora de la Candelaria de la ciudad de Humahuaca, será ordenado sacerdote por el obispo de la Prelatura, monseñor Félix Paredes Cruz.
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La historia de vida de David Fernando Bazán es la prueba irrefutable de que la respuesta al llamado de Dios no sabe de tiempo ni de lugares. Hoy, a las 18, en el complejo Nuestra Señora de la Candelaria de la ciudad de Humahuaca, será ordenado sacerdote por el obispo de la Prelatura, monseñor Félix Paredes Cruz.
David Bazán oficiará su primera misa como sacerdote mañana, a partir de las 10.30, en la Catedral de Humahuaca.
Además de los fieles de alrededor de quince barrios de la ciudad histórica a quienes desde febrero del año pasado acompaña en celebraciones mensuales, responsos, bendición de hogares, llevando la comunión a los enfermos y brindando charlas; se sumará un centenar de familiares y amigos llegados de Tucumán, así como presbíteros de Catamarca y Salta.
"Estoy muy contento", señaló David a El Tribuno de Jujuy. Tiene 44 años, es tucumano y sus padres tuvieron cinco hijos. Su única hermana, María Belén, finalizó su primer año de noviciado en el monasterio de clausura de las Monjas Dominícas de Concepción (Tucumán) y junto a él son las dos vocaciones religiosas de la familia.
El diácono que hoy será ordenado como presbítero hizo el Seminario Menor en Catamarca -lo que sería un internado para la etapa del Secundario- y luego cursó los primeros años del Seminario Mayor en Tucumán, Filosofía y un año de Teología. Pero allí se produjo un impasse.
"Porque me veía chico de edad y un poco por inseguridad vocacional salí varios años", recordó. Entonces se dedicó al negocio familiar de venta de repuestos de motos y después comenzó a trabajar como docente, es que al ser profesor de Filosofía se desempeñó en el secundario acelerado para adultos nocturno y posteriormente en la modalidad común: enseñando a adolescentes y jóvenes varios espacios educativos.
Siguió ligado a su parroquia como catequista, en distintos grupos y brindando ayuda. "Pero después me di cuenta de que la vocación seguía presente. En un momento lo había descartado diciendo: `Ya estoy grande´, pero no podía hacer oídos sordos a esa vocación; entonces decidí comenzar a hablar con el obispo de Concepción para volver al Seminario, estuvimos hablando todo un año hasta que me dieron el OK", rememoró.
Fue en Jujuy donde reingresó al Seminario Mayor "Pedro Ortiz de Zárate" y completó los tres años de Teología que le faltaban. De allí estuvo más de un año en la Catedral de Concepción (en el sur tucumano) haciendo trabajo pastoral y cuando sobrevino la pandemia tomó la decisión personal de arribar a la Prelatura de Humahuaca. Es así que desde febrero del año pasado reside en el Obispado de la ciudad quebradeña.
Un signo que hoy y en sus primeras misas tendrá muy presente será el cáliz que usó en 1964 durante su ordenación el padre Raúl Gerardo Juárez, su primera imagen sacerdotal, su padrino de confirmación y quien le comentó que sería lindo que ingresara al Seminario Menor. Las hermanas del sacerdote, de quien ayer se cumplió un nuevo aniversario de fallecimiento, se lo regalaron y David lo restauró.
"Dios siempre se hace escuchar: por acontecimientos, por personas, por cosas que nos van pasando, por experiencias y hay que estar abierto a su llamado, a su voz, porque Él siempre llama", fue su invitación a los jóvenes y a comenzar un discernimiento con algún sacerdote.