Una vez más se vivió en todo el departamento San Pedro una verdadera manifestación de fe expresada en una singular fusión de celebraciones litúrgicas y de ritos ancestrales que se mantienen a través del tiempo. Sumado esto, a la tan esperada presencia de la imagen peregrina de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya, que llega cada 31 de octubre para permanecer con sus hijos durante un mes.
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Una vez más se vivió en todo el departamento San Pedro una verdadera manifestación de fe expresada en una singular fusión de celebraciones litúrgicas y de ritos ancestrales que se mantienen a través del tiempo. Sumado esto, a la tan esperada presencia de la imagen peregrina de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya, que llega cada 31 de octubre para permanecer con sus hijos durante un mes.
Una multitud dio la bienvenida a la Virgen y se vivió una gran fiesta mariana, en el marco de las Bodas de Plata de su primera llegada a San Pedro. La llamada quinta peregrinación arribó con los peregrinos que partieron desde Río Blanco en la jornada anterior, gran cantidad de gente se apostó para recibir la imagen y procesionalmente, previa oración en las afueras del hospital Paterson, prosiguió hasta el templo donde se ofició la misa presidida por el padre Germán Maccagno y concelebrada por los sacerdotes Daniel Baca y Marcelo Churquina.
Esperando las almas
Otra de jornada de profundo sentir religioso y cultural se vivió el día de la conmemoración de los fieles difuntos, donde la Iglesia expresa que con más fuerza, ese día se vive la unión de los miembros de la iglesia peregrina con los hermanos que durmieron en la paz de Cristo.
En tanto en la intimidad de muchos hogares, la familia reedita un ancestral rito, la ofrenda y convite para las almas, porque según lo transmitido por sus ancestros, en esos días, las almas de las personas fallecidas, tienen permiso para bajar a la tierra a visitar a sus seres queridos que aún transitan por la vida.
El ritual varía y tiene distintas particularidades en cada familia. Algunas sostienen que es importante tener la mesa preparada antes del mediodía del 31 para los santos y angelitos y antes del mediodía para las almas grandes. Tienen un especial respeto por el segundo día, debido a que el alma de un adulto recorre los lugares que visitó durante su vida, no así con el día anterior, pues los angelitos hicieron trayectos cortos. Otra creencia es aquella en la que consideran que las almas se alimentan del aroma de las comidas, bebidas y según los gustos que tenían, se coloca cigarrillo, coca, dulces, entre otros. También creen firmemente que cuando las almas llegan y ven que sus seres queridos prepararon la mesa experimentan una inmensa felicidad, al saberse amados y recordados.
Para vivenciar este ritual, nuestro diario llegó especialmente invitado hasta la casa de la docente Eva Rojas y compartió cada momento del mismo. "Esta tradición ancestral familiar era realizada por mis antepasados, yo la heredé de mi madre, lo hizo siempre y cuando se fue para el sur, yo continué.
Si bien no es de la misma envergadura, trato de continuar con esta tradición con el mismo amor y respeto. En cuanto a la mesa, se colocan flores de cebolla porque dicen que llevan agua para el espíritu, también se pueden poner cañas que sirven para que las almas calmen su sed después de andar un largo camino, en mi mesa pongo agua bendita", dijo en su relato. Acotó que en cuanto a las ofrendas, coloca la cruz, la escalera, la corona de pan, panes en forma de llama o caballo para que viajen. Además de golosinas, bebidas, prepara la comida que más les gustaba, porque los reconforta el aroma de cada ofrenda que hay en la mesa.
"Cuando decimos que el alma tiene permiso para bajar a la tierra, hablamos de una creencia firme de la cultura precolombina y los descendientes continúan preparando el convite para las almas. Este ritual se vivía antes en la intimidad de cada hogar porque hubo un tiempo en que todo esto era considerado pagano y estaba vedado. Mis ascendientes lo hicieron en forma oculta, en el hogar sólo participaba la familia. Con el tiempo el ritual fue aceptado y considerado como parte de la religiosidad popular. Hoy podemos ver que va creciendo y muchas familias que no conocían este ritual comienzan a realizarlo como una forma de expresar el amor y el recuerdo a su ser querido".
Recuerdo en cementerio
Otra de las manifestaciones expresadas por el pueblo es la visita al cementerio. Desde temprano la gente visita las tumbas de sus seres queridos, llevando coloridas coronas, flores y velas. Y hasta se pudo ver que algunas personas de buen corazón se acercan a colocar alguna flor en las tumbas que desde hace tiempo no son visitas. Las floristas del cementerio ofrecen las más variadas flores y coronas y desde hace un tiempo, se suman otras personas, algunas que llegan desde otros lados para colocar su puesto en las inmediaciones.
También están los niños, que portando escobillones, baldes y trapos llegan a brindar sus servicios de lavado y limpieza de las tumbas. Ese día con la presencia de la Virgen del Rosario de Río Blanco, se reza y se ofician misas celebradas por los párrocos de la ciudad.
En Libertador
Luego de dos años de pandemia, regresaron las misas al cementerio Sagrado Corazón de Jesús, de Libertador, en el marco de la recordación a los fieles difuntos.
El jefe de Áreas Descentralizadas y encargado del cementerio, Jesús Gabriel Moyano, informó que la necrópolis estuvo abierta desde las 7.30 hasta las 20. Además, recordó que la primera misa se ofició a las 8.30, a cargo del padre René Ruiz, de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús. A las 10 el encargado fue el padre Ernesto Vilte, de la parroquia Señor y Virgen del Milagro, y finalmente a las 18 el padre Gustavo Leiva, de la parroquia San Francisco de Asís, impartió la última de las misas del día.
Moyano agregó que el pasado fin de semana el Ejecutivo municipal dispuso que se acondicionara el predio, teniendo en cuenta que las fuertes ráfagas de viento del domingo último provocaron la caída de árboles. También, en el marco de la lucha contra el dengue, se proveyó de arena para que los deudos la coloquen en los floreros, evitando así el uso de agua. Como se sabe el agua estancada es el reservorio del mosquito Aedes aegypti que es el transmisor del dengue.
Como es una de las costumbres, también encontramos familias que prepararon la mesa para recibir a sus fieles difuntos. Juana Gutiérrez compartió la suya, indicando que veía a su madre desde niña preparando la mesa y ella continúa con el legado hasta el día de hoy. A la mesa la prepara con mucho amor y en la memoria de todos sus seres queridos. En ella tienen cabida familiares, comadres, compadres, amigos y vecinos queridos. La mesa fue preparada con ofrendas de pan, flores, coronas multicolores, comidas preferidas de los difuntos, bebidas, todo en un altar donde se podían ver las imágenes de los seres que ya no están.