Ayer se recordó un nuevo aniversario del fallecimiento del fundador del pueblo de San Pedro, José Eugenio Tello, quien dejó esta vida terrenal hace 98 años, el 30 de noviembre de 1924, luego de haber dejado para Jujuy y para las otras dos provincias que gobernó una prolífera siembra.
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Ayer se recordó un nuevo aniversario del fallecimiento del fundador del pueblo de San Pedro, José Eugenio Tello, quien dejó esta vida terrenal hace 98 años, el 30 de noviembre de 1924, luego de haber dejado para Jujuy y para las otras dos provincias que gobernó una prolífera siembra.
Los restos del ilustre gobernador, merecidamente reconocido como "Padre de Pueblos", descansan en el templo matriz San Pedro de Río Negro, pueblo primigenio en conocer las luces de su tarea fundacional. El Museo Histórico Arqueológico y de Arte "Pablo Balduin" custodia el busto del fundador, obra realizada por el recordado artista Atilio Morosin y que fuera emplazada en una de las ceremonias más importantes de la ciudad de San Pedro de Jujuy, en 1983, oportunidad en que se tributó el más grande homenaje al fundador de San Pedro.
Lamentablemente, desde 1995, cuando a la luz de los documentos históricos que obran en el Archivo Histórico de la Legislatura de Jujuy, el historiador y multidoctor Jobino Pedro Sierra e Iglesias, merced a su meritoria labor, entregó a los sampedreños la verdadera historia sobre la fecha de su fundación. Hasta el momento, las autoridades que se sucedieron a lo largo del tiempo siguen considerando como la fecha oficial el 25 de mayo de 1983.
José Eugenio Tello nació en la ciudad de San Salvador de Jujuy el 14 de noviembre de 1849 y falleció el 30 de noviembre de 1924 a la edad de 75 años. Fue diputa
do por los departamentos Ledesma Humahuaca y Capital, fue presidente de la Legislatura y gobernador de la provincia, senador nacional y gobernador de las provincias de Chubut y Río Negro.
El 30 de julio de 1883 redactó el decreto de expropiación de las tierras necesarias para fundar el pueblo San Pedro, encomendó la tarea del amojonamiento y trazado del plano a los hijos del dueño de la Finca San Pedro, Miguel Francisco Aráoz, y se dirigió a Ledesma, donde hizo lo propio con las tierras de Martín Ovejero. Su tarea fundacional lo llevó luego a Valle Grande, Abra Pampa, La Quiaca, entre otros pueblos.
Por su espíritu visionario, cuando salió a recorrer la provincia y fundó varios pueblos comenzaron a llamarlo "Padre de pueblos" y al fundar la "Escuela Nacional de Señoritas" y ser el autor del proyecto de ley de Educación Común, lo llamaron el "Pequeño Sarmiento jujeño".
El 25 de mayo del año 1983, los sobrinos de Eugenio Tello llegaron a la iglesia principal de San Pedro de Jujuy portando una urna de color negro y de regular tamaño con tapa. En su interior había una cajita de madera de cedro rosado, más bien pequeña, con una división central sin tapa, con la cual se formaban dos cavidades, una de ellas contenía las cenizas de Eugenio Tello y la otra las de su señora esposa, la que luego fue colocada en una hornacina en la pared derecha del atrio del templo, protegida por una artística reja. Allí se conserva en la actualidad, en esa fecha memorable fue emplazado su busto y bendecido por monseñor Sixto Villoldo.