Con todas las ilusiones puestas en crecer personal y profesionalmente, Jimena Maldonado decidió viajar al viejo continente para un porvenir mejor.
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Con todas las ilusiones puestas en crecer personal y profesionalmente, Jimena Maldonado decidió viajar al viejo continente para un porvenir mejor.
Vivir nuevas experiencias y establecerse en Europa fue todo un desafío que hoy cuenta feliz desde Stuttgart, la ciudad al suroeste de Alemania, cuya cultura la cautivó desde el primer momento.
Luego de estudiar Diseño de moda en Argentina y de cursar el máster Fashion Business Management en España, la joven jujeña se inclinó por la opción de emprender un camino propio y aventurarse en el afán de adquirir nuevos conocimientos, permitiéndose conocer más del mundo.
"Me fui con un sentimiento muy triste, ante la situación económica de nuestro país, pero también quería ir sumando metas personales y laborales", destacó Maldonado quien tuvo que tomar serias decisiones sobre sus pasos a seguir (tarea nada fácil).
Así, llegó a Europa en marzo del año 2020, justo cuando se iniciaba la pandemia por coronavirus, sin saber que se cerrarían las fronteras pero apostando a sus sueños, aun extrañando a su familia.
Pero el momento difícil a nivel global no fue obstáculo para que la especialista en tendencia no sepa sortearlo gracias a sus ganas de salir adelante. "Hice el máster en España después volví a Argentina, vendí mis cosas y renuncié al banco. Después mi vida entera la resumí en dos valijas", aseguró la joven cuyo proceso fue emocionalmente variadito.
El amor todo lo puede y en sus seres queridos siempre estuvo latente para alentarla desde el minuto uno. "Estaba para elegir entre Francia, Italia y Alemania. Leí mucho e investigué todo. De ahí la elección de Alemania, un país con buenas condiciones para trabajar", dejó en claro Maldonado que sólo aspiraba a arrancar y no parar hasta conseguir lo que anhelaba.
"Llegué sola y sin entender nada de alemán, pero feliz de sentirme viva y de cada paso y cada experiencia que aprendo", detalló la jujeña cuyo camino a la estabilidad lo transitó alquilando primero un hostel y luego pudo mudarse y compartir un edificio con otros argentinos. "Así encontré amigos. Con lágrimas en los ojos y recordando todo es muy duro, al principio fue no tener trabajo y no tener a la familia conmigo. Por eso, aprendí a valorar la vida de otra manera, cómo a todos nos pasó", dijo la joven que enseguida notó de que hablar sólo el inglés en Alemania, no era suficiente. "Arranqué con la escuela de idiomas a estudiar fuerte y íqué idioma tan difícil por Dios! Pero como siempre digo y aplica para todo, si lo querés y estás enfocada, todo lo lográs", reflexionó esta incansable diseñadora que casi de inmediato empezó a buscar trabajo en distintas empresas para empezar de cero.
Hasta que se dio lo que esperaba. Y hoy es mánager en Visual Merchandising, una firma que significa mucho para ella. Es que se trata de una empresa de moda, en donde trabaja como encargada con personal a cargo. Allí, arma y presenta en la tienda cada colección, analizando las ventas y determinando qué prendas pueden potenciar el comercio.
"Me tocó y agradezco mucho haber encontrado gente buena que me orienta y aconseja. Así pasan los días y me sorprendo de dónde estoy. Me gusta mucho la cultura el respeto y la educación de la gente, es muy bueno para imitar", contó la admiradora de la panadería alemana, sobre todo de la schwarzwälder kirschtorte o lo que es lo mismo, selva negra.
"Se aprende mucho, se crece mucho y sobre todo te abre la cabeza esto de elegir viajar. He viajado bastante dentro de Alemania y otros países también con otras culturas totalmente distintas a las nuestras. Alemania tiene lo suyo. Es difícil y pesado como clima e idioma y la burocracia para todo, pero es lindo lugar", comentó.
Asimismo, como el tener a su familia a la lejanía ya es difícil, ella sólo busca llenarse de momentos felices cada día y disfrutar de eso. No obstante y -porque a Jujuy siempre se vuelve- Jimena lo hace siempre que puede para sentir en primera persona el cariño de su familia y que se vuelva abrigo en tiempos de frío y soledad.
Aunque hoy por hoy, la alegría en su vida también pasa por los logros de la selección nacional de fútbol porque que esté en Alemania, no significa que deje de alentar a los jugadores. "Nos juntamos la mayoría de los argentinos en Stuttgart, en club de Fellbach y todos podemos mirar el partido, comer choripán y tomar fernet. Desde aquí, alentamos a 'La Scaloneta', con muchos nervios", aseguró esta viajera que no deja de recomendar la experiencia de embarcarse a rumbos nuevos.
"No todo es maravilloso y fácil, cuesta mucho. Las cuestiones migratorias y el idioma y el frío, tiene su lado feo pero también hay muchas cosas lindas. Por eso, lejos de lo que más amo que es mi familia, sólo intento que el resto valga la pena y me haga feliz", aseguró con optimismo agradeciendo a sus seres queridos por acompañarla a la distancia en esta travesía de la que es protagonista.