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Un luthier jujeño que brilla en el mundo

Fernando González Ariki se capacitó en Cremona, Italia, y desde hace 9 años reside en Jujuy con su arte y pasión.
Martes, 20 de diciembre de 2022 01:00

A Fernando González Ariki siempre le gustó la música y el trabajo manual realizado en madera, esto lo llevó a elegir la profesión de luthier paralelamente a su carrera en Ingeniería electrónica. Después de diplomarse en 1992 en la Escuela de Luthería de Tucumán, retomó los estudios universitarios para obtener en 1995 el diploma de ingeniero electrónico.

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A Fernando González Ariki siempre le gustó la música y el trabajo manual realizado en madera, esto lo llevó a elegir la profesión de luthier paralelamente a su carrera en Ingeniería electrónica. Después de diplomarse en 1992 en la Escuela de Luthería de Tucumán, retomó los estudios universitarios para obtener en 1995 el diploma de ingeniero electrónico.

Desde el año 1992, construye y repara numerosos instrumentos de música para músicos de orquestas después de haberse perfeccionado en Cremona, Italia, y residir durante varios años en Europa.

En diálogo con El Tribuno de Jujuy, comentó que "esta pasión la descubrí en Tucumán cuando estudiaba y para descansar la cabeza me puse a hacer un curso para construir guitarras", afirmó el luthier de hablar pausado, de sonrisa espontánea y mirada sincera.

Fernando González no dejó de mencionar a su padre Lucas Arcelio González Fugarola a quien "quiero mucho y llevo en mi corazón y mi memoria" afirmó, a pesar de su partida en 1982. "Era el legado familiar ya que con mi padre realizábamos trabajos manuales y que aún dura y persiste".

GUITARRA DE CONCIERTO | PARTE DE UN GRAN TRABAJO QUE REALIZA FERNANDO.

A los 34 años y con dos carreras a cuesta, Fernando González Ariki decidió viajar a la meca de todo luthier, Cremona en Italia, la patria de Stradivarius. "Me fui por un año y me quedé 18 en Europa" y agregó que "en Italia conocí una suiza que después fue mi esposa, Aude Pignat, que era luthier y era muy buena en lo que hacía y de hecho de la promoción que compartíamos fueron dos personas quienes sacaron cien sobre cien y ella era una, aunque yo obtuve solo 97".

Recordó que producto de ese gran amor nacieron Sebastián y Lucian y al enviudar emprendió el regreso en el año 2013 a Jujuy después de haber vivido 13 años en Monthey en Suiza donde tiene familia, con quien está en contacto.

El luthier a medida que enseñaba con orgullo y una gran humildad sus trabajo, permitió a El Tribuno de Jujuy viajar imaginariamente a través de su relato. "Regresé especialmente porque consideré que sería bueno para mis hijos que eran muy pequeños y porque durante el tiempo que viví en Europa venía a la Argentina y daba charlas y cursos en la Escuela de Luthería de Tucumán".

ROMANTICISMO Y BOHEMIO | EL AMBIENTE QUE SE VIVE EN SU ATELIER.

Recordó que en uno de los talleres realizados fue Aude Pignat, su eposa, quien brindó talleres de arte, de barnices y él la parte de física acústica "porque pude complementar las dos carreras".

Fernando González Ariki al hacer referencia a una de sus mejores anécdotas se refirió a su violín Sebastián, "fue construido en honor a mi hijo y en el año 2017 vino a Jujuy una violinista rumana, Clara Cernat, y su marido pianista, Tierry Huillet, y al mostrarle mi violín para que me brinde su apreciación, me dio una gran satisfacción porque terminó dando todo un concierto con mi violín y yo no vi nunca que un artista cambie su instrumento y especialmente después de haberlo conocido una hora antes".

Con la grandeza de los humildes comentó que hay violines de su autoría en Japón, Italia, Estados Unidos y en Argentina remarcando que en Jujuy hay dos violines y en este momento se encuentra construyendo un violonchelo y un violín encargados desde Suiza. "Cuando los termine los llevaré yo personalmente a entregarlos", dijo.

JUNTO A SU PAPÁ | SU ÍDOLO, SU REFERENTE Y SU GUÍA EN LA VIDA

Hoy se desempeña como profesor de luthería en la Escuela Superior de Música de la provincia y remarca que su atelier lo tiene tal cual como lo tenía en Suiza. Para finalizar, comentó sobre su experiencia más reciente con un luthier de bandoneón por un proyecto que existe en la Universidad Nacional de Jujuy y con el apoyo de una fundación holandesa.

"Cuando nos presentaron, comenzamos a charlar y parecía que nos conocíamos de toda la vida y fue cuando me habló de la necesidad de contar con una mesa de prueba de los bandoneones y el curso comenzaba al día siguiente y al venir a mi atelier, se quedó con la boca abierta a punto tal de decirme: 'Es un atelier de Europa, incluso tienes más herramientas que yo', y es porque tengo de todo e incluso en el taller que brindó me permitió participar hablando de física acústica", cerró.