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Nacimiento de Zerpa y fallecimiento de “El Churqui”

Ayer recordamos el nacimiento de Zerpa, el poeta; hoy, el fallecimiento de "El Churqui".

Miércoles, 21 de diciembre de 2022 01:00

Por Eraclio Albarracín

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Por Eraclio Albarracín

Ayer se cumplió un nuevo aniversario del nacimiento del poeta y escritor Domingo Zerpa y hoy se cumplen los 35 años del fallecimiento de Germán "Churqui" Choquevilca.

Domingo Zerpa instala "El Tajo", antes de la llegada del conquistador español, como una metáfora de nuestra América profunda. Nos habla de dos frutos conocidos y trabajados desde tiempos inmemoriales y de dos bellos animales y nos dice: "Esta América nuestra, la del maíz y el cóndor / el tomate y la alpaca" y realiza un dibujo o una pintura poética de la realidad histórica, política, cultural y social de nuestra Latinoamérica, porque nos dice: "la que tiene los ojos a la altura de Méjico / y los pies en la Antártida".

Allí, en la tierra del Gran Moctezuma, abrió despiadadamente sus fauces el conquistador europeo y con su tecnología de fuego, el empleo del caballo y la astucia; pudo más, para imponer su poderío, sus creencias, sobre millones de seres y quedar dueño de nuestro naciente subcontinente.

El poeta sigue armando su estructura gigantesca, describe la forma del cuerpo y nos habla de una herida y de sus causas, cuando anota: "La del tórax de atleta / y el tajo en la garganta, / -hechura de los yanquis - / ahí nomás, entre Colombia y Nicaragua". Estos versos nos retrotraen a los inicios del siglo XX, cuando se intentaba llevar adelante una obra de comunicación interoceánica, a lo que diere lugar. Colombia no acepta el planteo del nuevo imperio y debe someterse a una fractura de su territorio, en el separatismo nace Panamá y el canal, un gran negocio y una herida abierta, como dice Zerpa: "El tajo en la garganta".

Reinicia con su verso indicativo y vuelve a la música y marca una cualidad de la tierra morena: "Esta América nuestra, profunda como el huayno, / dulce como la caña, / …". Luego, pasa a nombrar a un grupo de escritores con obras conocidas y de distintos países latinoamericanos: "La de Eustasio Rivera y su 'Vorágine', / la de los dos Arguedas, la de Icaza, / la de Ciro Alegría y Rómulo Gallegos" … / y marca seguidamente la relación de estos autores con su medio natural: "praderas encendidas, punas altas - // Esta América nuestra, la del gran Amazonas, / la de las cataratas / con su vellón de espumas, río abajo, / en busca de calandrias."

FALLECIMIENTO | “EL CHURQUI” CHOQUEVILCA FALLECIÓ EL 21 DE DICIEMBRE DE 1987.

Sigue describiendo el paisaje y nombrando los lugares más emblemáticos de esta tierra y dice: "Esta América nuestra, la del lago en el cielo: / Titicaca; / la del cielo entre nubes: / Cotopaxi, Aconcagua; / la de los ventisqueros patagónicos / y la del gran misterio de las islas de Pascua".

Va cerrando su dibujo y nombra a dos de los más grandes poetas, que se abrazan desde lejanas latitudes y se reconocen como propios, con una sola voz, con una sola esperanza, ante tanta angustia y tan inmenso dolor, como el "Tajo" de Domingo Zerpa, cuando expresa: "Esta América nuestra la de Pablo Neruda, la de Rubén Darío / y su apóstrofe a Roosevelt en lengua castellana" y aquí une con el canto del poeta nicaragüense su propio canto: "Esta América nuestra,… la del tórax de atleta / y el tajo en la garganta, / … / ahí nomás, entre Colombia y Nicaragua".

A 35 años del adiós definitivo de "Churqui"

Al cumplirse, hoy 21 de diciembre, un nuevo aniversario de su fallecimiento, sus amigos, poetas y artistas de Jujuy lo recuerdan mencionando su obra con palabras del poeta Domingo Zerpa y un dibujo especial de su amigo de Tilcara, el pintor Raúl Gordillo.

Dice Domingo Zerpa sobre la poética del autor tilcareño: "No es nada fácil hablar de la poesía de Germán Choquevilca. Cuando dice: 'Me estiro azul como un poema largo / bajo el oro sensual del mediodía', nos desconcierta. No puede ser, carece de lógica, decimos. Sin embargo, en ese 'estirarse azul bajo el oro sensual', donde las palabras se alejan del sentido común, está la verdadera poesía.

Sus poemas, teñidos de un tibio romanticismo, están moderadamente estructurados. Los versos largos (endecasílabos y alejandrinos) superan en números a los octosílabos. Pero tanto aquellos como estos son creaciones dictadas por el amor a su tierra Natal: Tilcara. Por donde vaya, solo o con ella, con Borges o con Neruda, vuelve a su Huasamayo con una fidelidad conmovedora."

Para recordarlo, fragmentos del poema "Zafra": "Un campo de estrellas sin Dios ni horizonte, / los surcos de cañas sin agua ni sombras, / barbudos negreros de rastra y rebenque, / un Cristo encorvado de poncho y ojotas. // Cimbrean los tientos por toda la espalda, / se ensucia de sangre la verde maloja. / La llaga del tórax revienta su espuma, / un sudor de fuego marchita su boca. // Sentado a la sombra del viejo algarrobo / un hermano nuestro su invierno deshoja. / Barrosos recuerdos le nublan los ojos, / trapiches, / negreros, expresos y chorbas".