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Un acuerdo que ordenará la oferta política

Domingo, 13 de febrero de 2022 01:01

En el entorno del Presidente reconocen que el acuerdo con el Fondo Monetario dejará profundas heridas internas y que puede afectar hasta la composición del Gabinete, pero también huelen que esta puede ser la última gran oportunidad de posicionar a Alberto Fernández como un serio candidato a la reelección. Hoy por hoy, y pese a no resolver ninguno de los problemas de fondo del país, no existe otro tema en la cabeza del Gobierno que inquiete tanto como las negociaciones que aún continúan por la deuda externa.

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En el entorno del Presidente reconocen que el acuerdo con el Fondo Monetario dejará profundas heridas internas y que puede afectar hasta la composición del Gabinete, pero también huelen que esta puede ser la última gran oportunidad de posicionar a Alberto Fernández como un serio candidato a la reelección. Hoy por hoy, y pese a no resolver ninguno de los problemas de fondo del país, no existe otro tema en la cabeza del Gobierno que inquiete tanto como las negociaciones que aún continúan por la deuda externa.

Los principales operadores parlamentarios del jefe de Estado, con Sergio Massa a la cabeza, afirman que ya cuentan con los votos para aprobar en el Congreso la carta de intención con el FMI, que no debería retrasarse más allá de mediados de marzo, cuando vence otro millonario pago que dejaría aún más raquítico de reservas líquidas al Banco Central.

En esta confusa pulseada, el presidente Alberto Fernández cuenta con Juntos por el Cambio como aliado pero también con todos los gobernadores del país, para quienes sería muy negativo en sus provincias -muchas de ellas endeudadas en dólares- un aumento en la inestabilidad económica nacional. El respaldo de los mandatarios tiene particular influencia en el Senado, ya que un importante número de miembros del oficialismo responde directamente a los jefes provinciales y no a Cristina Kirchner.

¿Qué político querrá ser la cara visible de un desembolso de casi 3.200 millones de dólares que podría haberse evitado si se frustra la sanción del acuerdo? Sorprende, pero hay muchos más de los imaginados: La Cámpora de Máximo Kirchner, la izquierda de Nicolás del Caño y la derecha rabiosa de Javier Milei. Literalmente, una ensalada.

Este logro político y legislativo ocurrirá pese a la resistencia pública de Máximo y al silencio atronador de la vicepresidenta Cristina Fernández, quien percibe que el acuerdo tiene una alta aceptación en las encuestas y que tirarse de lleno contra él no sería conveniente en este momento para sus aspiraciones electorales.

La eventual aprobación tiene un valor doblemente destacable para el Presidente, ya que por un lado le allana el camino para alejarse del default y por el otro deja instalado que el poder de fuego del kirchnerismo es cada vez más escaso en la política argentina. Este último argumento es repetido con entusiasmo en los despachos contiguos al de Alberto Fernández, desde donde surgen insistentes presiones para acelerar una construcción política con un mayor protagonismo e independencia del jefe de Estado en la toma de decisiones para lo que resta de su mandato.

El objetivo de máxima, que por ahora es sólo un sueño sin sustento real, es que el jefe de Estado compita en las Paso contra el candidato de Cristina con el apoyo de todo el peronismo no kirchnerista, que cada vez es más numeroso.

¿Excesivo optimismo o análisis real? Tras la gira por Rusia y China, en las que ensalsó a Vladimir Putin y Xi Jinping y atacó a Estados Unidos, por ahora esa hipótesis suena más a una expresión de deseo que a una diferenciación programática. De hecho Fernández salió a aclarar que a quien estaba criticando en Rusia era al Gobierno de Donald Trump, que fue quien avaló el préstamo, y no al de Joe Biden, que colaboró con el acuerdo actual. Los dichos son contradictorios, ya que el propio mandatario había dicho días atrás: "A mí me ayudó Europa, me ayudó Rusia, China, los países latinoamericanos y ahí paro". A confesión de partes, relevo de pruebas.

"El kirchnerismo eligió colocarse en una suerte de oposición testimonial, en la que no queda claro cuáles son las medidas que deberían tomarse para salir del abismo", reflexionó ayer un integrante de la mesa chica de Alberto Fernández que pidió reserva de su identidad.

El funcionario consideró que si los seguidores de Cristina continúan cuestionando todos los actos del Gobierno, en definitiva le permitirán al albertismo "ser el único que recoja el beneficio político de empezar con un ordenamiento de la economía, por más duro que sea".

Según las encuestas de los últimos meses, la sociedad desconfía de casi todos los dirigentes políticos del oficialismo y la oposición, pero los más competitivos son los que están asociados ideológicamente a un centro pragmático y no a extremos de izquierda o derecha. Allí se pone en debate el rol de Javier Milei, quien viene creciendo aceleradamente en los sondeos de opinión. Los números lo ubican como una tercera fuerza aún por debajo del 20 por ciento, lo que no es una cifra para nada despreciable pero sí insuficiente para disputar con chances reales la presidencia en 2023.

Alberto confía en que la economía va a mostrar una inflación a la baja a partir de marzo por el ajuste fiscal que demanda el acuerdo con el Fondo, en donde la reducción de la emisión monetaria y la baja en los subsidios a la energía ocuparán un rol central. Contrariamente a lo que se piensa en el Instituto Patria, la disminución del gasto público puede colaborar con un ordenamiento de las variables económicas y que eso termine siendo celebrado por una porción importante del electorado, que sabe que el ajuste lo hará el Gobierno o el mercado.

Cerca de Cristina creen que esa situación tendrá un efecto electoral decisivo para que el Frente de Todos vuelva a perder los comicios presidenciales y que Juntos por el Cambio asuma la conducción del Estado. Lo que está en debate por estas horas en las filas del oficialismo no es la hoja de ruta que deberá seguir el país durante los próximos años, sino cuál será la estrategia política que le permita al peronismo retener el poder.