DANIEL SALAS
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DANIEL SALAS
En febrero del 2020, en el Cabildo Histórico de Purmamarca, Félix González habilitó su muestra "Mojones de febrero", compuesta de acrílicos y esculturas en miniaturas basadas en el carnaval quebradeño. Quien pudo admirarla en esa oportunidad podrá decir que fue una excelente propuesta artística visual, que daba para más. Pasó el tiempo, y su autor como otros tantos más tuvo que sobreponerse al tiempo de pandemia que llegó posteriormente, afectándole múltiples proyectos.
En ese lapso, el año pasado obtuvo el Primer Premio del Salón Ledesma de Artes Visuales 2021, en la categoría realidad aumentada, cuando en él se estaba madurando un proyecto que finalmente pudo concretar.
La semana pasada, en el Espacio Cultural Bolívar, en el barrio porteño de San Telmo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, inauguró nuevamente "Mojones de febrero", pero esta vez compuesta con producciones nuevas (el 80%), instalaciones con las esculturas en miniatura, y algo para destacar muy especialmente, tres de las once piezas en realidad aumentada (herramienta tecnológica que permite combinar lo real con lo virtual a través del teléfono celular).
La colección ampliada muestra una clara evolución del artista a través de las pinturas producidas para incursionar en el muy exigente circuito artístico de la Ciudad de Buenos Aires.
De lo que se vio en Purmamarca, sólo están "Carnavaleando" (serie de tres piezas a la que le agregó la realidad aumentada), "Endiablados" y "Hermanos"; y las esculturas en miniaturas (modeladas en masilla artística EPOXY), que conforman dos grupos escultóricos - instalación.
El primero está conformado por seis figuras de diablos (entre 10 y 12 centímetros de alto) ejecutando charango, erke, caja, charango, quena y sikus, alrededor del mojón, que lo llamó "Mojones de febrero"; y el segundo denominado "La diablada", integrado por tres diablos, uno luce imponente con una capa, un segundo lleva en sus manos un erke y una caja, y un tercero con el charango (estos tres poseen unos 30 cm de alto).
Los acrílicos sobre lienzo nuevos que produjo los últimos meses para exhibir allá, poseen entre 50x70 centímetros en menor cantidad de 55x65 con títulos como "Diablero", "Compadres", "Tilcareño", "Compadreando", entre otros.
El destacado artista plástico llegó a la Caba con sus obras y "con la proyección que uno siempre tiene en su profesión, y desde el momento que empiezo a probar con otras disciplinas. Primero por una búsqueda personal, y segundo, porque es parte del crecimiento buscar otros horizontes y mostrar lo que uno hace".
En este tiempo próximo al carnaval, González aprovecha la oportunidad de difundir en la metrópolis la festividad popular, a través de sus obras pictóricas, y eso "está muy bueno promocionarlo".
La curaduría de la muestra la hizo Sergio Cruz, quien vio en los trabajos de González una particularidad para su exhibición en un circuito muy exigente, como lo es la Caba. Además de pintar, González posee un emprendimiento de indumentaria carnavalera, "Estoy contento con mi suerte", que está muy allegado al grupo folclórico Los Tekis para el cual hizo varias producciones.
En cuanto a su incursión en la realidad aumentada, que es una innovación en la materia pictórica, sostuvo que brinda al público "una segunda lectura de la obra". "Cuando se aprecia una obra colorida (como las suyas), y en este caso el diablo carnavalero, tal vez no la comprenda, pero al momento de colocar el celular frente a la obra se desarrolla un movimiento y se escucha una música que nos pinta el paisaje de los jujeños, que es alegría, color y carnaval, se obtiene una manera de mostrar a los demás, algo más familiar cuando escucha una canción de Coroico, de Los Tekis, de Jujeños, se tiene una experiencia sensorial y única".
El arte, "ya no está exenta a las nuevas tecnologías, en otros lugares se la utilizada masivamente, pero en Argentina aún no está explotada", aseguró.
Consultado si tiene un panorama hacia dónde podría desembocar su arte incursionando en la realidad aumentada, respondió así: "Sinceramente no podría saberlo, sí puedo decir que cuando viene una cosa, después llega otra".
"A lo largo de estos pocos años me presentaron muchas oportunidades y me surgieron varios proyectos, donde está presente el crecimiento personal. Llega el momento donde comienzan a surgir oportunidades, pero uno tiene que analizar cuál va con uno y cuál le generará un crecimiento, y no sólo evaluar el dinero que pueda obtener, claro que los artistas precisamos del dinero para seguir en lo nuestro, pero no todo se resume en ello". A pesar de haber presentado nuevamente "Mojones de febrero", no tiene aún la suficiente certeza si su definición pictórica será esa, con la temática carnavalera. Dice que si necesariamente le gusta el carnaval, para pintar basado en él y trasladar sus colores al lienzo, "sí, sí, a mí el carnaval me vuelve loco".
Un bonaerense que pinta el carnaval jujeño
Félix González nació en Punta Alta, Buenos Aires, pero se considera jujeño por adopción, llegó a la provincia en 1991 y nunca más se fue. Fue el primer artista argentino en realizar una intervención en realidad virtual con "Tilt-Brush'" (Google) en 2016, desde entonces aplica la tecnología al arte mediante dibujo digital.
La obra de González es versátil, combina varias disciplinas como dibujo, pintura de caballete, escultura, instalación y muralismo. Estilos como la abstracción, el paisajismo y lo regional, orientado al carnaval quebradeño, son sus principales exponentes. Seleccionado en los salones provinciales de artes visuales en las disciplinas de pintura y fotografia, cuenta además con un premio en Pintura del Salón "Rodrigo Pereyra" del Colegio de Escribanos de Jujuy.
Ligado a la música, interviene instrumentos del reconocido luthier Ángel Bravo; en 2018 fue convocado para la intervención artística del vestuario de Opuestos, del grupo Los Tekis y realizó tapas de discos como "Querido Jujuy", del grupo Jujeños, "Cantores", de Sebastián Gómez, entre otros. Es también creador de su marca "Estoy contento con mi suerte", indumentaria con diseños de autor inspirada en el carnaval jujeño.