Para la profesora de Química y Merceología, Ana Víctoria Villagra, poder ocupar un lugar, un espacio, se constituyó en un titánico esfuerzo. No bajó los brazos, pero tuvo muchas horas de llanto y de dolor, aunque siempre pudo contar con el apoyo de personas que siempre la acompañaron.
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Para la profesora de Química y Merceología, Ana Víctoria Villagra, poder ocupar un lugar, un espacio, se constituyó en un titánico esfuerzo. No bajó los brazos, pero tuvo muchas horas de llanto y de dolor, aunque siempre pudo contar con el apoyo de personas que siempre la acompañaron.
Ana Villagra terminó su secundario en la Escuela de Educación Técnica Nº 1 de Palpalá y luego de cursar el profesorado de Química y Merceología en el Instituto de Educación Superior Nº 5 "José Eugenio Tello", pudo obtener el título a los 23 años.
Ya recibida inició la búsqueda de trabajo, "aunque en realidad me costó en lo personal, porque sentía mucho temor a que me rechacen o discriminen por mi elección sexual, y eso no tardó en ocurrir. Pero hoy que lo veo a la distancia, creo que fue porque yo misma me saboteaba", dijo.
Con alegría y después de muchos años recordó: "Al iniciar los estudios del profesorado y luego de varios años es que comencé a sentirme mal, no estaba cómoda y decidí cambiar de carrera, iniciando una tecnicatura en Gestión y Organización de Empresas. Pero después de cursar medio año me replanteé mi situación, tomé valor y fuerza y regresé, aunque debí rendir las materias libre y pude terminar en paralelo el profesorado y la tecnicatura. Fue algo muy lindo, pero mis profesores no me reconocían y me calificaban con cuatro".
También rememoró que hizo las prácticas en un colegio religioso, "Sagrado Corazón" de Palpalá. "Como eran muchos chicos le propuse a la directora, que era una religiosa, que me permitiera dar clases de apoyo y eso me permitió que la titular de la cátedra me felicitara y aprobara mis prácticas en ese colegio", remarcó la docente.
En diálogo con El Tribuno de Jujuy, comentó que "gracias a un amigo me inscribí para trabajar en un colegio público y me llamaron de un colegio privado, donde al principio la directora estuvo reticente, pero a pesar de los escollos no me di por vencida y le llevé toda la documentación que me requería, y frente a esta situación me puso a prueba y al verme dar clases y después de varios meses, me citó a su despacho donde reconoció que se había equivocado y me felicitó, aclarando que todos mis alumnos me decían 'la profesora' Villagra".
"Después de varios años de trabajar en el colegio privado, también trabajaba como docente en una Fundación -todo eso antes de llegar a la Mina El Aguilar- donde otras profesoras me dijeron que me inscriba y ellas me inscribieron en la zona de Humahuaca y de esa manera me llamaron, y fue lindo porque llegué y comencé a trabajar en la Escuela de Educación Técnica Nº1".
"Frente a los prejuicios y discriminación del directivo pude defender mi posición como ser humano, mostrando y demostrando mi capacidad y mis antecedentes como docente", expresó, acotando que "cuando llegué a la casa de mi tía en El Aguilar, donde estaba parando, realmente me puse a llorar de impotencia, pero ello me dio mucha fuerza para no bajar los brazos y seguir".
Cambio de identidad
En el año 2012 y alentada por sus amigas realizó el cambio de identidad "porque Ana Victoria Villagra no quería. Siempre fui media rebelde y yo me sentía cómoda con el nombre que me habían dado mis padres, y la mejor experiencia fue que en un colegio religioso no necesitaba tener un nombre femenino porque todos me conocían como 'la profe' Villagra y de hecho así me llamaban".
Avanzar en su vida personal y profesional en ese lugar "fue muy duro, porque el director de aquella época tenía una animosidad en contra mía. Incluso luego de tener mi DNI con mi cambio de identidad había un preceptor que en toda la documentación ponía el nombre del documento anterior, y eso era doloroso, porque en los registros ponía un nombre que ya no tenía y además porque ya me presentaba con mi nombre nuevo. Eso fue muy duro, muy hiriente", aseguró Villagra.
"Esa fue la razón por la cual tuve que hacer una carta documento a los efectos de que se termine esa ofensa y discriminación hacia mi persona", comentó con un dejo de tristeza Ana Victoria Villagra.
Finalmente y a modo de reflexión, afirmó: "A todas aquellas personas que adopten una identidad de género les diría que no abandonen sus sueños ni los caminos que desean recorrer".