El papa Francisco se reunió ayer con el embajador ruso ante el Vaticano, Alexander Avdeev, para expresarle su "preocupación" por la guerra en Ucrania tras los ataques militares iniciados por el gobierno de Moscú en las últimas horas.
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El papa Francisco se reunió ayer con el embajador ruso ante el Vaticano, Alexander Avdeev, para expresarle su "preocupación" por la guerra en Ucrania tras los ataques militares iniciados por el gobierno de Moscú en las últimas horas.
Francisco tomó la decisión de cancelar todas sus audiencias y obligaciones pautadas para este viernes y visitó a Avdeev con el objetivo de intentar mediar en el conflicto.
"El Santo Padre sigue de cerca toda la actualidad de la delicada situación en el país del Este", reportó en sitio de noticias Vatican News.
El encuentro con el representante del Kremlin en la sede diplomática duró alrededor de media hora, y se dio el día después de que la Santa Sede pidiera que se evite "la locura" de la guerra en territorio ucraniano.
El secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, que manifestó la postura del Vaticano, propuso dar "espacio para la negociación" entre los países involucrados.
"Aún hay tiempo para la buena voluntad, hay aún espacio para la negociación, hay aún para el ejercicio de una sabiduría que impida que prevalezcan los intereses de parte, proteja las legítimas aspiraciones de cada uno y ahorre al mundo la locura y los horrores de la guerra", afirmó Parolin.
En tanto, Francisco llamó a los políticos a "hacer un examen de conciencia ante Dios" que aseguró: "Nos quiere hermanos y no enemigos".
Durante una audiencia general celebrada en el aula Pablo VI ante miles de fieles, el Papa también dijo: "Rezo para que todas las partes implicadas se abstengan de cualquier acción que provoque más sufrimiento a las poblaciones y desacredite el derecho internacional".
Pidió, asimismo, que "ante la insensatez diabólica de la violencia" resuenen "las armas de Dios", y agregó: "Que la Reina de los cielos preserve el mundo de la locura de la guerra".
Por otro lado, el Pontífice decidió anular su viaje programado para el domingo a Florencia por un dolor agudo de rodilla.
Tampoco presidirá las celebraciones del Miércoles de Ceniza, el 2 de marzo".