La hermana Verónika Huber, integrante de una congregación evangélica alemana, tenía 29 años cuando llegó a Jujuy para trabajar con los niños más vulnerables. Ya existía la obra del "Hogar del Sol" en Villa Jardín de Reyes y de la misma asociación el Centro de Día para niños "Con fe. Arca de Noé" en Mariano Moreno. Y hoy, 35 años después partirá con nuevo destino, hacia Israel luego de un breve período de transición en Alemania.
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La hermana Verónika Huber, integrante de una congregación evangélica alemana, tenía 29 años cuando llegó a Jujuy para trabajar con los niños más vulnerables. Ya existía la obra del "Hogar del Sol" en Villa Jardín de Reyes y de la misma asociación el Centro de Día para niños "Con fe. Arca de Noé" en Mariano Moreno. Y hoy, 35 años después partirá con nuevo destino, hacia Israel luego de un breve período de transición en Alemania.
En la tarde de ayer recibió una distinción del Consejo Provincial de Pastores Evangélicos, en la sede de la iglesia Ekklesia, para reconocer la amorosa y fructífera tarea que realizaron en la provincia junto a la hermana Bárbara "Babet" Schindler. El encuentro estuvo encabezado por el pastor Daniel Gutiérrez.
"Yo me siento jujeña, amo a Jujuy con todo mi corazón, amo a la gente y los niños. Mi alma y mi corazón están totalmente aquí", confió la misionera a El Tribuno de Jujuy.
Haciendo un breve repaso de lo que representaron todos estos años indicó que "del Hogar hay adultos, el mayor tiene 45 años, es mecánico ortopédico e instaló su propio taller en Buenos Aires; también salieron varios chicos que estudiaron y tienen su título. No todos lo lograron porque sus historias a veces son muy difíciles pero también vimos cosas lindas. En el 'Arca de Noé' tenemos chicos de 9 meses a 12 años y trabajamos además con las mamás".
De la experiencia recogida Verónika aseguró que "cuando en la familia cambia algo, es la bendición más grande para el chico y le da otro futuro. Por eso seguimos trabajando con talleres para padres y en el área espiritual ofrecemos estudios bíblicos, charlas que hacen que el autoestima de las mamás muchas veces se puede sanar y para que conozcan a Dios. Porque hemos visto que a los chicos les era mucho más fácil cambiar al sentirse queridos y que no fueron un accidente".
En ese sentido recordó a mamás que pasaron por las instituciones que actualmente visitan a presos, dan de comer en la exterminal o ayudan en un hospital.
Es por eso que ahora al jubilarse e ingresar en una nueva etapa están recibiendo todo el cariño en numerosas despedidas hasta el 29 de abril, en que partirán hacia Alemania. Allí estarán entre 8 a 10 meses y luego se dirigirán a Israel donde desean concretar alguna otra ayuda humanitaria "y ver lo que Dios quiere de nosotros".