Quién hubiera pensado que su rebeldía adolescente lo llevaría a tan buen puerto al encontrar una pasión que le cambiaría la vida. El circo.
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Quién hubiera pensado que su rebeldía adolescente lo llevaría a tan buen puerto al encontrar una pasión que le cambiaría la vida. El circo.
Isaías Almanza, hoy de 29 años de edad, es profesor de circo y tiene como meta abrir la primera escuela de circo en Jujuy. Es que con tantos aprendizajes obtenidos a lo largo de su carrera y tantas enseñanzas por ofrecer a la juventud desde la experiencia personal, cómo no por lo menos intentar soñar con este inmenso proyecto.
Para Isaías Almanza el circo es un arte que casi de inmediato se convirtió en pasión. Su primer acercamiento fue en la secundaria donde por ser un estudiante algo indisciplinado lo mandaron a participar de las actividades del aquel entonces Centro de Actividades Juveniles (CAJ).
"Ahí pasé por muchos talleres de música, teatro, danza pero en ninguno me sentía cómodo hasta que conocí a Andrea Espinassi, profesora de circo. Desde ese momento pasé por un montón de disciplinas como malabares, clown, acrobacias hasta que conocí lo que era el trapecio fijo y me gustó tanto que me quedé", contó a El Tribuno.
Tal fue así que esta nueva actividad empezó a convertirse en la protagonista de su vida al punto que dejó su trabajo de albañil y algunas otras actividades para dedicarse a pleno a su rol de profesor de circo en distintas instituciones.
"Para mí el circo lo es todo. A mí me cambió la vida por completo. De ser el muchacho que vivía saliendo los fines de semana, con el circo dediqué mi tiempo a entrenar, a preparar los espectáculos, armé mi propio grupo y participaba también con los chicos de Circo en Movimiento. Así, empecé a ocuparme en otras cosas y ya no tenía tiempo para salir de fiesta. Me cambió por completo y me hizo mejor, por eso trato de trasmitirles a mis alumnos todo lo que el circo me enseñó".
Entre sus experiencias contó que tuvo la posibilidad de trabajar en el Secundario Nº54 donde lograron incentivar a los estudiantes a participar de los campeonatos de fútbol, actividad que hasta ese entonces estaba olvidada y desaprovechada por la falta de interés. Sin embargo y pese a las dudas la convocatoria que hicieron en su equipo fue exitosa, los chicos se interesaron, se entusiasmaron y estuvieron presentes a primera hora listos para jugar.
Ante esta experiencia, que vino a sumarse a otras tantas gratificadoras, Isaías Almanza las calificó como una "retroalimentación constante" al compartir que "eso es lo que me gusta del circo, que todo el tiempo estamos tratando de enseñar algo y también aprendemos algo del otro".
La pasión no llegó a su vida por obra de magia. Escarbando los motivos y/o las razones por este amor al arte circense tiene como origen, tal vez, en la tendencia al arte que hubo y hay en su familia.
Su mamá y su hermana son diseñadoras de indumentaria y su papá hizo mucho tiempo teatro, por eso consideró que "siempre tuve apoyo desde la parte artística en mi familia, lo que me permitió trabajar, estudiar y entrenar para hacer circo. Siempre me apoyaron y me dieron la seguridad para hacer las tres cosas y todo lo que me proponga a futuro", dijo.
Y hablando de futuro, Isaías Almanza contó que tiene como proyecto crear una escuela. "Quiero abrir una escuela de circo en Jujuy. Ya estoy comprando algunos materiales y elementos. Es que en la provincia tenemos muchos talleres individuales como en la Unju, en Sueños Intactos y en los galpones recuperados pero no hay una escuela en la que estén juntos en un mismo lugar los profes de malabares, acrobacia, tela y trapecio. La idea es que cada profe pueda enseñar una disciplina puntual", explicó.
Y para lograr concretar este sueño consideró que sería ideal poder hace un convenio con el Ministerio de Educación de la misma forma que Andrea Espinassi, por mucho tiempo, logró convenios con la Universidad Nacional de Jujuy en pos de crear esta tan ansiada escuela.