El mate es un fiel compañero para muchas personas que disfrutan de su sabor en cualquier momento del día. Y se constituyó en una inspiración valiosa para Claudia Rueda, una docente dedicada a la enseñanza que durante la pandemia se motivó para incentivar la creatividad de una manera especial.
inicia sesión o regístrate.
El mate es un fiel compañero para muchas personas que disfrutan de su sabor en cualquier momento del día. Y se constituyó en una inspiración valiosa para Claudia Rueda, una docente dedicada a la enseñanza que durante la pandemia se motivó para incentivar la creatividad de una manera especial.
"El mate es mi compañero fiel y me llevó a realizar desayunos y a incorporarlo como una pieza diferente", comenzó relatando sobre el surgimiento de su labor. Teniendo la arcilla como material noble de base, Rueda comenzó a diseñar motivos regionales como llamas, niños kollas y cactus, todo a través de una amplia paleta de colores donde sobresale la fluorescencia en partes estratégicas.
Luego del tratamiento adecuado para su uso cotidiano, la artesana realiza los dibujos muy característicos de la Quebrada y con toda la atención puesta en el detalle, deja ver su faceta original gracias a la incorporación de técnicas personales que muestran obras pensadas para ser hechas a mano. Así, con el tiempo, junto con los mates, fue incorporando sus dibujos pintados a tazas y azucareras, también respetando que hagan referencia a aquello más representativo de la Quebrada.
"Mi intención es seguir manteniendo lo que es nuestro. El mate tiene su proceso, se impermeabiliza el molde, para que se pueda utilizar sin cura previa. El dibujo es a mano alzada y la pintura también, trato de combinar los colores", aseguró Rueda sobre esta manera de hacer arte que resulta ser toda una terapia cuando sus manos están en la obra.
Cada pieza está realizada con cariño, es un objeto que pretende llevar un poquito de Jujuy a cualquier rincón. "Una vez impermeabilizado el mate, se le da unas capas de pintura que primero es la protección, luego es el color y de ahí se hace el dibujo todo a mano y finalmente se le pasa otra mano de protección", relató la admiradora de la artesanía. Es que la arcilla es un material que la tierra misma brinda para ser moldeada a gusto y renacer para cumplir una función.
"Esto salió de las ganas que tenía de generar cosas y porque me gusta mucho el reciclado. Lo hago con todo el cariño", aclaró Rueda que desde su casa en El Carmen propone sus juegos de té. Con participación en distintas ferias de emprendedores independientes, Claudia Rueda se siente muy feliz de expresarse mediante este trabajo manual que comparte con Lucas, su hijo. "Es algo que me desestresa y siento que me hace bien y si les gusta a los demás me pone más contenta aún", finalizó.
Diseños norteños que son valiosos
El diseño a mano alzada es muy antiguo y fue el incentivo para Claudia Rueda. A través de una combinación de técnicas y mucha creatividad a la hora de dibujar, la artista recrea formas de personajes tradicionales del norte jujeño. “Desde muy niña me encantaba todo lo que tenemos y mantenemos hasta hoy, creo que rescatarlo a través de este tipo de actividad es lo más valioso”, aseguró Rueda sobre esta labor que realiza junto a su hijo de catorce años. “Tenemos que tener paciencia, eso le explico. Esto lleva un proceso, el paso a paso y cuando ve el resultado se pone muy contento con el trabajo terminado”.