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19 de Abril,  Jujuy, Argentina
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El rugby, un pasaporte a la socialización y reinserción

"Los 300 del Norte", el equipo que representa al Servicio Penitenciario, participa del torneo de la Unión Jujeña.
Martes, 26 de abril de 2022 01:04

Martín Buitrago el entrenador de Los 300 del Norte, el equipo integrado por internos del Servicio Penitenciario de Jujuy, señaló ayer en una entrevista con El Tribuno de Jujuy que lo que se busca con este deporte es "la inclusión social y bajar la tasa de reincidencia delictiva a través del rugby, la educación, el trabajo y la espiritualidad".

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Martín Buitrago el entrenador de Los 300 del Norte, el equipo integrado por internos del Servicio Penitenciario de Jujuy, señaló ayer en una entrevista con El Tribuno de Jujuy que lo que se busca con este deporte es "la inclusión social y bajar la tasa de reincidencia delictiva a través del rugby, la educación, el trabajo y la espiritualidad".

El entrenador remarcó que "por sobre todas las cosas, el interno es una persona que, por la causa que sea, se encuentra cumpliendo una condena en un establecimiento penitenciario, pero que está dispuesto a cambiar su vida y aprovechar una nueva oportunidad y esa oportunidad se la da el deporte, en este caso el rugby, que le permite antes de obtener la libertad sociabilizar para después poder reinsertarse en la sociedad".

Por su parte, el jefe del Servicio Penitenciario de Jujuy, inspector general Ariel Hernán Cari, señaló: "Este programa se inició en el año 2018 y hay que destacar que los riesgos que corre la institución son realmente grandes, pero es nuestra obligación brindarles a los internos las herramientas y posibilidades de reinsertarse en la sociedad, pero cuando salen a jugar con la autorización de los fiscales y después de que se realizan las evaluaciones correspondientes saben que no pueden fallar, porque se les abren todas las puertas para demostrar que están transitando la buena senda".

El subdirector del Establecimiento Penitenciario Nº 7, Carlos Vidal Díaz, indicó que "para ello deben cumplir con las tres premisas fundamentales que son la educación, es decir cumplir con los estudios, primarios o secundarios y con los talleres, y por sobre todas las cosas droga cero, porque la población de este establecimiento es de alrededor de 400 internos y no todos están en condiciones de integrar el equipo".

Las autoridades penitenciarias remarcaron la importancia que tiene para el Servicio Penitenciario la práctica de este deporte que les permite observar la evolución de los internos integrantes del equipo, quienes no solamente socializan con los equipos con lo que se enfrentan sino con sus propios compañeros del mismo sector o de otros respondiendo a los valores que se les inculca como el respeto, la solidaridad, el compromiso y el trabajo en equipo para salir adelante.

El equipo Los 300 del Norte cuenta con el apoyo de la Fundación Espartanos que tiene como finalidad: Fomentar la educación de las personas privadas de su libertad para transformarlas en personas empleables. Acompañar a las personas privadas de su libertad en su formación personal y espiritual, brindándoles herramientas para una mejor reinserción social cuando obtengan su libertad. Transmitir los valores del deporte con el fin de formar personas respetuosas, humildes, compañeras, honestas y perseverantes. Bajar el índice de reincidencia delictiva de la Argentina.

El testimonio de tres jugadores

Alejandro, 43 años

“Nací en San Salvador de Jujuy y me falta un año y diez meses para obtener la libertad. El rugby me cambió la vida, siempre asisto a las prácticas porque me ayuda física y espiritualmente. Además, estoy participando del Taller de Construcciones Tradicionales y a partir del certificado que me otorgarán podré desarrollar un emprendimiento que me permita afrontar la vida de otro modo. Antes, había jugado en la secundaria”.

Gustavo, 29 años

“Nunca había jugado al rugby antes. Soy de Uquía, tengo un hijo de 8 años y un proyecto de vida ligado a la construcción, ya que me estoy capacitando en el Taller de Construcciones Tradicionales. Ingresé al equipo gracias a la insistencia de un compañero que me decía que me sume al equipo. Estoy muy satisfecho realmente porque pude realizar el Taller de Serigrafía y Estampado y terminar la secundaria, que eso es muy importante”.

Ariel, 25 años

“Es una nueva experiencia nueva, tengo una hija y soy de Coranzulí. Estoy estudiando la Tecnicatura de Seguridad e Higiene a distancia y me perjudicó bastante la pandemia, pero a pesar de eso espero poder recibirme el año próximo antes de quedar en libertad. Realmente me siento muy motivado y a pesar del encierro puedo disfrutar de cosas nuevas, como es el ‘tercer tiempo’, donde confraternizamos con otros jugadores”.