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Se profundiza la conflictividad social

Domingo, 03 de abril de 2022 01:00

Las disputas por el poder en el seno del Frente de Todos amenazan no sólo con afectar la gobernabilidad y un eventual triunfo electoral, sino también con profundizar el clima de tensión social, en medio de una escalada inflacionaria sin precedentes en la última década. Las protestas callejeras y los piquetes están empezando a volver a ser parte del día a día de los argentinos, algo que se había atenuado bastante durante la primera parte del gobierno de Alberto Fernández. Motivos hay de sobra: la plata no alcanza para llegar a fin de mes, el empleo que se genera es mayoritariamente informal y el salario mínimo es sólo un tercio de lo que cuesta la canasta básica. Pese a todo eso, el crecimiento de las protestas también tiene un indudable componente político, ya que muchas de las organizaciones que están planteando reclamos muy fuertes al Gobierno responden hoy al kirchnerismo, como la Ctep de Juan Grabois y los camioneros de Pablo Moyano, sólo por citar algunos ejemplos.

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Las disputas por el poder en el seno del Frente de Todos amenazan no sólo con afectar la gobernabilidad y un eventual triunfo electoral, sino también con profundizar el clima de tensión social, en medio de una escalada inflacionaria sin precedentes en la última década. Las protestas callejeras y los piquetes están empezando a volver a ser parte del día a día de los argentinos, algo que se había atenuado bastante durante la primera parte del gobierno de Alberto Fernández. Motivos hay de sobra: la plata no alcanza para llegar a fin de mes, el empleo que se genera es mayoritariamente informal y el salario mínimo es sólo un tercio de lo que cuesta la canasta básica. Pese a todo eso, el crecimiento de las protestas también tiene un indudable componente político, ya que muchas de las organizaciones que están planteando reclamos muy fuertes al Gobierno responden hoy al kirchnerismo, como la Ctep de Juan Grabois y los camioneros de Pablo Moyano, sólo por citar algunos ejemplos.

En el sindicalismo se están produciendo movimientos que podrían llegar cambiar la dinámica de la CGT para lo que resta del mandato presidencial. La central sindical se vino oponiendo sistemáticamente a convocar a un paro general pese al creciente deterioro del salario real de los trabajadores. Mientras hubo unidad en el Gobierno nacional, hubo unidad en el movimiento obrero, algo que hoy se pone seriamente en duda.

El poderoso Pablo Moyano, cotitular de la CGT, habló directamente de salir a "reventar" la plaza de Mayo si no hay mejoras salariales en el corto plazo. Las declaraciones del gremialista se dieron pocos días antes de que Máximo Kirchner se saque una foto junto a él que generó todo tipo de especulaciones en el escenario político. Algunas versiones indicaron que en ese encuentro privado ambos dirigentes habrían acordado una profundización del plan de lucha, que podría terminar con un eventual paro general de Camioneros.

Un estrecho colaborador del Presidente sostuvo ayer a El Tribuno de Jujuy que "la postura radical de Pablo Moyano no se condice con la excelente relación que tiene Alberto con su padre". "No me imagino una huelga general de Camioneros sin el aval de Hugo Moyano, y hoy lo veo imposible", agregó la fuente.

De hecho, no sorprendió que Pablo Moyano no haya asistido a la reunión del Consejo Económico y Social que convocó al Presidente. Allí sí se hizo presente Héctor Daer, el líder sindical más cercano a Alberto Fernández, quien públicamente suele diferenciarse notoriamente de las ideas del kirchnerismo más duro. Daer viene propiciando la reelección de Alberto Fernández aún antes de que la mesa chica del Gobierno comience a fogonearla.

El Movimiento Evita es otro de los principales sostenes de Alberto Fernández para apaciguar un poco la conflictividad social. Ese movimiento maneja más de un millón de planes sociales y, últimamente, se lo vio marchando más en apoyo del Gobierno que en reclamos puntuales de la organización social.

El kirchnerismo está al tanto de la importancia que tiene "ganar la calle" en momentos en los que se dirime una interna feroz con derivaciones insospechadas. En ese contexto, los seguidores de Cristina Kirchner festejaron con bombos y platillos la asunción de Abel Furlán en la UOM, muy cercano a la vicepresidenta, quien desplazó tras dieciocho años a Antonio Caló de la conducción del gremio. El extitular de los obreros metalúrgicos es uno de los principales sindicalistas que apoya abiertamente la gestión del Presidente, aunque ahora verá reducido fuertemente su poder de fuego dentro de la CGT.

El aniversario por la guerra de Malvinas mostró ayer varias fotos nítidas de la interna entre Alberto y Cristina. al igual que ocurrió en el 24 de marzo, el Presidente realizó un acto en el Museo Malvinas y la vicepresidenta en el Congreso de la Nación. si bien no hubo declaraciones rupturistas en ninguno de los discursos, las fotos parecieron hablar por sí solas. El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, participó tanto de un evento como del otro, en un claro intento por instalarse como un eventual moderador del Frente de Todos. ¿Cuál es la estrategia del exintentende de Tigre? Lograr un acercamiento entre ambos líderes en pugna y terminar siendo coronado como el candidato presidencial de un eventual espacio unificado. De no darse ese escenario, nadie descarta que Massa termine abandonando la coalición y armando una propuesta electoral con sectores del radicalismo y del peronismo, incluyendo gobernadores influyentes como Juan Schiaretti. Este último planteo tiene una gran dificultad: debería romperse Juntos por el Cambio, que es el principal candidato a ganar las elecciones si se realizaran hoy.

La economía

El dato de que se redujo la pobreza más de tres puntos en el segundo semestre del año pasado es obviamente alentador, pero es una cifra que quedó muy lejana en el tiempo. Sólo en el primer trimestre de este año la inflación alcanzará casi el 15 por ciento, lo que pone en jaque esa recuperación de cara a la nueva medición que se conocerá a mitad de año. algunos economistas privados se animaron a adelantar que la suba de precios de marzo podría haber sido incluso superior al seis por ciento. Según estas estimaciones, la inflación en los alimentos se ubicaría en torno al nueve por ciento. Esos números, que parecen fríos al mencionarlos, demuestran que no hay crecimiento posible del poder adquisitivo si no se baja la inflación con políticas de fondo que estimulen la inversión y reviertan el pesimismo que reina en el mundo financiero.

¿Qué espera el Presidente para anunciar una baja sensible en el IVA a los alimentos? ¿Es sustentable pedirle a los empresarios que retrotraigan los precios -absorbiendo todo el peso de los aumentos en combustibles, tarifas, salarios e impuestos- sin una contrapartida del Estado? Por supuesto que no, y las alternativas que quedan por esperar hacia adelante son básicamente tres: más inflación, desabastecimiento de productos clave para la producción o ambas.

Los números del Indec arrojaron algunas particularidades. En Jujuy, por ejemplo, bajó la pobreza el doble que a nivel nacional pero creció la indigencia, cosa que no ocurrió con el promedio del país. Chaco y Concordia registraron un índice de pobreza superior al cincuenta por ciento y Formosa y San Luis más del cuarenta y cinco por ciento. ¿Cuánto fue la pobreza en la Ciudad de Buenos Aires? Apenas superior al 16 por ciento.

La supuesta federalidad del Gobierno todavía sigue siendo una cuenta pendiente.