Dos hermanos y otros dos jóvenes oriundos de la ciudad fronteriza de La Quiaca, son intensamente buscados por los efectivos de la Brigada de Investigaciones, luego de atacar a golpes a un efectivo policial y robarle sus pertenencias.
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Dos hermanos y otros dos jóvenes oriundos de la ciudad fronteriza de La Quiaca, son intensamente buscados por los efectivos de la Brigada de Investigaciones, luego de atacar a golpes a un efectivo policial y robarle sus pertenencias.
Según las fuentes que fueron consultadas por nuestro diario, el hecho se registró la noche del domingo pasado alrededor de las 23.30, cuando un efectivo policial con residencia en la ciudad de Humahuaca, caminaba por intersección de las calles Irigoyen y La Rioja de la ciudad fronteriza, momento en que se encontraba de civil, visitando a unos familiares y se dirigía a la parada de remises.
En esas circunstancias fue abordado por cuatro personas, dos de ellos hermanos que tristemente son conocidos en el ámbito delictivo con el alias de "los tutus", quienes le exigieron que entregara todas sus pertenencias.
El efectivo intentó salir de la escena corriendo, pero rápidamente fue interceptado por estas personas quienes lo redujeron a golpes de puños y patadas, para luego robarle todas sus pertenencias.
El hombre tomó un remis y cuando llegó a la Seccional 14º de la ciudad de Tilcara, donde presta servicios realizó la denuncia formal en contra de estos delincuentes, manifestando además que reconoció a dos de sus atacantes.
Las actuaciones fueron inmediatamente remitidas al ayudante fiscal zonal del Ministerio Público de la Acusación, quien se comunicó con los efectivos de la Unidad Regional 5 de La Quiaca, para identificar a los cuatro delincuentes.
El efectivo denunció que fue despojado de su teléfono celular, su billetera con cierta cantidad de dinero, además de documentación de tarjetas de crédito y débito, entre otros papeles importantes para la víctima.
Según se pudo establecer, los hermanos "los tutus" integran una patota que mantiene a todos los vecinos quiaqueños en vilo y pese al frondoso prontuario de antecedentes, siguen delinquiendo.