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Sylvia Cornejo, Julia Álvarez y sus historias en el Mozarteum filial Jujuy

Dos apasionadas de la música clásica que cumplieron un importante y largo ciclo en la comisión. Ambas renunciaron a principio de este año a sus lugares directivos, y cuentan cómo fue esa experiencia.
Martes, 05 de abril de 2022 01:01

Dos mujeres amantes de la música y laburantes de la cultura de Jujuy, como son Sylvia Cornejo y Julia Alvarez, quienes fueron miembros del Mozarteum filial Jujuy desde sus inicios, y durante muchos años ocuparon la presidencia y la vicepresidencia de la institución, renunciaron a estas funciones en febrero y en marzo de este año, respectivamente. Sólo por haber cumplido una etapa y entender que ya dieron lo que podían a esta causa que enriqueció el arte jujeño, ambas dieron un paso al costado.

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Dos mujeres amantes de la música y laburantes de la cultura de Jujuy, como son Sylvia Cornejo y Julia Alvarez, quienes fueron miembros del Mozarteum filial Jujuy desde sus inicios, y durante muchos años ocuparon la presidencia y la vicepresidencia de la institución, renunciaron a estas funciones en febrero y en marzo de este año, respectivamente. Sólo por haber cumplido una etapa y entender que ya dieron lo que podían a esta causa que enriqueció el arte jujeño, ambas dieron un paso al costado.

Sylvia Cornejo fue la presidenta del Mozarteum Jujuy desde el año 2001, a partir del fallecimiento de su marido, José Casas, quien habiendo fundado la institución había sido su primer presidente. En el año 2015, Cornejo dejó la presidencia en manos de Julia Álvarez, y en 2019, pasó a manos del actual presidente, Víctor Rosado Fabroni. Igualmente, Cornejo siguió en la comisión como asesora, dada la experiencia indudable que había adquirido en el manejo y la programación de los conciertos internacionales en nuestra provincia.

Volviendo al tiempo de la fundación del Mozarteum, hay que decir que la primera sede fue en el domicilio particular de Martha Raquel González López de Gámez, quien tuvo la iniciativa de traer una filial a nuestra provincia. Cuando ella se enferma, la sede pasó al domicilio particular de la madre de Sylvia Cornejo, quien la ofreció gentilmente, donde luego irían a vivir ella y su marido José Antonio Casas. Esa fue la segunda sede del Mozarteum Jujuy hasta febrero de este año. Desde su renuncia, la sede de la entidad cultural no funciona más en ese lugar.

La renovación, la entereza, la generosidad, serán sin dudas los motivos, para estas dos mujeres de dejar una causa que les llevó la vida.

Es que ambas son amantes de la música de cámara, y sin dudas el laburo ad honorem para llevar adelante las actividades del Mozarteum, es sólo para apasionados.

Julia Álvarez por su parte, es socia fundadora del Mozarteum Jujuy, que nació en 1981 para dar luz a una provincia rica en cultura musical y ávida de recibir en su prestigioso y cálido Teatro Mitre, a las figuras internacionales más importantes de la música clásica. Recuerda que, junto a Martha Raquel González López de Gámez y José Antonio Casas, llevaron adelante la auspiciosa idea de crear esta sede del Mozarteum Argentina. Y nunca se arrepintieron porque llegó a ser para los músicos del mundo, el destino preferido, pedido para hacer sus giras, porque sabían de la calidez del recibimiento.

Sobre lo que significó en sus vidas personales, haber trabajado intensamente para el Mozarteum, Álvarez, quien además es profesora de Inglés, competencia que también puso a disposición de esta causa, expresó: "Yo soy socia fundadora del Mozarteum en Jujuy. Hemos tenido las mismas tertulias durante los 41 años de la institución. No hemos faltado ningún año y hemos vivido la trayectoria del Mozarteum muy de cerca. Cuando falleció mi marido, Sylvia (Cornejo) me llama para que colabore con el Mozarteum, y de eso ya hace diez años. Entonces entré a la comisión. Antes no había estado en la comisión, pero siempre estuve cerca porque cuando llegaban artistas extranjeros, me invitaban para conversar con ellos. Para mí ha sido una experiencia muy positiva, que al último me tomaba demasiado tiempo. Fui dejando relegados a mi familia, amigos y alumnos, y por eso al final decidí volver a compartir tiempo con ellos. Para mí es doloroso alejarme del Mozarteum, pero fue una etapa que ya cumplí".

Sylvia Cornejo cuenta que su contacto con la música clásica, "fue nada más que por mis padres, que tenía en ese momento discos y nosotros bailábamos alrededor de la mesa, yo iba a danza. Aquí no había muchas oportunidades, aunque había algunos conciertos que se hacían en el club social, pero no eran habituales. Cuando lo conozco a José Antonio (Casas), quien sería mi marido, fue el mismo tiempo en que Martha Raquel González López de Gámez, que era amiga mía, tuvo la idea de traer el Mozarteum a Jujuy. Ella es quien al principio lo habla a mi marido, él habla al ingeniero Chacho Serrano, y juntos se asocian para crear esta entidad para ofrecer conciertos, en el año 1981".

A partir de ese momento "empezamos a hablar por teléfono a los amigos, para ver qué interés podía haber en una institución así, y cuando vimos que sí había, Martha se pone en contacto con Jeannette Arata de Erize (presidenta y fundadora honoraria del Mozarteum Argentina) para que vinieran. Las primeras reuniones fueron con ella, luego con Gisela Timmerman, que fue la directora ejecutiva.

La primera reunión fue en casa de Nilda y Catuto Alvarado. En ese momento estaba Rafael Dacal también, quien hacía artículos de música. Éramos muy pocos todavía, entre ellos Ana Peña y Nelly Ace, por mencionar sólo algunas. Aprendimos lo que hacía falta para formar una filial. Arata de Erize conoció el Teatro Mitre, condición fundamental tener un espacio para los conciertos, y quedó fascinada con nuestro coliseo, y el 13 de octubre se hace otra reunión con la gente que se había sumado, ya en lo de Martha Raquel, y surge una comisión organizadora provisoria.", recuerda sobre los inicios del Mozarteum Jujuy.

En el mes de diciembre de ese 1981, ya fundada la filial, vienen las autoridades nacionales a dejarla inaugurada y se reúnen con empresarios jujeños, que fueron los primeros socios protectores, que siguieron hasta los últimos tiempos.

"Yo entré en esta comisión provisoria como vocal, pero como estaba casada con el presidente, hacía muchas más cosas", cuenta, "escribíamos las actas, las notas, y todo trabajamos juntos", recuerda Cornejo.

Recordó también que el primer vicepresidente fue Ricardo López Naguil, y Martha López Naguil, la primera tesorera.

Como profesora de Letras que es, Cornejo se entusiasmaba con la redacción de las notas de prensa, con citas de autores, para dar a conocer no sólo los músicos, sino los compositores, y la historia de las obras de cada concierto.

De los mejores momentos del Mozarteum que le tocó vivir, recordó la temporada del año 2015, "llegamos a hacer doce conciertos –el promedio siempre fue más o menos ocho, por año-, un Festival Sinfónico Coral con el maestro fallecido el año pasado, Pablo Di Mario, el Stabat Mater, etc. Fue tremendo, y alguien me dijo que habíamos dejado la vara muy alta", comenta, "y después de eso decidí dejar la presidencia", cuenta, aunque luego siguió unos años más ligada como asesora, y Julia Álvarez pasa de vicepresidenta a presidenta, por un par de años, hasta la asunción de Rosado Fabroni.

Ambas se van con la sensación de haber entregado toda su pasión a esta empresa, destacando que siempre han estado innovando, al punto de incluir la música popular a algunos conciertos y también a artistas de otros géneros en la programación. Cabe mencionar el área de Música Joven que se creó dentro del Mozarteum Jujuy, para organizar conciertos fuera del teatro, y capacitaciones a músicos locales, entre otras extensiones logradas.

Sylvia Cornejo y Julia Álvarez, se van de la institución con la certeza de haber hecho mucho, y dejado mucho más.