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“Tratamos de sobrellevar y de mirar siempre adelante”

Tenía ocho años cuando le diagnosticaron un tumor en el cerebro. Hoy tiene quince. Sus padres nunca se rindieron.
Miércoles, 11 de mayo de 2022 01:00

Más allá de la tradición, cumplir quince años para Emilia Candela Gallardo fue especial. Su madre, Claudia, rememoró su insistencia ante el malestar que tuvo a los ocho años, que hizo que le descubrieran un tumor en el cerebelo y luego hipertiroidismo. La trataron en Buenos Aires, y si bien el tumor afectó su crecimiento, mantiene una vida activa. Sus padres se plantearon siempre mirar hacia adelante y hoy celebran poder tenerla.

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Más allá de la tradición, cumplir quince años para Emilia Candela Gallardo fue especial. Su madre, Claudia, rememoró su insistencia ante el malestar que tuvo a los ocho años, que hizo que le descubrieran un tumor en el cerebelo y luego hipertiroidismo. La trataron en Buenos Aires, y si bien el tumor afectó su crecimiento, mantiene una vida activa. Sus padres se plantearon siempre mirar hacia adelante y hoy celebran poder tenerla.

"Tenía ocho años cuando se enfermó, estaba cansada, no se quería levantar, le dolían las piernas. Le dije a la médica y me dijo que no tenía nada", explicó Claudia, la madre de Candela. Es que tras los dolores de cabeza y vómitos la internaron en una clínica donde le hicieron análisis, ecografía y radiografía, y pese a que no mejoraba le dijeron que la lleve a casa.

Pasaron un mes llevándola a consultar a distintos médicos y todos coincidían en que no tenía nada, pese a que persistían el dolor de piernas y el cansancio por el que no se levantaba de cama y no quería comer. Le negaban la resonancia y ofrecieron una tomografía, y cuando fue a sacar el turno un médico escuchó y se interesó y sugirió que insista con la resonancia magnética, la madre insistió y lo logró.

Claudia no olvida la fecha. El 14 de febrero de 2016 fue el estudio y al día siguiente la llamaron del hospital donde el doctor Lamas le diagnosticó un gran tumor que requería una cirugía de inmediato. El diagnostico finalmente era neuroblastoma, un tumor maligno en el cerebelo, cáncer.

"Ahí empezó, la internaron porque ya estaba haciendo hidrocefalia (acumulación de líquido cefalorraquídeo), cada semana le hacían una cirugía diferente, una fue para extirparle el tumor que tenía", recordó y detalló que luego fue derivada al hospital Garrahan de Buenos Aires. Allí, la niña pasó por quimioterapia y radioterapia, que aclaró se le irradió cerebelo, tronco y columna, porque el líquido cefalorraquídeo tenía células malignas.

El tratamiento en Buenos Aires fue un duro trance que afectó a toda la familia, porque significó dejar a los hermanos mayores de la niña con el esposo por dos años ya que luego continuaron en el Materno Infantil de esta ciudad. "Tratamos de sobrellevar y de mirar siempre adelante. Siempre trataba de decir 'hacemos hoy esto y mañana qué sigue, continuamos'. Siempre siendo lo más positiva posible y buscando darle toda la fuerza a mi chiquita, que no entendía mucho lo que le estaba pasando", recordó la madre quien prefirió no dar su apellido.

De hecho, dijo que su niña recién el año pasado comenzó a entender lo que le ocurría, pero siempre tratando de ser positiva y seguir adelante con cada tratamiento. "Ella quedó con varias secuelas emocionales, hipertiroidismo, no crecía", precisó. Por ello en 2021 inició un tratamiento de inyectables diarios con hormonas para el crecimiento y aunque dio resultado aún es muy pequeña, mide 1,34 cm a sus quince años.

"La vida nunca siguió normal una vez que te dan este tipo de diagnóstico" dijo y explicó que no le gusta nombrar a la enfermedad y volver atrás, y elige ir hacia adelante y valorar el apoyo recibido por la familia y la gente de su entorno desde que su hija era muy pequeña.

Neuroblastoma

Un neuroblastoma es un tipo de cáncer que se origina en las formas incipientes (jóvenes) de las células nerviosas, que conforman el sistema nervioso. Ocurren principalmente entre los bebés y los niños de corta edad, es raro entre los niños mayores de 10 años.

Por lo general se detectan cuando un niño visita al médico debido a ciertos síntomas, si es en el abdomen, causa dolor abdominal, una masa debajo de la piel que no es sensible al tacto, cambios en hábitos intestinales como diarrea o estreñimiento; y en el pecho puede causar silbido al respirar, dolor, cambios en los ojos, inclusive párpados caídos y tamaño de la pupila desigual. Se pueden hacer pruebas de sangre y de orina; estudios por imágenes, ecografía, radiografía, resonancia magnética, tomografía computarizada, gammagrafía ósea; y biopsias. El tratamiento dependerá del tipo y el grupo de riesgo del neuroblastoma; puede ser cirugía, quimioterapia, inmunoterapia, radioterapia.

“Le ponemos toda la onda”

“Le ponemos toda la onda que se puede. Tratamos de ponerle toda la fe, la esperanza y seguir adelante porque gracias a Dios la tengo conmigo y bien, con vida, a pesar de todas las secuelas y a diferencia de otros papás que ya no los tienen”, afirmó Claudia emocionada. Siempre se refugió en la fe, la oración, agradeciendo y orando que su hija siga bien y por ello dejó de trabajar en el ámbito bancario para dedicarse a cuidarla.

La niñez de Candela fue dura a raíz de los tratamientos a los que fue sometida por su patología que duró alrededor de dos años, entre idas y vueltas a Buenos Aires. Tuvo que interrumpir su educación cuando cursaba segundo grado y recibió clases de educación hospitalaria en su estadía. La madre de Candela agradeció también el apoyo recibido de los padres de la escuela Monteagudo para ir en su momento a Buenos Aires, ya que necesitaba mucho para alquiler y vivir allí para que la trataran a su niña con quimio y radioterapia.

Al volver le fue difícil retomar la escuela, pero culminó al regresar en la Monteagudo y actualmente cursa el segundo año de secundario en la escuela Gianelli. Es que el año pasado no pudo cursar porque emocionalmente no estaba bien, por depresión y ansiedad, que viene trabajando y superando a diario.

También agradeció el apoyo de la Fundación Tinkuna Kama, encabezada por Ivone Rivera, cuyos integrantes ayudaron para que se pudiera concretar la celebración de quince años de Candela quien los cumplió a mediados de abril, que reunió a la familia, vecinos quienes siempre acompañaron desde que se enfermó, y algunos amigos. La joven tiene la amistad de las niñas, vive plenamente pero limitada en deportes, por lo que tuvo que dejar gimnasia artística tras un esguince de tobillo, por cierta debilidad a raíz de su patología y porque dispone de reducido tiempo debido a que el horario escolar a veces se extiende hasta las 19 y otras a las 20.

“Ella tiene ganas de estudiar y como cualquier otro niño, de salir adelante. Ella ama la vida, quiere vivir”, relató su madre. Candela es bastante sociable, hace amigos, aunque hay quienes entienden lo que le pasa mientras otro no.