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Día de la Escarapela: la historia del primer símbolo patrio

Manuel Belgrano propuso que el Ejército contara con un distintivo que le permitiera unificar los colores y que mostrara la identidad de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Miércoles, 18 de mayo de 2022 12:37

En 1835, el Consejo Federal de Educación decretó que el 18 de mayo de cada año en la Argentina conmemora el Día de la Escarapela, erigido como uno de los símbolos patrios más trascendentes del país. Aquella enseña fue propuesta el 13 de febrero de 1812 por Manuel Belgrano -quien también fue el creador de la bandera- con el objetivo de que los colores del Ejército se unificaran, ya que los cuerpos militares portaban diferentes distintivos.

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En 1835, el Consejo Federal de Educación decretó que el 18 de mayo de cada año en la Argentina conmemora el Día de la Escarapela, erigido como uno de los símbolos patrios más trascendentes del país. Aquella enseña fue propuesta el 13 de febrero de 1812 por Manuel Belgrano -quien también fue el creador de la bandera- con el objetivo de que los colores del Ejército se unificaran, ya que los cuerpos militares portaban diferentes distintivos.

La fecha ya quedó instituida en diversos calendarios escolares –así como también la obligatoriedad de colocárselo a lo largo de la jornada en los establecimientos educativos- y se consolidó como una efeméride patria.

Los profesores Benito Favre y Antonio Ardissono, que se desempeñaban como director y vicedirector en la Escuela Nº11 de Buenos Aires, habían exigido en 1834 que el festejo fuese el 20 de mayo, pero las autoridades lo adelantaron por dos días.

Cómo surgió la escarapela

Cinco días después del planteo del militar que colaboró con el impulso de la Revolución de Mayo, el Primer Triunvirato aprobó el uso de la escarapela nacional de lo que, en ese momento, eran las Provincias Unidas del Río de la Plata, con los colores blanco y azul celeste.

Los encargados de enviar el texto al jefe del Estado Mayor Conjunto fueron Feliciano Antonio Chiclana, Manuel de Sarratea, Juan José Paso y Bernardino Rivadavia, en su carácter de secretario. El establecimiento de los nuevos matices dejó sin efecto el rojo, con el que antiguamente se caracterizaba a las Fuerzas Armadas y dejaba entrever la relación con la administración española.

Al mismo tiempo, Belgrano había asegurado que el símbolo podría oficiar de distinción en el marco de los combates contra los soldados de territorios enemigos, así como también para fomentar el sentimiento de unidad y fuerza en el contexto de una época todavía convulsionada. Con el tiempo, su empleo se popularizó y alcanzó a la población civil.

La escarapela fue la primera enseña patria en surgir; posteriormente iban a llegar el escudo, el himno y la bandera. En base a los protocolos establecidos, la misma se debe utilizar sobre la izquierda del pecho o, en su defecto, en la solapa.

Debido a que la escarapela evidencia buena parte de la identidad de la Nación, adopta formas muy diversas: el emblema puede tener forma de cucarda, de cinta, de lazo o de moño. Según las investigaciones del Instituto Nacional Belgraniano, que es dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación, la versión original del símbolo contaba con el centro celeste y una corona blanca.

 

Fuente. TN

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