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“Manitos unidas” al servicio de familias de Alto Comedero

Silvia Herrera no está sola porque la asisten amigas, vecinos y un voluntariado con mucho amor.
Lunes, 23 de mayo de 2022 01:00

La casa pertenece a un programa habitacional de esas que entregaron algunas organizaciones sociales y luego el Gobierno. Estructuralmente es pequeña pero cobija un corazón inmenso, el de la familia de Silvia Roxana Herrera, la responsable del Comedor "Manitos unidas".

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La casa pertenece a un programa habitacional de esas que entregaron algunas organizaciones sociales y luego el Gobierno. Estructuralmente es pequeña pero cobija un corazón inmenso, el de la familia de Silvia Roxana Herrera, la responsable del Comedor "Manitos unidas".

Silvia Herrera no está sola, a su lado caminan Brenda Méndez, Liliana Rojas, Rosario Chaira, Irma Martínez, Gerónima Tolaba y Carlos Herrera. Ellos son los encargados de hacer que el comedor funcione y de esa manera poder brindar un plato de comida los martes, miércoles, jueves "y si se puede con mucho esfuerzo los sábados", indicó Herrera con una tremenda fortaleza espiritual, física y mental, sobre todo si se tiene en cuenta que recién fue mamá de una pequeña que cuenta con solo dos meses y después de haber afrontado un embarazo de alto riesgo.

"Todo se inició hace tres años y medios cuando en la plaza De los Indios comencé a realizar las prácticas de maestra jardinera. Esto lo hacía junto con Brenda y eso nos permitió conocer a los niños y de a poco a sus familiares, también nos ayudó a conocer a los vecinos, elaboramos una planilla y a partir de ahí saber quién es quién y sus necesidades", indicó Silvia Herrera.

VOLUNTARIADO “HILOS DE ESPERANZA” | INVALORABLE APORTE DE MERCADERÍA Y MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN

"Un día con las chicas -agregó sonriente nuestra entrevistada- decidimos hacer un arroz con leche, en otra oportunidad un guiso y así de a poco se fue gestando el comedor, mientras yo me desempeñaba como auxiliar en una escuela primaria de la zona".

"No contamos con ninguna ayuda, lo hacemos de forma independiente y a pulmón. Con las mamás nos juntamos los domingos y vamos a trabajar a una feria en donde no nos pagan una remuneración económica, nosotras ayudamos a comerciantes a cargar los alimentos y ellos nos dan a cambio verduras que la utilizamos para el comedor", afirmó orgullosa.

En relación a la adquisición de los insumos o cómo van llenando la alacena del comedor, comentó con un exquisito buen humor que "muchas veces tenemos que mezclar todos los fideos que nos quedan y entonces los chicos lo llaman ´guiso de fideos de colores´ pero saben que aquí jamás les faltará un plato de comida". Es en ese momento que sus ojos adquieren un brillo especial porque ella más que nadie conoce de necesidades y privaciones.

Silvia Herrera en diálogo con El Tribuno de Jujuy mencionó que "siempre se suman nuevos chicos, nosotros no le podemos negar la comida por eso, lamentablemente, a veces nosotras no comemos porque no nos alcanza y preferimos darles a ellos. Siempre son la prioridad los chicos. Ojalá nos puedan ayudar, tenemos muchas necesidades y no podemos dejar sin comer a estos pequeños o a los abuelos que ahora también se suman a la larga lista que tenemos".

Aclaró que "cuando digo que nos quedamos sin comer me refiero a la comida del día, así que nos obliga a cocinar algo rápido para nosotros". A la vez mencionó que son alrededor de unas 175 a 180 porciones las que elaboran y reparte, "porque la gente trae sus recipientes y ahí le damos nosotros la comida, según sean 2, 3, 4 o 6 los integrantes de esa familia".

CLASES DE APOYO | LOS DOMINGOS EN MEDIO DE JUEGOS Y DESAYUNO.

Silvia Herrera con sus 34 años comparte su vida con su esposo policía y padre de sus tres niños de 12 y 8 años y la beba de solo dos meses. "Siempre agradezco la ayuda que nos brindaron primero Agustina Duchenne y su equipo de la Fundación Manos abiertas y en la actualidad el Voluntariado Hilos de esperanza que son quienes nos aportan toda su ayuda, son unos chicos realmente geniales".

Las necesidades

"Estamos abocados a la construcción de un salón de 8 por 8 porque lamentablemente no tenemos lugar donde recibir a los chicos, en ese pequeño garaje en invierno no aguantamos el frío y en el verano nos mata el color. Además debemos cocinar en una cocina de hogar y un anafe de 2 hornallas, ya que es todo lo que tenemos", remarcó la referente.

"Necesitamos bloques, cal, hierro, chapas para finalizar la construcción, ya levantamos con mucho esfuerzo dos paredes por eso pedimos a través de El Tribuno que nos colaboren con lo que puedan, nos gustaría poder tener un par de padrinos que nos ayuden", señaló Herrera.

"Cabe destacar que lamentablemente no contamos con un puesto de salud en un lugar donde además de las viviendas tenemos dos asentamientos denominados Remanente 1 y 2 y otros dos más que están en el sector sur del barrio. Eso impide que se realice un seguimiento de los niños y se determine el nivel de desnutrición, tampoco tenemos una comisaría y la inseguridad realmente es mucha, a punto tal que a mí me robaron dos veces y eso es muy doloroso porque son cosas que están destinada a los niños a las familias carenciadas. Es increíble que para drogarse le roben a los pobres" afirmó Silvia Herrera.

Los domingos voluntarios de "Hilos de esperanza" se encargan de brindar apoyo escolar a varios niños, quienes reciben un desayuno antes de que se inicien las actividades escolares y luego de las mismas unos juegos.

Quienes deseen colaborar pueden dirigirse a "Manitos unidas", en Alto Comedero, sector Tupac Amaru, manzana AP 14 lote 1, 13º etapa o llamando al 388- 154666056.