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"Al principio tenía miedo, pero es emocionante soldar"

Florencia Colpari busca superarse. Estudia Educación para la Salud y asiste a un taller de soldadura con su padre.
Miércoles, 15 de junio de 2022 01:04

La historia de superación de Florencia Colpari y su padre Abel es la de emprender un reto para lograr una oportunidad de crecimiento. La joven de 18 años no se dio por vencida cuando no ingresó a la carrera de Enfermería y comenzó la de Educación para la Salud en Humanidades, pero decidió aprender un oficio en paralelo, soldadura, y a la vez impulsar a su padre con quien aprende a la par en la Escuela de Educación Profesional de la Universidad Nacional de Jujuy.

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La historia de superación de Florencia Colpari y su padre Abel es la de emprender un reto para lograr una oportunidad de crecimiento. La joven de 18 años no se dio por vencida cuando no ingresó a la carrera de Enfermería y comenzó la de Educación para la Salud en Humanidades, pero decidió aprender un oficio en paralelo, soldadura, y a la vez impulsar a su padre con quien aprende a la par en la Escuela de Educación Profesional de la Universidad Nacional de Jujuy.

A Florencia Colpari no le asustan los desafíos y con una amplia sonrisa comentó que siempre quiso aprender cosas que le permitan ayudar en su casa, en arreglos y mejoras, inspirada en su padre a quien siempre vio hacerse cargo de ello. Aunque pensaba que su vocación era la enfermería, no se resignó cuando no pudo ingresar y se anotó en la Unju para cursar la Licenciatura en Educación para la Salud, poco después de comenzar supo que quería aprender un oficio, electricidad o soldadura.

Tras una larga fila y por tanto de espera, desde la 6 de la madrugada soportó estoicamente el cansancio para poder inscribirse para cursar un taller de oficios y cuando lo logró saltó de la emoción. "Más que todo entré a soldadura porque quería aprender. Al principio tenía miedo pero la verdad es que es muy emocionante cómo es la soldadura, se une metal con metal, el electrodo, los tipos de máquina, la amoladora", expresó la joven.

EN PLENA TAREA | CON SEIS CLASES LA JOVEN YA REALIZA PRÁCTICAS DE SOLDADURAS.

Es que considera que siempre se necesita soldar algo. "Para las chicas es bueno porque ya no se necesita de un hombre", consideró. "Me veo trabajando en esto. Podría hacer como mi profe y hacer equipamiento para personas para discapacidad, eso sirve, funciona. Sería lindo hacer un taller con mi papá y trabajar juntos", afirmó vislumbrando lo que podría sumarle el curso a la carrera en Humanidades que inició este año.

Reconoció que al principio pensaba elegir el curso de electricidad y cuando vio que no había cupo, optó por soldadura que era algo en lo que coincidía con su papá.

"Es un oficio muy lindo y gracias a mi hija estamos acá. Soy personal de servicio de un colegio y quiero capacitarme para hacer algo en el colegio, ayudar y este año quieren hacer carrozas, podría ayudar en la parte de soldadura", relató Abel Colpari. Es que, además, aseguró que le hace falta aprender para hacer rejas para su casa y otros arreglos que vendrían bien.

Explicó que si bien en su hogar suele soldar algo, lo hace en forma autodidacta, pero desde que cursa ese taller supo que hay muchas cosas que desconocía y le gusta aprender. Al igual que su hija, considera que crear un taller junto a su hija en el barrio Belgrano donde viven, que podría ser un lindo proyecto a futuro ya que pronto van a aprender soldadura mig mag, algo muy requerido en ese rubro.

Es que Colpari busca crecer y sumar con este nuevo oficio, porque si bien hace cinco años trabaja en un colegio, en su vida laboral hizo otros trabajos. De hecho, cuando trabajaba como sereno en obras de construcción, le llamó la atención cuando veía soldar, desde que comenzó a animarse a incursionar, cuyos conocimientos comenzó a mejorar en el taller de soldadura.

"El taller consiste en un 80% práctica y 20% teórico. La parte práctica es muy linda en el sentido que te enseñan de todo un poco", explicó sobre la clase que cursa en la Escuela de Educación Profesional de la Unju, asumiendo que el contenido teórico que reciben a través de cartillas y videos se complementa bien.

Cursan juntos

Para Florencia y Abel Colpari, aprender un oficio les suma y les da nuevas perspectivas de trabajo. Ambos están felices de poder cursar en un horario nocturno porque Abel llega del trabajo a las 18.30 y Florencia regresa a las 20 de la facultad, por lo que van juntos al taller de oficio, para el que algunas veces estudian juntos.

En la práctica, Florencia es la única mujer del taller y se mostró tranquila a la hora de ponerse a soldar, enfundada en un overol de trabajo, guantes y máscara para ese fin, en el box de práctica de la Escuela de Minas donde se dicta el curso. En el taller de soldadura al que asisten son 18, pero en total son 7 comisiones para aprender ese oficio, algunas más pobladas, según el horario.

"Quizás después podamos estudiar otra cosa", afirmó Florencia asumiendo que siempre le gustó aprender, y de hecho relató que en Educación para la Salud le va bien y ya comenzó a promocionar materias de primer año que cursa en forma virtual y presencial. El año pasado egresó de la Escuela Provincial de Comercio Nº 3, sin quedarse ningún año.

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