El dinero no alcanza para nada en las familias, la inflación galopante se lo traga y obliga a numerosas restricciones. Pero otra cara de la que no se habla mucho pero se ve en la infinidad de rifas, bingos y beneficios que se ofrecen en distintos ámbitos, es el impacto en las organizaciones intermedias, educativas, religiosas y otras que se las ingenian para conseguir fondos para sus tareas.
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El dinero no alcanza para nada en las familias, la inflación galopante se lo traga y obliga a numerosas restricciones. Pero otra cara de la que no se habla mucho pero se ve en la infinidad de rifas, bingos y beneficios que se ofrecen en distintos ámbitos, es el impacto en las organizaciones intermedias, educativas, religiosas y otras que se las ingenian para conseguir fondos para sus tareas.
La Iglesia católica transita por el mes de la caridad con la colecta de Cáritas, pero también está a la venta un bono contribución de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Mariano Moreno, que se sorteará en la serenata patronal del 25 de este mes; la Pastoral Juvenil Misionera de la parroquia Virgen de la Medalla Milagrosa busca solventar la misión de invierno en las Yungas con una rifa que se sorteará el 26; la Comisión de Formación y Espiritualidad del Movimiento Palestra hará lo propio el 24 y en la parroquia San Pedro y San Pablo mañana se sorteará la rifa “Día del Padre” que ayudará a pagar distintas obras; entre otras.
En las escuelas secundarias se multiplican también los bonos contribución y bingos para afrontar los costos que demandarán las hinchadas y las carrozas. Y entre las ongs ocurre algo similar, por ejemplo, el merendero “Manos solidarias” hoy realizará un sorteo en Higuerillas con vistas a los festejos por el Día del Niño. Para indagar en lo que puede ser su repercusión en la sociedad, El Tribuno de Jujuy consultó a la licenciada en Psicología Ana Eugenia Gutiérrez Zamora respecto si las personas son solidarias por naturaleza o no.
“Considero que el hombre no es solidario por naturaleza sino más bien yo veo como que la solidaridad es una construcción social, se va construyendo a partir del establecimiento de la ley y de la norma como muchas características de personalidad en el ser humano”, señaló. Y aclaró que “hay personas que son más solidarias que otras. Y eso va a depender si lo hace por una necesidad propia, también lo puede hacer muchas veces por empatía.
No tiene que ver con una cuestión de simetría, no tiene que ver con el hecho de que el que tenga más le dé al que tiene menos”. Y consultada sobre si puede ser positivo en problemas de manejo del estrés, la profesional precisó que “la cuestión del estrés es muchísimo más compleja que esto, lo que puede hacer quizás es disminuir culpas o ciertas presiones al ser solidario, pero no es una cuestión que va a reducirlo”. Y otra arista fue aportada por el contador Nicolás Fernández Miranda quien admitió que “los beneficios de hacer una donación aún cuando la economía se retrae y demás es una cuestión que ya no es matemática sino una apreciación personal”.
En ese sentido añadió que “mi punto de vista es que siempre hay que donar, mi forma de pensamiento -que es una cuestión que no tiene nada que ver con la profesión- es que por ahí estamos acostumbrados a vivir en un mundo de carencias, en el cual todo es escaso; es más, la economía nos enseña que todo es escaso, pero energéticamente trato de concentrarme en que todo fluye y vuelve; así aún cuando no tenga igual dono”.