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“Los chicos pasan a formar parte de nuestra familia”

"Leo" es conductor de una combi destinada al traslado de personas con discapacidad a diferentes lugares.

Domingo, 05 de junio de 2022 01:03

Leopoldo "Leo" Samudio, después de pasar por diferentes trabajos como remisero, taxista e incluso portero en la Escuela Normal, logró ingresar como chofer de una combi hace 17 años para trasladar a personas con discapacidad a Appace.

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Leopoldo "Leo" Samudio, después de pasar por diferentes trabajos como remisero, taxista e incluso portero en la Escuela Normal, logró ingresar como chofer de una combi hace 17 años para trasladar a personas con discapacidad a Appace.

En la institución y en varios lugares es solamente y simplemente "Leo", un hombre de un corazón inmenso que aceptó el reto a partir de tener en su casa una niña con parálisis como consecuencia de haber sufrido una mala praxis al momento de su nacimiento.

NACHO Y PACHU | DOS AMIGOS QUE VIAJAN SIEMPRE JUNTOS.

"Los chicos me cautivaron, me fueron atrapando con su ternura y su cariño a mi persona" y ese hombre de contextura física importante muestra sus ojos brillantes, a la vez que recordó "es por eso que llevo en mi mente y en mi corazón a Walter Carima quien antes de morir y al momento de despedirse me dijo que me quería mucho".

La pandemia al igual que a muchos trabajadores del mundo les jugó una mala pasada y se complicaron mucho, Leo afirmó que "aún hoy padecemos esa difícil situación que se complica cada día más por la escasez de combustible y el precio ya que nosotros pagamos el litro a 195 pesos en una estación de servicio de Alto Comedero, ya que son los únicos que lograron firmar un convenio con la institución para la cual trabajamos".

Anécdotas y vivencias

"Leo" tiene asignado seis pacientes, contando con un celador en la combi que lo ayuda con el cuidado de "sus" chicos, "es recíproco lo que nos sucede" y señaló que "los celadores y los choferes somos la primera terapia porque cuando ascienden piden música, de a poco y a medida que van subiendo se produce el reencuentro de los amigos y comienzan las risas, las bromas y los saludos".

"Eso les damos nosotros -remarca Leo-, pero a su vez ellos nos brindan mucha fuerza, nos demuestran que podemos vivir con optimismo, esperanza, fe con la alegría de estar sanos, que no debemos renegar por cualquier cosa", comentó en medio de su jornada laboral que inicia a las 8.30 y finaliza pasada las 19.30.

EL TRASLADO | SIEMPRE SE REALIZA BAJO LA ATENTA VIGILANCIA DE UN CELADOR QUE SE ENCARGA DEL CUIDADO DE LOS CHICOS.

"Son infinitos los buenos recuerdos, especialmente aquellos relacionados con las salidas que realizábamos antes de la pandemia, íbamos de campamento al dique, festejábamos los cumpleaños, se realizaba la fiesta del carnaval, además los chicos jugaban al ´pinta carita´ y ahí nos pintan a todos en medio de risas y de mucha alegría, ellos terminan formando parte de nuestra familia".

Una de las peores experiencias vividas fue "cuando el paciente 'Beto' Tapia convulsionó en el dique cuando estábamos en un campamento y debimos salir urgente al hospital de la ciudad de El Carmen y de ahí al 'Pablo Soria', por suerte somos un gran equipo y nos apoyamos entre todos, los profesionales, los técnicos y el de servicio", comentó.

Finalmente, Leopoldo "Leo" Samudio afirmó que "este es un trabajo que me llena de felicidad, porque además de todo lo que les conté, cada día, cada jornada es única e irrepetible -agregó-, muchas veces lloré porque uno se encariña y cuando a los chicos les pasa algo nosotros sufrimos mucho," concluyó repitiendo al despedirse que tuvo mucha suerte al haber encontrado este trabajo que le permite sentirse útil.