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Hacen plantines con injerto de tomate y generan empleo

Aprendieron la técnica con el Inta y ya los comercializan. Mejora el rendimiento del producto y su calidad.
Martes, 12 de julio de 2022 01:00

Pequeños productores de Yuto innovan incorporando una técnica de injerto en tomate con éxito y ya producen plantines para otros que la demandan cada vez más y dan trabajo a mujeres quienes preparan los plantines. Se trata de una experiencia de transferencia de investigación del Inta Yuto, luego de un trabajo de varios años y cuya aplicación permite mejorar la productividad de hasta el 58% y la calidad del fruto en un 90%.

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Pequeños productores de Yuto innovan incorporando una técnica de injerto en tomate con éxito y ya producen plantines para otros que la demandan cada vez más y dan trabajo a mujeres quienes preparan los plantines. Se trata de una experiencia de transferencia de investigación del Inta Yuto, luego de un trabajo de varios años y cuya aplicación permite mejorar la productividad de hasta el 58% y la calidad del fruto en un 90%.

Esta es una iniciativa generada por el Inta desde el 2017, que se estudió y experimentó con un par de productores, buscando solucionar problemáticas fitosanitarias en cultivos de morones y "podredumbre vascular" del tomate causado por el hongo fusarium y la presencia de nemátodes. Las soluciones son complejas, mientras los grandes productores usan injertos masivamente, los pequeños no tienen acceso, por lo que Inta pensó en experimentar para que ellos se capaciten para realizar injertos de tomate.

"Se gestó el trabajo con los hermanos Giménez del Bananal, quienes fueron capacitados desde el Inta y se les hizo un seguimiento en su formación. Actualmente ellos están produciendo injertos de tomate y brindando el servicio a los productores", explicó Ceferino Flores, ingeniero agrónomo especializado en fitopatología de la Experimental Inta de Yuto.

EMPLEO | MUJERES SE SUMARON AL EMPRENDIMIENTO Y PRODUCEN PLANTINES

Destacó que la transferencia se está concretando a través de los productores capacitados por el Inta, quienes comenzaron a producir y van creciendo en el emprendimiento generando trabajo ya que incorporaron a nueve mujeres de la zona de El Bananal. Ellas hacen delicadamente los injertos en plantines, que preparan para dar respuesta a la creciente demanda.

"Tomamos la iniciativa hace tres años, dos años de error para aprender, y con el acompañamiento del ingeniero Ceferino Flores del Inta de Yuto logramos hacer el injerto del tomate que ahora ya comercializamos", explicó Oscar Giménez, productor quien trabaja con su hermano Javier en la zona de El Bananal, Yuto. "El injerto rinde el doble que una planta que no lo es, mejora la productividad. Ahora alcanzamos en plantines del injerto un 90% de mejor calidad", agregó y precisó que lleva 60 días el injerto.

Planteó que sirve porque brinda mucha resistencia ya que en la zona ya no se podía producir por el desgaste de suelo, y ya es el segundo año que producen los plantines, los comercializan y llegan a Embarcación y Colonia. Dijo que los productores ahora están en cosecha, comenzaron hace un mes, por lo que ya se puede ver la calidad y tamaño en los tomates, además de la ventaja de contar con producción, a diferencia del sur donde no tienen producción desde mayo con el inicio de las heladas.

Beneficios

El injerto es una técnica que supone una alternativa rápida y viable para que zonas con problemas de suelo puedan ser productivas nuevamente. Con su implementación se logran superar bajos rendimientos en tomate a raíz del efecto de la podredumbre vascular mencionada que causa el hongo Fusarium spp y la presencia de nematodos, que desgastan el suelo.

COMPARATIVO | A LA DERECHA EL CULTIVO CON INJERTO Y A LA IZQUIERDA SIN EL INJERTO, DENOTANDO LA PRODUCTIVIDAD.

"Según los ensayos que hicimos en el Inta de Yuto logramos incrementar un 56,7 % el rendimiento del cultivo del tomate. Es muy importante porque se disminuye la cantidad de plantas que se pone por hectárea (ha) porque cuando uno hace injertos hace plantaciones", dijo el fitopatólogo. Detalló que cuando se hace injertos se disminuye la cantidad de plantas por hectárea de 80 cm frente a 30 cm cuando se usa "pie franco" o no aplica injertos. Entiende que con ello se ahorra significativamente, ya que cada semilla de tomate sale alrededor de 20 pesos, se suele colocar de 20 a 22 mil plantas por hectárea y con injerto se reduce a la mitad.

Destacó la ventaja del uso de injertos en torno a la calidad. "En el rendimiento se incrementa mucho, la fruta cosechada es de mejor calidad, tiene mejor tamaño, le da mejor perspectiva al productor. La labor de producción de plantines normal lleva de 25 a 30 días, y la realización de injertos lleva 40 a 50 días", dijo.

Comentó, además, que los Giménez trabajan con un pie silvestre, Solanum si silviforium, tomatillo o revienta caballo, una planta que crece como maleza en los campos que comenzaron a desarrollar también. Por ello venden injertos con ellos y arriba un pie comercial de tomate, destacable porque el pie de injerto suele tener alto costo.

Destacan esta alternativa

El fitopatólogo del Inta Yuto Ceferino Flores ponderó el trabajo de los productores Oscar y Javier Giménez que emprendieron con los injertos y destacó que están buscando registrarse en Senasa, obtener su Renspa, DTV, y comenzar a tributar para facturar porque se lo van requiriendo. Ponderó que cuentan con un espacio que hicieron crecer con iniciativa, capacitación y consideró que son un ejemplo de lo que deberían hacer los productores. “No sólo se trata de recursos económicos sino de estrategias, alternativas, de probar y evaluar una y otra alternativa de producción”, afirmó. Destacó que ya comercializan a los productores de la zona, y con el tiempo se van afianzando, tienen mano de obra y ya gestionan su registro con lo cual se avizora un crecimiento sostenido por la demanda. Flores recordó que los productores comenzaron con un invernadero precario con plásticos y maderas del bosque, y actualmente tienen estructuras metálicas, denotando un crecimiento, producto de su iniciativa y capacitación.