Entre los familiares de niños y adultos con discapacidad transitoria o permanente un fantasma que de seguro mortifica es saber si le dan de comer lo adecuado y suficiente. Y se trata de un proceso de educación, según señaló a El Tribuno de Jujuy la licenciada en Nutrición, diplomada en Discapacidad y Desarrollo Inclusivo y que desde hace 20 años trabaja como asesora en centros de rehabilitación en Córdoba, Andrea Yunes.
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Entre los familiares de niños y adultos con discapacidad transitoria o permanente un fantasma que de seguro mortifica es saber si le dan de comer lo adecuado y suficiente. Y se trata de un proceso de educación, según señaló a El Tribuno de Jujuy la licenciada en Nutrición, diplomada en Discapacidad y Desarrollo Inclusivo y que desde hace 20 años trabaja como asesora en centros de rehabilitación en Córdoba, Andrea Yunes.
"Siempre le digo a los familiares de mis pacientes que no tienen porqué saber de esto, porque es una situación que les toca vivir, somos los profesionales los encargados de ayudarlos para facilitarles todos los medios y para hacer un proceso de educación", indicó y acotó que "muchos pacientes están en su casa y uno tiene que trabajar con la familia, con los cuidadores, a veces con el mismo paciente. Hasta con los docentes, porque por ejemplo los niños con autismo son muy selectivos, requieren de una alimentación muy especial; entonces es todo un trabajo en equipo".
La especialista aclaró que "no hay un protocolo para todas las patologías o discapacidades, depende si estamos hablando de niños o adultos, también depende de la patología porque no es lo mismo un plan para un niño con parálisis cerebral que para un adulto con esclerosis múltiple. Entonces es muy importante poder acceder a este tipo de consulta" y consideró que "la mayoría de los pacientes con discapacidad necesita adaptarse en su alimentación. Teniendo muchas veces que modificar la textura o la consistencia de los alimentos, también por ahí tenés que modificar la temperatura, el sabor. Con todas estas modificaciones y adaptadas a la patología propia del paciente se logra una adecuada nutrición".
Otro dato a tener en cuenta es que si tienen una disfagia o un problema en la deglución "la alimentación no será por boca y con alimentos sino con fórmulas alimentarias, con suplementos nutricionales y por otras vías alternativas como sondas nasogástricas o botones gástricos".
Por eso es muy importante la evaluación que realiza el nutricionista especialista en rehabilitación que "determina el estado de nutrición, si ese paciente está en situación crítica o no, si es un paciente de riesgo o no, cuando hablamos de riesgo nutricional no es solamente la desnutrición sino el sobrepeso, las alteraciones deglutorias, una vez que tenés evaluado el paciente ahí podés recurrir al plan, que va a ser personalizado", expresó Yunes.
Y lo que se logra es mejorar la calidad de vida del niño o adulto "en las condiciones que esté y también favorecer el proceso de la rehabilitación porque, por ejemplo, un niño con Síndrome de Down que es hipotónico y obeso uno le hace una alimentación específica para que pierda peso y aumente tono; entonces favorecemos la rehabilitación también. O un chico con parálisis cerebral que esté desnutrido no se va a poder conectar porque el único alimento del cerebro es la glucosa y la glucosa la incorporás con alimentación".
La especialista dictará a través del Colegio de Nutricionistas de Jujuy el taller "Alimentación y nutrición en niños y adultos con déficit neurológico" en el Salón del Colegio Médico (Güemes 1277) el 7 y 8 de este mes con teoría y casos clínicos. Mayores informes en el celular: 388-4798919.