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13 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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"Vamos a Ecuador y veremos a dónde nos lleva el fútbol"

Desde 2004 la jujeña María Gabriela Otero vivió en Puerto Rico, Ecuador y Brasil junto a su esposo y sus hijos.
Domingo, 24 de julio de 2022 01:04

Con paisajes paradisíacos, playas, mucha vegetación y la calidez de la gente y de cada ciudad, la jujeña María Gabriela Otero vivió desde el 2004 en tres países, Costa Rica, Ecuador y Brasil. Lo hizo de la mano de su esposo Marcos Connena y sus hijos donde los lleve el fútbol capitalizando experiencias y sumando amistades.

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Con paisajes paradisíacos, playas, mucha vegetación y la calidez de la gente y de cada ciudad, la jujeña María Gabriela Otero vivió desde el 2004 en tres países, Costa Rica, Ecuador y Brasil. Lo hizo de la mano de su esposo Marcos Connena y sus hijos donde los lleve el fútbol capitalizando experiencias y sumando amistades.

Para la jujeña, la sucesión de destinos y experiencias se iniciaron en 2004 cuando partió con su esposo a Cartago, Costa Rica. También vivieron en dos ciudades de Manta, Ecuador y luego Guayaquil donde pasaron la pandemia. Y este año se mudaron a Santos, Brasil, una ciudad costera que en estos días prevén dejar para volver a Ecuador por lo que resta del año.

En Jujuy Otero siempre vivió en la zona del parque San Martín. Fue al Colegio Del Salvador y luego se fue a Córdoba para estudiar. "Me recibí de mamá de una hermosa niña llamada Macarena y me volví a Jujuy, trabajé en varios lados hasta que conocí a mi esposo en el 2002, él es de Mar del Plata y trabaja en fútbol. Por su trabajo hemos viajado por muchos lugares", relató la jujeña.

Así comenzó todo, en 2004 la pareja se mudó a Cartago, ubicada en el centro de Costa Rica. "Es un país que amo por la sencillez de su gente, los paisajes y tuve una hija en 2005, por lo que ocupa un lugar muy especial en nuestro corazón", destacó Otero.

Para ella, los "ticos", como les dicen a los costarricenses, son "pura vida", son personas humildes y destacó que abren las puertas de su casa sin problema, están siempre dispuestos a ayudar", relató.

Explicó que su gente tiene una cultura muy parecida a la Argentina, con bastante influencia norteamericana, por lo que se le hizo muy fácil adaptarse por la forma de ser que tienen.

"Costa Rica es un país que tiene muy buena educación y salud ya que abolieron el ejército para destinar ese dinero a educación y salud", afirmó la jujeña.

Destacó que las escuelas públicas tienen un sistema de educación que llama la atención, ya que los alumnos van la primera mitad de año los días lunes, miércoles y viernes a la mañana y almuerzan en la escuela, y los días restantes a la tarde por lo que comen en casa. La segunda mitad del año, cambian el turno al que iban, porque así el Gobierno se asegura de que los chicos coman por igual.

En cuanto a la comida les costó porque ellos desayunan "pinto", que consiste en arroz con frijoles, y como no estaban acostumbrados a eso durante su estadía en Costa Rica generalmente comían en su casa.

En 2006 volvieron a Argentina y en 2007 nació su hijo en Jujuy. Poco después volvieron a Cartago, Costa Rica, hasta 2008, que regresaron a este país. En 2017 partieron nuevamente hacia Ecuador, esta vez en la ciudad portuaria de Manta donde vivieron tres años.

"Manta tiene mar y la verdad que nos gustó mucho, la comida también es muy rica, mucho pescado, mariscos y arroz con lentejas o frijoles, y también se come mucho plátano cocinado de muchas formas", afirmó.

En esa ciudad costera disfrutaron de sus lindas playas, puestas de sol, hicieron muy buenos amigos y sus hijos se acostumbraron ya que podían hacer deportes. En el caso de su hijo Santino, eligió fútbol y tenis, mientras su hija Agostina se inclinó por el beach vóley.

En 2020 se mudaron a Guayaquil, Ecuador, una ciudad portuaria más cálida y húmeda que la anterior, pero no tiene mar. Allí pasaron la pandemia durante los dos años iniciales de la pandemia que aún no termina.

"Nosotros vivíamos en un barrio privado así que podíamos salir a caminar por la urbanización, que tiene muchos árboles, así que dentro de todo no fue tan malo", recordó.

Vivieron en Brasil

Este año se mudaron a Santos en Brasil, una ciudad costera y tranquila. "Para la edad de nuestros hijos es un buen lugar para vivir. Acá las playas son anchas así que se ve mucho deporte durante todo el día y lo hacen personas de todas las edades, también andan mucho en bicicleta y tienen su bicisenda", detalló la jujeña María Gabriela Otero.

Durante su estadía en Brasil, la comida no significó un problema para la jujeña ni su familia porque allí también hay empanadas argentinas y la alimentación es muy similar a la Argentina.

Sin embargo, una dificultad que encontraron a la hora de adaptarse fue el idioma, pero admitió que fueron aprendiendo bastante portugués, aunque se les complicaba un poco a sus hijos en el colegio.

 

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