Una jornada de sol que contrastó totalmente con el gélido 16 de julio pasado, permitió que ayer los carmenses, turistas y devotos de la Virgen se dieran cita en la Octava patronal.
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Una jornada de sol que contrastó totalmente con el gélido 16 de julio pasado, permitió que ayer los carmenses, turistas y devotos de la Virgen se dieran cita en la Octava patronal.
Durante la misa que se ofició en el atrio, el párroco y vicario diocesano Víctor Acchura resaltó el papel de las madres, destacando que "más que ser un título que se les da, la maternidad es una experiencia y una experiencia de grandes renuncias. La mamá se pone gorda, torpe en muchas cosas y aquella que le gustaba arreglarse de repente tiene que dejar cosas, eso es renunciar".
Además señaló que "María, nuestra madre, nos enseña el gran trabajo abnegado, la humildad silenciosa y hasta el desgarro del corazón".
Dejando un mensaje para el actual contexto, el sacerdote indicó que "la Virgen María nos ayuda en este tiempo de tanta pero tanta volatilidad -no se deja de hablar de esta situación trágica en que estamos inmersos- pero no perdemos la esperanza, la fuerza, seguimos soñando; queremos tener una mirada limpia y de encuentro que nos haga verdadera familia de hijos de Dios".
Finalmente exhortó a que "pidamos a la Virgen María poder sentarnos, no mezquinarnos en mesas pequeñas cuando se deciden cosas grandes" y que "demos gestos de grandeza, porque necesitamos sentarnos para consensuar, es maduro el que puede dialogar en el disenso".
Después la comunidad tuvo la oportunidad de caminar junto a la imagen de Nuestra Señora del Carmen en la procesión y se realizó el último desfile. Hicieron su pasaje las reinas, docentes jubiladas, instituciones deportivas, maquinarias, autos de competencia y el cierre estuvo a cargo de los centros de gauchos que honraron a la santa patrona.