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Cuidado con el..."íAh... pero Alberto!"

Lunes, 25 de julio de 2022 01:03

En nuestro país, se instaló el axioma "íAh... pero fulano!", que usan todos los que pretenden sacarse las culpas, los errores, las incapacidades y los fallidos propios, producto de impericias o improvisaciones. Para no remontarnos décadas de usos y abusos del infeliz apotegma, en los últimos años fueron marcados los "Ah... pero Macri", "Ah... pero la guerra", "Ah... pero la pandemia", "íAh... pero los medios hegemónicos", "Ah... pero la justicia", y hoy, el muy actualizado, "íAh... pero Martín Guzmán!". La frase, cabecera del manual de las excusas, sirve también para darles a quienes la aprovechan, un tiempo de supervivencia y la posibilidad de esconderse detrás de un chivo expiatorio, que generalmente no está o no tiene entidad para defenderse. Han usado tanto esa coartada, que agotaron su eficacia. En política, ya ningún "Ah... pero..." disimula nada. Lo grave, lo que todos deberíamos razonar con desapasionamiento, es que estamos a un tris de que se empiece a usar el "íAh... pero Alberto!", anticipando el fin de un capítulo, que por amargo y difícil que sea, debe buscarse que llegue de la mejor forma a diciembre del 2023. La enorme presión que soporta AAF, el agobio evidente en su imagen y su gestualidad, y las declaraciones disparatas que coronan su incontinencia verbal, (y que ratifica de forma lamentable la portavoz Gabriela Cerruti), dan cuenta de su extrema debilidad. La República, la Democracia, demandan un único esfuerzo: bajar la conmoción, tranquilizar la economía, y evitar que desde la angustia depresiva y el hartazgo, el humor social escalen a la desesperación y la rabia con resultados imprevisibles. La tarea de defender la institucionalidad, está en manos del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio. "He ahí la cuestión", ubicaría la shakespeariana sentencia para atender al interrogante central: "Ser, o no ser".

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En nuestro país, se instaló el axioma "íAh... pero fulano!", que usan todos los que pretenden sacarse las culpas, los errores, las incapacidades y los fallidos propios, producto de impericias o improvisaciones. Para no remontarnos décadas de usos y abusos del infeliz apotegma, en los últimos años fueron marcados los "Ah... pero Macri", "Ah... pero la guerra", "Ah... pero la pandemia", "íAh... pero los medios hegemónicos", "Ah... pero la justicia", y hoy, el muy actualizado, "íAh... pero Martín Guzmán!". La frase, cabecera del manual de las excusas, sirve también para darles a quienes la aprovechan, un tiempo de supervivencia y la posibilidad de esconderse detrás de un chivo expiatorio, que generalmente no está o no tiene entidad para defenderse. Han usado tanto esa coartada, que agotaron su eficacia. En política, ya ningún "Ah... pero..." disimula nada. Lo grave, lo que todos deberíamos razonar con desapasionamiento, es que estamos a un tris de que se empiece a usar el "íAh... pero Alberto!", anticipando el fin de un capítulo, que por amargo y difícil que sea, debe buscarse que llegue de la mejor forma a diciembre del 2023. La enorme presión que soporta AAF, el agobio evidente en su imagen y su gestualidad, y las declaraciones disparatas que coronan su incontinencia verbal, (y que ratifica de forma lamentable la portavoz Gabriela Cerruti), dan cuenta de su extrema debilidad. La República, la Democracia, demandan un único esfuerzo: bajar la conmoción, tranquilizar la economía, y evitar que desde la angustia depresiva y el hartazgo, el humor social escalen a la desesperación y la rabia con resultados imprevisibles. La tarea de defender la institucionalidad, está en manos del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio. "He ahí la cuestión", ubicaría la shakespeariana sentencia para atender al interrogante central: "Ser, o no ser".

Gerardo Morales, tuvo una correcta definición, cuando convocó a discutir todas las ideas en el único e ideal ámbito donde se lo debe hacer: el Congreso. Él que siempre fue pragmático, y hasta acusado de "paloma" funcional al gobierno de AAF, optó por la prudente distancia ofreciendo el escenario adonde llevar los aportes. Cualquier otra cosa tendría olor a componenda. Pero al jefe de la UCR le tocará discutir con los "halcones", pesos pesados de JxC, que dicen que la crisis es obra del FdT y deben arreglarla ellos. "No vamos a cogobernar con un gobierno inexistente" sentencian no sin razón, sin reconocer ninguna participación en la crisis. Y repudian que Axel Kicillof y Wado de Pedro, sin bajar el tono de su ensañamiento con la herencia recibida ("íAh... pero Macri!") exijan apoyo de la oposición. Pedidos que tuvieron poca vida: debieron ser desmentidos rápidamente, porque el "cristicamporismo" duro les ordenó retroceder, mientras voceros autorizados del kirchnerismo como Hebe de Bonafini, jefes de las CTA y CGT, y de agrupaciones sociales allegados como Belliboni o Alderete, siguieron disparando parejo tanto al Presidente como a la oposición. Y Juan Grabois, amenaza con un futuro tenebroso, prometiendo sangre en las calles, y vaticinando saqueos, a menos que se decrete el imposible salario básico universal, si Alberto entiende para qué "lo pusieron" en la Presidencia. Este alfil de CEFK, referente del Instituto Patria y representante de la Iglesia (designado por Francisco como integrante del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Integral del Vaticano), fuma dentro de un polvorín, creyéndose un fenómeno que fuma debajo del agua. Y hasta Aldo Rico viralizó un "llamado a reunión, para defender a la Patria". ¿Es todo una gran insensatez o es un armado de pinzas que acogota al Presidente, para iniciar otro capítulo titulado "íAh... pero Alberto!"? ¿Con quién?, ¿con quiénes?.

Sin tiempo la ministra Silvina Batakis, trata de armar un programa, un plan, o algunas medidas para calmar a los mercados y a la gente. Fue a EE.UU. a lograr una foto con la jefa del FMI, y quizá un perdón por el nivel de emisión. La crisis es tan grave que amenaza llevársela, acelerando de su progeria, enfermedad terminal de vejez prematura, deterioro tempranísimo de una gestión que ni atina a aliviar los síntomas ni a retardar los finales. El oficialismo duro, sigue en otro planeta, sigue enredado en los ataques a la Justicia, en el número de miembros de la Corte, en los ataques al campo y a los "medios terroristas".

También los tiempos en Jujuy son exiguos. Tras la feria judicial el GM deberá resolver las vacancias en el STJ, que deterioran día a día su normal funcionamiento. Lo esperan las paritarias estatales, con toda oferta licuada en el agujero negro de la superinflación. Y también tendrá que avisarles a los jujeños si finalmente presentará la necesaria reforma constitucional para acomodar el futuro provincial o si la dejará en manos de otra gestión, y a cargo del próximo gobernador, donde, dicho sea de paso, a los cuatro conocidos aspirantes de su partido se sumó con fuerza el enérgico y exitoso intendente sampedreño, Julio Bravo. En tanto el GM convocó a Jujuy a todos los gobernadores del Norte Grande para el 23 de Agosto. Para ese fausto día del Éxodo Jujeño, ¿cómo estarán las relaciones dentro del variopinto grupo de mandatarios norteños?.

El sábado en Olivos compartieron un almuerzo el Presidente y su Vice. ¿Acordaron medidas para frenar el dólar, o cambios de gabinete? AAF ya entregó casi a todos los "funcionarios que no funcionaban", después ofreció su corazón. ¿Qué le queda por entregar, su cabeza? Con pálida esperanza, los asustados gobernadores, la dirigencia política y social, los mercados y los argentinos de a pie, ruegan que el almuerzo haya servido para devolver la calma y encender la famosa y esquiva luz al final del túnel. De lo contrario, alguien, algunos, comenzarán a ejercitar la frase... "íAh... pero Alberto!".

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