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Arias en Catamarca y las autonomías provinciales

Sabado, 09 de julio de 2022 01:03

Por: JORGE AVALOS SOSA, EXDOCENTE y escritor

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Por: JORGE AVALOS SOSA, EXDOCENTE y escritor

El rey de España Carlos III por cédula de 8 de agosto de 1776 crea el Virreinato del Río de la Plata. En 1782 este territorio se dividió en ocho intendencias. Una de ellas fue la Intendencia de Salta, que se integró con las actuales provincias de Salta, Catamarca, Tucumán, Jujuy, Santiago del Estero y parte de Bolivia.

Cada una estas jurisdicciones formaba una Subintendencia. Comandante de armas o subintendente se denominó al funcionario encargado de gobernar cada territorio.

Producida la Revolución del 25 de Mayo de 1810 los gobernadores de las regiones continuaron siendo los comandantes de armas. Salta seguía siendo la cabecera, siendo Chiclana el gobernador intendente.

El 29 de enero 1812 el Primer Triunvirato creó la Tenencia de Gobierno de cada ciudad, Salta continuaba siendo la cabecera de las provincias norteñas.

Al inicio del año 1814 se operó un nuevo cambio del Gobierno nacional, en lugar de Triunvirato se nombró un director supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Gervasio Antonio Posada fue nombrado para ese importante cargo.

El 8 de octubre de 1814 por decreto del director Posada fue separado de Salta "el territorio que comprenden Tucumán, Santiago del Estero y Valle de Catamarca" para formar la provincia de Tucumán, teniendo de capital el Jardín de la República.

La Independencia Argentina fue sancionada solemnemente por el Congreso de Tucumán el 9 de julio de 1816.

En los debates iníciales del Congreso, se perfiló el partido unitario o centralista, en contraposición con el sistema federal propugnado por los caudillos, Artigas en el Litoral, Güemes en Salta, Aráoz en Tucumán, Bustos en Córdoba, López y Ramírez en otras tierras argentinas.

En mayo de 1819 el Congreso Nacional trasladado a Buenos Aires sancionó una Constitución totalmente unitaria. Como no contemplaba los intereses de la nación fue rechazada por los caudillos provinciales. Caído el Directorio y disuelto el Congreso Nacional después del 9 de enero de 1820 producto de la sublevación de Arequito, el Cabildo de Buenos Aires dejó a las provincias en libertad de acción afianzándose el federalismo, encarnado en los caudillos. La idea de autonomía iba ganando terreno, cada vez más firme en las ciudades argentinas. Las ideas de canónigo Juan Ignacio Gorriti, primer abanderado del federalismo argentino, cristalizaban en suelo patrio.

El 27 de abril de 1820, Santiago del Estero proclamó su autonomía, desligándose de Tucumán. Los caudillos provinciales de mayor gravitación en cada región llamaron a las provincias a reunirse en Congresos Generales: López y Ramírez -Tratado del Pilar-, Bustos en Córdoba, Aráoz en Tucumán y Güemes en Catamarca.

Güemes resentido con Bernabé Aráoz por falta de cooperación a la lucha contra los realistas del Alto Perú, envió al coronel Alejandro Heredia sobre Tucumán, al coronel Apolinar Saravia a Catamarca donde llega el 30 de marzo de 1821. Catamarca queda bajo el mando y gobierno de Salta. El coronel Manuel Eduardo Arias que había sido desairado por Güemes, ubicado ya en tierras tucumanas, es recibido con honores por los nobles, servicios a la patria, por el presidente de la República de Tucumán don Bernabé Aráoz. El gobernante tucumano le reconoce el grado militar de coronel y lo nombra comandante de las milicias locales.

La gente adicta al general Güemes solicitó desde Trancas a la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, la caducidad del Gobierno de Aráoz, dicho pedido fue rechazado. Ante estos acontecimientos la reacción de Aráoz fue enviar a Catamarca un selecto grupo de catamarqueños que estaban en el Jardín de República por cuestiones personales y políticas, para que en un nombre tomen posesión del gobierno ambateño. Para conducir a los catamarqueños nombró al coronel Manuel Eduardo Arias; se encaminaron por la cuesta del Totoral, llegando al valle de Paclín, para luego llegar al amplio valle de Catamarca; con ellos iba Nicolás Avellaneda y Tula, miembro de una ilustre familia del medio, caballero respetable por su honorabilidad, ilustración y sus esclarecidas virtudes ciudadanas. El 28 de abril de 1821 Avellaneda y Tula tomó posesión del gobierno de Catamarca, apoyado por el coronel Manuel Eduardo Arias. Catamarca vuelve a depender de Tucumán, pero la idea de los vallistas era la autonomía. Algunos meses más tarde en Cabildo Abierto declaró que el pueblo en Catamarca era tan libre como todos los demás de la establecida Unión del Sud y que podía lo mismo que cada uno de ellos usar sus regalías y derechos.

El 25 de agosto de 1821, fecha de autonomía, los unitarios y federales se unieron en un fraternal abrazo. Para gobernar a la provincia se nombró a Nicolás Avellaneda y Tula. El coronel Arias ya había vuelto a Tucumán en mayo de 1821, luego de custodiar a los catamarqueños en aquellos difíciles momentos dignos de notarse y altamente encomiosos. Muerto el general Güemes, el coronel Arias volvió a Jujuy donde muere el 16 de junio de 1822 (San Andrés).

 

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