Casabindo, un tradicional pueblo jujeño que mantiene viva y vigente sus tradiciones, se vistió ayer de fiesta para honrar a su santa patrona, la Virgen de la Asunción, ceremonia que contó con la presencia de miles de peregrinos y devotos, después de dos años sin realizarse por la pandemia.
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Casabindo, un tradicional pueblo jujeño que mantiene viva y vigente sus tradiciones, se vistió ayer de fiesta para honrar a su santa patrona, la Virgen de la Asunción, ceremonia que contó con la presencia de miles de peregrinos y devotos, después de dos años sin realizarse por la pandemia.
Desde las primeras horas del día la pequeña comunidad se fue colmando de visitantes que se acercaron a la iglesia de Casabindo, conocida como la Catedral de la Puna, ya que su edificación data de 1690 los cimientos y de 1722 la edificación de la mayoría del edificio, gracias a un impulso que le dio el deán Gregorio Funes. En su interior lucen pinturas de la escuela cuzqueña, Los Ángeles Arcabuceros.
Finalizado el oficio religioso a cargo del sacerdote Vidal Zerpa, se iniciaron los preparativos para dar inicio a la tradicional procesión por las calles del pueblo, donde las bandas de sikuris, los samilantes y una veintena de imágenes llegadas de pueblos cercanos le dieron brillo a una celebración ungida por la fe, la devoción y el amor par la Mamita de la Puna.
Todo un pueblo involucrado en contribuir con el brillo de a festividad y en medio de ellos los visitantes, llegados desde distintos puntos de la provincia y del país.
Toda una gran fiesta donde la bandera argentina flameaba en medio de los estandartes de las diferentes comunidades y bailaban al compás de quienes tenían a su cargo la danza de los cuartos y los sones de las bandas.
La detonación de cohetes y petardos se confundía con las campanas de la iglesia que anunciaban el inicio del Toreo de la Vincha, tradicional ceremonia de la que no solamente participan los jóvenes de la región sino también "corajudos" visitantes que se animaron al reto.
Resultó asombroso cómo todos los presentes captaron esas imágenes que les quedarán grabadas en su memoria con sus celulares y máquinas fotográficas, con recuerdos que recorrerán el mundo y entusiasmarán a otros futuros visitantes y turistas ávidos por conocer las costumbres y tradiciones de los jujeños, que no solo abren sus puertas sino su corazón para recibir a quienes los visitan. La tarde se fue apagando lentamente y todos emprendieron el regreso.
Los presidentes del Centro Vecinal, Enzo Dan Gutiérrez; de la Comunidad Aborigen, Daniel Cusi; de la Comisión Pro Templo, Eusebio Ciares, junto al intendente de Abra Pampa, Ariel Adolfo Machaca, fueron los encargados de recibir a los funcionarios provinciales Federico Posadas, ministro de Cultura y Turismo, y Luis Martín de Seguridad, además de una comitiva compuesta por el ministro de Cultura y Turismo de Caba y los secretarios de Cultura de San Juan y Corrientes.