De Barrancas, Tusaquillas, Hornadillas, Tres Pozos se reunieron los niños para celebrar un día muy especial en Rinconadillas, el pueblo del norte que se vistió de fiesta y color. Gracias a una acción solidaria, la alegría a todos llegó a través de Adolfo Castro, mejor conocido como el payaso "Peluquitas", creador del encuentro que convocó a los pequeños de distintos rincones de la Puna. Indumentaria, alimentos no perecederos y golosinas se logró recolectar desde la capital jujeña y, mediante el transporte de Enón Lamas, se trasladó toda la movida solidaria hasta aquél lugar.
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De Barrancas, Tusaquillas, Hornadillas, Tres Pozos se reunieron los niños para celebrar un día muy especial en Rinconadillas, el pueblo del norte que se vistió de fiesta y color. Gracias a una acción solidaria, la alegría a todos llegó a través de Adolfo Castro, mejor conocido como el payaso "Peluquitas", creador del encuentro que convocó a los pequeños de distintos rincones de la Puna. Indumentaria, alimentos no perecederos y golosinas se logró recolectar desde la capital jujeña y, mediante el transporte de Enón Lamas, se trasladó toda la movida solidaria hasta aquél lugar.
Junto a los donativos, fueron como pasajeros tres payasos más que se aferraron a la intención de "Peluquitas". Así, se sumaron "Chisponita", "Catita" y "Petete", artistas que maquillaron sus rostros pero no sus emociones cuando dijeron que serían parte de esta acción. No faltó el grupo de Club de Amigos del Dance '80 y '90 que con sus bailes dieron vida al sheriff "Woody Pride", "Buzz Lightyear", "Jessie" de la película "Toy Story" y el superhéroe "IronMan". Y entonces, para los puneñitos, aquella mañana de agosto a 3.377 metros sobre el nivel del mar, el mundo cambió para siempre. Sus personajes queridos de la gran pantalla arribaron para hacerlos jugar, reír y bailar de manera sorprendente, dejándoles la opción de sólo festejar por su existencia misma.
Alrededor de quinientos niños pertenecieron a la convención que en todo momento fue mágica. "Ver sus caritas de inocencia me emocionó mucho. Ellos no tienen la misma posibilidad como los niños de San Salvador, que el payaso pueda estar en la fiesta o para el Día del Niño ver un show. Allá es complicado llegar, yo siempre trato de ir a los lugares donde no se puede llegar tan fácilmente", expresó el simpático personaje cuya idea de alegría fue captada al instante por cada uno de ellos.
Una sola vez al año ocurre este hecho solidario que propone castillos de colores y camas elásticas para -sin miedo- saltar al cielo y atrapar las nubes, allí, donde el tiempo real se rompe. "En años anteriores, era diferente. Este año fue muy complicado, debido a la situación económica; pero la gente sigue siendo solidaria con respecto a esta causa", dijo.
Las sensaciones de cariño y reciprocidad sorprendieron a los viajeros que, además, compartieron con padres, maestros y directivos de las escuelas cercanas. Todo en el agasajo, fue un acontecimiento para ellos. Descubrieron con nitidez que los momentos de amistad, ahora se harán inolvidables, chocolate de por medio. "'Nos decían no se vayan payasitos'", contó Castro sobre los niños, demostrando el cariño que se generó al hacer un acto simple.
Que los pequeños fueran protagonistas de algo muy bonito es gratificante y se renueva desde hace siete años. En el 2015, "Peluquitas" visitó solo Rinconadillas por primera vez, un año después, viajó junto a otros colegas también del gremio clown al Paso de Jama. Mientras que en 2018, el destino elegido fue Catua. Aunque en el 2020 no se realizó el viaje para celebrar con los niños por pandemia, las esperanzas en continuar con la labor nunca desaparecieron. "La idea se dio hace mucho tiempo a partir de un cumpleaños que se hizo en Tumbaya adentro y los niños se sorprendieron. Los vi y me emocioné tanto que me prometí de ahí en más festejar el Día del Niño en la Puna, entrando al cerro y que aunque sea a caballo, lleguemos", rememoró el payaso que decidió, desde ese segundo, salir todos los años para ayudar y divertir.
"No hay manera de agradecerle a Dios la fuerza que se nos da para llegar a esos lugares", aseguró con la casi certeza de que viajará el año próximo a Cieneguillas, en un acto para nada político, ni lucrativo. Y es que todo surgió de manera espontánea, así, como son los niños.