El domingo 28 de agosto, después de 5 años de enfermedad, Héctor "Gringo" Luera, quien fuera presidente del Atlético La Quiaca Fútbol Club, partió al encuentro con Dios. Su cuerpo dejó de estar presente en este mundo para convertirse en una estrella que va a iluminar el camino de todos los que lo conocemos. El "Gringuito", cómo le decían sus amigos, deja un profundo dolor en el fútbol de veteranos, en los amigos de turismo y viajes especiales, en sus vecinos de Alberdi, en sus compañeros del Banco Nación sede San Salvador de Jujuy y sede La Quiaca, en todos aquellos lugares donde trabajó y participó como una persona buena, desinteresada, honesta, una persona sin maldad, de esas que son escasas de encontrar en esta vida.
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El domingo 28 de agosto, después de 5 años de enfermedad, Héctor "Gringo" Luera, quien fuera presidente del Atlético La Quiaca Fútbol Club, partió al encuentro con Dios. Su cuerpo dejó de estar presente en este mundo para convertirse en una estrella que va a iluminar el camino de todos los que lo conocemos. El "Gringuito", cómo le decían sus amigos, deja un profundo dolor en el fútbol de veteranos, en los amigos de turismo y viajes especiales, en sus vecinos de Alberdi, en sus compañeros del Banco Nación sede San Salvador de Jujuy y sede La Quiaca, en todos aquellos lugares donde trabajó y participó como una persona buena, desinteresada, honesta, una persona sin maldad, de esas que son escasas de encontrar en esta vida.
Un dirigente deportivo nato, humilde, que trabajó en lo social y deportivo por vocación, llegó a La Quiaca por el traslado de su trabajo en el Banco Nación y residió allí por varios años, se casó y volvió a San Salvador de Jujuy. El presidente del Atlético La Quiaca Fútbol Club inició su carrera deportiva desde muy pequeño, jugando en la cancha de su barrio, en equipos de la capital y de La Quiaca y desde allí no paro en lo que él llamaba su cable a tierra. Siempre jugando en distintos equipos, hasta formar el propio junto a sus amigos. Un día, después de tantos años, soñó con tener un lugar propio para jugar al fútbol y llevar a los contingentes del norte jujeño para que puedan descansar o tener un lugar donde quedarse, ya que no había una casa-hogar accesible para los quiaqueñitos. Tocó muchas puertas, hizo grandes gestiones hasta que concretó el sueño de tener una institución propia, hoy el Atlético La Quiaca Fútbol Club cuenta con 6 piezas que sirven de albergue para 30 personas, cocina, baños y duchas, salón y 1 cancha para disputar los partidos, después de tanta lucha el sueño se hizo realidad. El club de sus amores fue lugar de descanso, juego y disfrute en cada partido, campeonato, cuadrangulares y los jugó hasta los 67 años.
Con el pasar de los días su luz se fue apagando, el hombre alegre, divertido, vivaz y bailarín se fue transformando en una persona tranquila, casera, las caminatas ya no eran tan seguidas y la música era motivo de lágrimas concurrentes. No hay persona que no conozca al "Gringo" y que no tenga una anécdota divertida con él, su hermoso recuerdo en los viajes, con los cantantes, en la cancha, en cada baile porque amaba el rock, en las fiestas y sobre todo en cada partido de fútbol estará presente y será la bandera para que la nueva comisión directiva lleve en lo alto y crezca aún más. No hay palabras para explicar la falta que nos hace y el vacío que nos deja su partida, pero como decía "a las personas se las honra en vida" y así fue, "Gringuito" viviste como siempre lo quisiste, libre, sin prejuicios y con un corazón enorme, siempre buscando la unión e igualdad a pesar de las adversidades que te ponía la vida. Hoy vas a estar presente en cada recuerdo y en cada partido, como el campeonato de veteranos que lleva tu nombre, homenaje indiscutido, el primero de muchos.
Hasta siempre "Gringo Luera", te ama tu familia: Mariza y Meli, Gonzalo, Miguel, Lidia, Fer -Pau, Quique, Martu y demás familiares de San Salvador de Jujuy y Pichanal; tus amigos del club "La Quiaca 55".